ECVC y más de 340 organizaciones piden a la Unión Europea la paralización de las negociaciones comerciales con Brasil

En una carta abierta publicada hoy, ECVC, junto con 340 organizaciones de la sociedad civil, exigen que la Unión Europea detenga inmediatamente las negociaciones de un acuerdo de libre comercio con el bloque del Mercosur (Brasil, Argentina, Paraguay y Uruguay) debido al deterioro de los derechos humanos y las condiciones ambientales en Brasil. La carta se dirige a los presidentes de las instituciones de la UE antes de la reunión a nivel ministerial que se celebrará la semana próxima en Bruselas, en la que los Ministros de Asuntos Exteriores de la UE y de Mercosur se proponen concluir las negociaciones.

“Estimado Presidente del Consejo Europeo, Presidente de la Comisión Europea, Presidente del ParlamentoEuropeo,

Las organizaciones de la sociedad civil abajo firmantes reclamamos a la Unión Europea que use su influenciapara prevenir el empeoramiento de la situación de los derechos humanos y la destrucción del medio ambienteen Brasil.

En abril, más de 600 científicos europeos y dos organizaciones indígenas brasileñas, en representación de300 grupos indígenas de Brasil, pidieron a la UE que actuara como líder mundial en apoyo de los derechoshumanos, la dignidad humana y un clima habitable, haciendo de la sostenibilidad la piedra angular de susnegociaciones comerciales con Brasil. Apoyamos plenamente este llamamiento.

La UE y sus Estados miembros, vinculados por el Tratado de la Unión Europea, se comprometieron arespetar y promover los derechos humanos como objetivo general en sus relaciones con otros países. Lapropia Comisaria de Comercio, Cecilia Malmström, reconoció la necesidad de nuevos acuerdos comercialesque cumplan realmente con el objetivo del desarrollo sostenible

.Desde la toma de posesión del Presidente de Brasil, Jair Bolsonaro, en enero de 2019, hemos sido testigosdel aumento de las violaciones de los derechos humanos, los ataques a las minorías, la comunidad LGBTQ+, los pueblos indígenas y otras comunidades tradicionales. Además, la administración sigue amenazando el funcionamiento democrático básico de la sociedad civil al tiempo que prepara la destrucción de algunas delas regiones más preciosas y ecológicamente valiosas del mundo como la Amazonía.

Estamos profundamente preocupados por lo siguiente:

  • La propuesta de poner la demarcación de las tierras indígenas bajo la jurisdicción del Ministerio deAgricultura, allanaría el camino para que los poderosos agronegocios ganaderos y sojeros acelerensu avance a través de la Amazonía, el bosque tropical más grande del mundo y el Cerrado, la sabanamás biodiversa del mundo. Aunque esta controvertida medida parece haber sido temporalmenterevocada por el Senado brasileño, el Presidente Bolsonaro aún puede imponerla.
  • Ha habido un aumento dramático de los ataques contra los pueblos indígenas y otras comunidadestradicionales y sus territorios. En febrero, se informó de que al menos 14 territorios indígenasprotegidos estaban siendo atacados por invasores. Además, el gobierno abolió más de 35 consejosnacionales de participación social. Están aumentando los ataques contra las personas que defiendensus territorios o recursos naturales en las zonas rurales de Brasil, lo que se traduce en un aumento delas muertes de líderes comunitarios, campesinos y activistas.
  • La promesa de campaña de Bolsonaro de “poner fin a cualquier forma de activismo” fueimplementada en su primer día en el cargo, facultando al gobierno para “supervisar, coordinar,monitorear y observar las actividades y acciones de las agencias internacionales y organizaciones nogubernamentales dentro del territorio nacional”.
  • Tanto el Ministerio de Medio Ambiente como el Ministerio de Asuntos Exteriores están ahoraencabezados por quienes niegan el calentamiento global, lo que lleva a la anulación de losdepartamentos ministeriales responsables del cambio climático. Aunque Brasil sigue siendo firmantedel Acuerdo de París sobre el cambio climático, es cada vez más improbable que la administracióntome las medidas necesarias para aplicar el acuerdo.
  • La legislación y las políticas socioambientales se han debilitado drásticamente durante los primeros100 días del gobierno Bolsonaro. El Código Forestal ha sido socavado con nuevas medidas queproponen la reducción de las reservas legales y un plazo más flexible para la regularización de las tierras por parte de los expropiadores. En enero de 2019, la deforestación en la Amazonia aumentóen 54 por ciento en comparación con el mismo período de 2018.

Los actores de la sociedad civil organizada, activistas sociales, comunidades campesinas e indígenas ysindicatos enfrentan peligros extremos por la retórica incendiaria del gobierno de Bolsonaro y suspartidarios. Esto incluye el calificar de “terroristas” a los miembros de movimientos sociales como elMovimiento de Trabajadores Sin Tierra y el Movimiento de los Sin Techo, lo que genera la preocupación deque la polémica ley antiterrorista de Brasil sea utilizada para criminalizar a los activistas sociales.

La UE es el segundo socio comercial de Brasil en su conjunto, el segundo importador de soja brasileña y unimportador fundamental de carne de vacuno, otros productos agrícolas y recursos naturales minerosbrasileños. Por lo tanto, la UE tiene la responsabilidad de abordar las injusticias en materia de derechoshumanos y medio ambiente que tienen lugar en Brasil bajo el gobierno de Bolsonaro. Debe utilizar suinfluencia para apoyar a la sociedad civil, los derechos humanos y el medio ambiente.

La UE está negociando un acuerdo comercial de gran alcance con Mercosur que pretende ampliar el accesoal mercado y el comercio entre las dos regiones, incluido Brasil. Es imperativo que la UE envíe un mensajeinequívoco al Presidente Bolsonaro de que la UE se negará a respaldar un acuerdo comercial con Brasil hastaque se ponga fin a las violaciones de los derechos humanos, se adopten medidas estrictas para poner fin a ladeforestación y se contraigan compromisos concretos para aplicar el Acuerdo de París.

En el pasado, la UE ha suspendido las preferencias comerciales con países implicados en graves ysistemáticas violaciones de los derechos humanos, como Myanmar y Filipinas. Además, la UE ha restringidolas importaciones de productos cuya producción está relacionada con la violación de los derechos humanoscomo en el caso de los minerales de conflicto. Es hora de que la UE adopte una postura similar y firme paraevitar el deterioro de la situación de los derechos humanos y del medio ambiente en Brasil.

Por lo tanto, reclamamos que la Unión Europea:

1.Detenga inmediatamente las negociaciones del acuerdo comercial UE-Mercosur.

2.Garantice que ningún producto brasileño vendido en la UE, ni los mercados financieros que losustentan, estén provocando un aumento de la deforestación, el acaparamiento de tierras indígenas olas violaciones de los derechos humanos.

3.Exija la confirmación, con pruebas materiales, de que el gobierno brasileño cumplirá suscompromisos resultantes del Acuerdo de París sobre el Cambio Climático.

4.Incremente el apoyo a la sociedad civil organizada brasileña, incluido el refuerzo de la aplicación del Plan de Acción de la UE sobre derechos humanos y democracia y las consultas pro-activas con lasorganizaciones de la sociedad civil brasileña que se ocupan de los derechos humanos y delfuncionamiento democrático de la sociedad civil brasileña.

5.Vigile y responda a las violaciones de derechos humanos -incluyendo la investigación de casos desdela elección de Bolsonaro- y fortalezca los mecanismos para proteger a los defensores de derechoshumanos. Para las personas en situación de mayor riesgo, incluidos los pueblos indígenas y losdefensores del medio ambiente, la UE debería proporcionar apoyo directo y urgente cuando seanecesario, incluso a través de representaciones políticas.Atentamente,”

Ver la lista de firmantes en la version en PDF de la carta.