“Keno no murió, se convirtió en semilla. Semilla permanente. Hoy y siempre”

La Mística de apertura de la Jornada de Agroecología revivió el ataque que asesinó a Valmir Mota de Oliveira, el Keno.

La Mística de apertura de la Jornada de Agroecología recordó el día del asesinato del militante Keno, por la milicia armada contratada por la transnacional Singenta. Foto: Leandro Taques

Por cada compañero o compañera asesinado, ¡ni un minuto de silencio pero toda una vida de lucha! Palabra de orden del Movimiento de los Trabajadores Rurales Sin Tierra (MST) que adquirió un significado especial en la apertura de la 16ª Jornada de Agroecología, durante la mística que revivió uno de los capítulos más trágicos de la lucha por la tierra en Paraná. Al cumplir 16 años, el evento que tiene lugar anualmente en Paraná y se consolida como espacio de resistencia y cultivo de la biodiversidad, homenajeó al militante Valmir Mota de Oliveira (Keno), líder de La Vía Campesina asesinado hace 10 años a manos del agronegocio. Foto: Íris Maracaípe Oliveira, viuda de Keno. 

La mística fue coordinada por los integrantes de la Brigada Teixeirinha, oriunda del Oeste de Paraná, lugar histórico de creación del MST y actualmente tierra de los grandes latifundistas del agronegocio de Paraná. La región donde Keno construyó su militancia y su familia. “Resulta difícil estar aquí después de 10 años, revivir todo eso, pues todo aquí recuerda a Keno, pero a la vez estoy feliz por ver que la familia MST no se olvida de él”, dice Íris Maracaípe Oliveira, viuda de Keno. Ella acompañó la mística al lado de Kauê, hijo pequeño de la pareja, que consolaba a la madre visiblemente emocionada. “No hay palabras para describir ese homenaje”, comentó la excompañera de Keno. Su dolor permanece latente, pero lo ocurrido fortaleció sus convicciones. “No desista, pase lo que pase conmigo. Esas fueron las últimas palabras que escuché de Keno, unos 15 minutos antes de todo lo que sucedió. Él estaba previendo lo peor”, recuerda Íris de su última conversación con el marido por teléfono, momentos antes de la tragedia. Foto: Asentado Nereu Mitzenberg.

La mística marcó a los compañeros y compañeras que estaban en el Acampamento Terra Livre, en Santa Tereza do Oeste, el fatídico 21 de Octubre de 2007. “Existe el sentimiento de revuelta por haber perdido a un compañero de lucha, nosotros éramos muy amigos. Sin embargo, por otro lado, hay un sentimiento de orgullo en este homenaje. Es como que hubiese pasado todo un video de aquel momento y de lo que él significó para el movimiento, de lo que representó en la lucha contra esa burguesía. Keno era un defensor de la naturaleza”, comentó el asentado Nereu Mitzenberg, que estaba en la antigua estación experimental de la transnacional Syngenta. “Eran disparos para todos los lados. Creo que nos dispararon unas 200 veces. Llovía mucho y llegaron disparando, bajando de un autobús y de coches. En el momento, empecé a ver a los compañeros cayendo y la única cosa que pensé era correr con mi hijo que en aquella época tenía 5 años”, recuerda Nereu, aún impresionado con la acción cobarde que contó con más de 60 hombres fuertemente armados.

En este mismo ataque otros campesinos fueron gravemente heridos. Entre ellos, la militante Isabel Nascimento de Souza. “Volvieron todas aquellas escenas, como si estuviese ocurriendo ahora mismo. No fue fácil para mí recordar. Todavía duele mucho. No el dolor físico, ni las cicatrices que se quedaron en mi cuerpo, pero el dolor de un gran compañero que cayó”, destaca la sin-tierra al acompañar la mística. Ella sería la segunda víctima fatal de la milicia, si no hubiese sido por el acto de coraje, el que dice haberse inspirado en las últimas palabras que escuchó de Keno. “Cuando empezó el ataque, cuando ellos llegaron, Keno dijo: NO SE ACOBARDEN. Me acordé de ello cuando me puse de rodillas en frente al pistolero. Él pidió que bajara la cabeza, pues quería acertar en mi cabeza. Pero en el momento me acordé de Keno y pensé: quiero mirar a la cara de aquel que me va a matar. En aquella hora es todo muy rápido. Después de eso, solo recuerdo  que mi cuerpo amortiguó y ya no sentí más nada. El disparo acertó de arriba para bajo y el proyectil se quedó alojado en el ojo de Isabel, que perdió la visión del ojo derecho.Foto: Isabel Nascimento de Souza.

Isabel comenta sobre el sentimiento de impunidad que permanece después de 10 años y del legado del compañero Valmir Mota de Oliveira. “Es un sentimiento de indignación, de nada haber sido resuelto, de que los culpables por la muerte de un compañero fueron absueltos. Sin embargo, Keno sigue entre nosotros en alma y pensamiento. Su cuerpo se fue, volvió a la tierra. Él conquistó la tierra de otra forma, no de la manera que nos gustaría que él la hubiese conquistado”. Para Roberto Baggio, de la coordinación de La Vía Campesina en Paraná, Keno es el símbolo del campesinado que se rebeló contra el sistema de las transnacionales. “Fue el primer asesinato en el mundo de un dirigente militante campesino en la área de una transnacional de producción transgénica. Keno trabó esta lucha en Paraná y fue asesinado. La 16ª Jornada incorpora ese espíritu de bravura”.

Para el coordinador estatal del MST, Keno simboliza la semilla que germina en la militancia que sigue en la construcción de un proyecto soberano y popular de agricultura. “Él, (Keno) es la fuente de energía para la lucha. Él, es símbolo del campesino que se rebeló y luchó hasta los últimos días de su vida”, añade. Simbología presente en la poesía, en los versos que relatan que “Keno no murió, se convirtió en semilla. Semilla permanente. Hoy y siempre”, escritos por el poeta y periodista Pedro Carrano.

EL ATAQUE

Keno tenía 34 años cuando le asesinaron. El crimen ocurrió en el Acampamento Terra Livre, en Santa Tereza do Oeste (PR), por una milicia contratada por la empresa suiza Syngenta Seeds en conjunto con los movimientos de productores rurales ligados al agronegocio. Entre ellos, la Sociedad Rural Oeste (SRO), presidida en la época por Alessandro Meneghel, que hoy está encarcelado acusado de la muerte de un policía federal en Cascavel.

El ataque repercutió a nivel internacional por medio de movimientos sociales y organizaciones de derechos humanos. Después del episodio, el propio embajador suizo Rudolf Barfuss pidió disculpas a Íris Oliveira con las siguientes palabras: “En nombre del gobierno de mi país, yo quisiera pedir disculpas”. En la época, la compañera de Keno entregó una carta al embajador exigiendo que el gobierno suizo ayudase en la punición de Syngenta por el acto de violencia y por los crímenes ambientales de los cuales es acusada.

Además de la muerte del líder de La Vía Campesina, otros tres trabajadores campesinos quedaron gravemente heridos. Uno de los guardias de seguridad contratados por la empresa también murió. Dos acciones fueron llevadas a juicio, pero uno de los procesos que investigaba la responsabilidad criminal de la milicia y de los sin-tierra fue recientemente archivado, absolviendo a ambos lados.

Por otro lado, Syngenta fue condenada a indemnizar a los familiares de Keno – la viuda Íris Maracaípe y sus tres hijos – además de a la agricultora Isabel Nascimento de Souza. La multinacional recurrió la decisión proferida por el juez Pedro Iva Moreira, de la 1ª Vara Civil de la Comarca de Cascavel, ante el Tribunal de Justicia de Paraná. La obligación de responsabilizar a Syngenta fue considerada en la época una “excepción a la regla”, debido a la actuación de las empresas transnacionales en lo que respecta a la violación de los derechos humanos.

HISTÓRICO

La empresa suiza Syngenta Seeds, detentora de 19% del mercado de agroquímica y la tercera de mayor lucro en la comercialización de semillas en el mundo, instala en 1998 una sede en Santa Tereza do Oeste, en la región oeste de Paraná. Atenta a los crímenes ambientales y al respeto de la legislación. La Vía Campesina denuncia las irregularidades ante los órganos nacionales e internacionales y la empresa es multada con 1 millón de R$ por Ibama.

El 14 de Marzo de 2006, el área es ocupada con amplia repercusión internacional. Las 70 familias campesinas permanecen hasta noviembre de 2006 en el local, cuando el Estado de Paraná cumple decisión judicial de reintegración de posesión expedida por la Justicia de Cascavel. Las familias regresan al local después de que el área fue desapropiada por el gobierno para la creación de un Centro de Agroecología.

En 18 de julio de 2007, los sin-tierra cumplen la orden judicial y las familias se van para el asentamiento Olga Benário, en Santa Tereza do Oeste.  En octubre de 2007, el área vuelve a ser ocupada después de los rumores de que la tierra está siendo preparada para la plantación de soja y maíz transgénico, lo que viola las normas de un centro de agroecología. Después de la nueva ocupación, ocurre la acción que mata a Keno. El caso es denunciado en todo Brasil, junto a los tribunales internacionales, entre ellos, el país de origen de la empresa.

La lucha de las familias campesinas que organizaron el Acampamento Terra Livre y que permanecen resistiendo desde hace más de 2 años en el espacio, juntamente con el gran apoyo y solidaridad recibidos por organizaciones de distintas partes del mundo, fue primordial para la importante victoria obtenida por los trabajadores campesinos. Fue gracias a la gran repercusión del caso y a la condena de la sociedad a la acción armada cometida por la multinacional que, en 2008, Syngenta tuvo que transferir la posesión del área al Gobierno de Paraná.

Por Julio Carignano, con fotos de Leandro Taques.

Traducido por Amanda Verrone