Los movimientos campesinos haitianos afirman que la actual crisis de seguridad en Haití no es casualidad, sino el resultado de una colaboración deliberada entre la comunidad internacional y el Gobierno ilegítimo que está en el poder y que trabajan codo a codo con las pandillas armadas. «Este Gobierno de facto carece de legitimidad popular. Sin embargo, goza del apoyo injustificado de instituciones globales, incluida la ONU y varios Estados, en particular del Gobierno de EE. UU. La orquestación estratégica de maquinación política por parte del Gobierno implica la promoción de las pandillas armadas mientras evita soluciones a la crisis de inseguridad y allana el camino para una posible intervención. El motivo subyacente detrás de cualquier posible intervención militar en Haití se ve como un intento de recolonizar la nación y explotar sus abundantes pero desaprovechados recursos naturales», sostuvo Doudou Pierre Festile, líder de MPA.
