Declaración Final del FAMA reafirma: “El agua no es mercancía, el agua es de los pueblos”

El jueves 22, Día Mundial del Agua, se clausuró el Foro Alternativo Mundial del Agua (FAMA), que reunió cerca de 7 mil personas durante 5 días en Brasilia (DF), como contrapunto al foro de las corporaciones – Foro Mundial del Agua.

Comprendiendo el FAMA como algo más amplio que un evento, las organizaciones que convergieron en la construcción de la lucha por el agua divulgan esta declaración final. El compromiso fundamental es mantenerse en la lucha, enraizar los procesos de construcción llevados a cabo hasta aquí y mantener la movilización viva.

El documento reafirma la lucha contra cualquier privatización y el establecimiento de propiedad privada del agua. El FAMA defiende el agua como un bien común, es decir, un bien que debe ser controlado y estar a disposición del pueblo, reforzando así el lema del encuentro: “Agua es derecho, no mercancía”.

Firman el documento 36 organizaciones. Las demás entidades de Brasil y del mundo que deseen suscribir el documento deben enviar una solicitud a la Secretaria Operativa del FAMA, antes del día 12 de abril a través de los correos:  operativafama@gmail.com / metodologiafama2018@gmail.com

Declaración completa:

DECLARACIÓN FINAL DEL FORO ALTERNATIVO MUNDIAL DE LAS AGUAS

¿Quienes somos?

Nosotros, constructores y constructoras del Foro Alternativo Mundial del Agua (FAMA), reunidos del 17 al 22 de marzo de 2018 en Brasilia, declaramos a toda la sociedad todo lo que hemos podido acumular después de muchos debates, intercambios, sesiones culturales y declaraciones a lo largo de los varios meses de preparación, y durante estos últimos días aquí reunidos.  Somos más de 7 mil trabajadores y trabajadoras de la ciudad y del campo, de las aguas y de las forestas, representantes de los pueblos originarios y comunidades tradicionales, articulados en 450 organizaciones nacionales e internacionales de todos los continentes. Somos movimientos populares, tradiciones religiosas y espiritualidades, organizaciones no gubernamentales, universidades, investigadores, ambientalistas, organizados en grupos, colectivos, redes, frentes, comités, foros, institutos, articulaciones, sindicatos y consejos.

En la grandiosidad de los pueblos, intercambiamos experiencias de conocimiento, resistencia y de lucha. Y somos conscientes de que nuestra producción es para garantizar la vida y su diversidad. Estamos aquí creando unidad y fuerza popular para reflexionar y luchar juntos y juntas por el agua y por la vida en sus más variadas dimensiones.  Lo que nos hace común, en la relación con la naturaleza, es garantizar la vida. Nuestra lucha es la garantía de la vida. Es eso lo que nos diferencia de los proyectos y de las relaciones del capital, expresos en el Foro de las Corporaciones – Foro Mundial del Agua.

También estamos aquí para denunciar la 8ª edición del Foro Mundial del Agua (FMA), el Foro de las Corporaciones, evento organizado por el Consejo Mundial del Agua, como un espacio de captura y robo de nuestras aguas. El Foro y el Consejo están vinculados a las grandes corporaciones transnacionales y buscan atender exclusivamente a sus intereses en detrimento de los pueblos y de la naturaleza.

Nuestras constataciones sobre el momento histórico

El modo de producción capitalista, históricamente, concentra y centraliza riqueza y poder a partir de la ampliación de sus formas de acumulación, de la intensificación de sus mecanismos de explotación del trabajo y de la profundización de su dominio sobre la naturaleza, generando la destrucción de los modos de vida. Vivimos en un periodo de crisis del capitalismo y de su modelo político representado por la ideología neoliberal, en la que se busca intensificar la transformación de los bienes comunes en mercancía a través de procesos de privatización, precificación y financierización.

La persistencia de este modelo viene agudizando las desigualdades y la destrucción de la naturaleza por medio de los “planes de salvación del capital”, sobre todo en los momentos de profundización de la crisis. En este escenario, las acciones del capital se orientan hacia la manutención, a cualquier coste, de sus tasas de interés, lucro y renta.

Este modelo impone a América Latina y al Caribe el papel de productores de artículos primarios y de proveedores de materia prima, actividades económicas intensivas en bienes naturales y fuerza de trabajo. Subordina la economía de estos países a un papel de dependencia en la economía mundial, siendo ellos victimas prioritarias de esta estrategia de ampliación de la explotación a cualquier coste.

Brasil, que es la sede de esta edición del FAMA, en este sentido es ejemplar. El golpe aplicado recientemente demuestra la acción coordinada entre corporaciones y sectores del parlamento, de los medios de comunicación y del judiciario para romper el orden democrático y someter el gobierno nacional a una agenda que atienda rápidamente a sus intereses. La más dura medida presupuestaria del mundo ha sido implementada en nuestro país, a través de la cual el presupuesto público está congelado por 20 años, garantizando así el drenaje de los recursos públicos para el sistema financiero y creando las bases para una ola privatizadora, incluyendo en ello la infraestructura de almacenamiento, distribución y saneamiento del agua.

¿Cuáles son las estrategias de las corporaciones para el agua?

Identificamos que el objetivo de las corporaciones es ejercer el control privado del agua a través de la privatización, mercantilización y de su titularización, tornándole fuente de acumulación en escala mundial y generando lucros a las transnacionales y al sistema financiero. Para ello, están en curso diversas estrategias que van desde el uso de la violencia directa, hasta las formas de captura corporativa de gobiernos, parlamentos, judiciarios, agencias reguladoras y demás estructuras jurídico-institucionales para actuación en favor de los intereses del capital. Hay también una ofensiva ideológica articulada junto a los medios de comunicación, educación y propaganda, que buscan crear una hegemonía en la sociedad que sea contraria a los bienes comunes y a favor de su transformación en mercancía.

El resultado deseado por las corporaciones es la invasión, la apropiación y el control político y económico de los territorios, de las nacientes, ríos y embalses para atender a los intereses del agronegocio, hidronegocio, de la industria extractivista, minería, especulación inmobiliaria y generación de energía hidroeléctrica. El mercado de la bebida y otros sectores quieren tener el control de los acuíferos. Las corporaciones quieren también el control de toda la industria de abastecimiento de agua y alcantarillado sanitario para imponer su modelo de mercado y generar lucros al sistema financiero, transformando así el derecho históricamente conquistado por el pueblo en mercancía. También quieren apropiarse de todos los manantiales de Brasil, América Latina y demás continentes para generar valor y transferir riquezas de nuestros territorios al sistema financiero, viabilizando el mercado mundial del agua.

Denunciamos a las transnacionales Nestlé, Coca-Cola, Ambev, Suez, Veolia, Brookfield (BRK Ambiental), Dow AgroSciences, Monsanto, Bayer, Yara, a los organismos multilaterales como el Banco Mundial y el Fondo Monetario Internacional y a las ONGs ambientalistas de mercado como The Nature Conservancy y Conservation International, entre otras que expresan el carácter del “Foro Mundial de las Corporaciones”. Denunciamos el delito cometido por Samarco, Vale y BHP Billiton, que contaminó con su lodo toxico el Río Doce, asesinando a toda una bacía hidrográfica y matando numerosas personas, crimen que hasta hoy sigue impune. Denunciamos el reciente delito practicado por la noruega Hydro Alunorte, que desalojó miles de toneladas de residuos oriundos de la minería por medio de canales clandestinos en el corazón de la Amazonía y encomendó el asesinato del líder comunitario Sergio Almeida Nascimento, que denunciaba sus crímenes. Ejemplos como estos se están reproduciendo por todo el mundo.

Los pueblos están siendo víctimas de este avance del proyecto de las corporaciones. Las mujeres, pueblos originarios, pueblos y comunidades tradicionales, poblaciones negras, migrantes y refugiados, agricultores familiares y campesinos y las comunidades periféricas urbanas están sufriendo directamente los ataques del capital y las consecuencias sociales, ambientales y culturales de su acción.

En los territorios y locales donde hubo y/o existen planes de privatización, se profundizan las desigualdades, el racismo, la violencia sexual y la sobrecarga de trabajo a las mujeres, la criminalización, asesinatos, amenazas y persecución de liderazgos, aumento de la explotaciones, brutal restricción del acceso al agua y a los servicios públicos, reducción en la cualidad de los servicios ofrecidos a la población, ausencia del control social, aumentos abusivos en las tarifas, corrupción, deforestación, contaminación y envenenamiento de las aguas, destrucción de los manantiales y ríos y ataques violentos a los pueblos y sus territorios, en especial a las poblaciones que resisten a las reglas impuestas por el capital.

La dinámica de acumulación capitalista se entrelaza con el sistema hetero-patriarcal, racista y colonial, controlando así el trabajo de las mujeres y ocultando intencionalmente su papel en las esferas de reproducción y producción. En este momento de ofensiva conservadora, se profundiza la división sexual del trabajo y del racismo, causando el aumento de la pobreza y de la precariedad de la vida de las mujeres.

La violencia contra las mujeres es una herramienta de control sobre nuestros cuerpos, nuestro trabajo y nuestra autonomía. Esta violencia se intensifica con el avance del capital, que se refleja en el aumento de asesinatos de mujeres, de la prostitución y de la violencia sexual. Todo esto imposibilita a las mujeres a vivir con dignidad y placer.

Para las diversas religiones y espiritualidades, todas estas injusticias relacionadas con el agua y sus territorios caracterizan una desacralización del agua recibido como un don vital y dificultan las relaciones con el Transcendente, como horizonte mayor de nuestras existencias.

Destacamos que para los Pueblos Originarios y Comunidades Tradicionales hay una relación interdependiente con las aguas y todo lo que les afecta. Así que todos los ataques criminales que el agua sufre repercuten directamente en la existencia de estos pueblos en sus cuerpos y mentes. Estos pueblos se afirman como agua, pues existe una profunda unidad entre ellos y los ríos, lagos, estanques, manantiales, acuíferos, pozos, veredas, aguas freáticas, estuarios, mares y océanos como entidad única. Declaramos que las aguas son seres sagrados. Todas las aguas son una solo agua en permanente movimiento y transformación. El agua es entidad viva y merece ser respetada.

Finalmente, constatamos que la entrega de nuestras riquezas y bienes comunes conduce a la destrucción de la soberanía y de la autodeterminación de los pueblos, así como la perdida de sus territorios y modos de vida.

Pero nosotros afirmamos: ¡resistimos y venceremos!

Nuestra resistencia y nuestra lucha son legítimas. Somos los guardianes y guardianas de las aguas y defensores de la vida. Somos un pueblo que resiste y nuestra lucha vencerá todas las estructuras que dominan, oprimen y explotan nuestros pueblos, cuerpos y territorios. Somos como el agua, alegres, transparentes y en movimiento. Somos pueblos del agua y el agua de los pueblos.

A lo largo de estos días de convivencia colectiva, identificamos una extraordinaria diversidad de prácticas sociales, con enorme riqueza de culturas, conocimientos y formas de resistencia y de lucha por la vida. Nadie se rendirá. Los pueblos de las aguas, de las forestas y del campo resisten y no se rendirán al capital. De la misma manera se está dando la lucha de los pueblos, de los operarios y de todos los trabajadores y trabajadoras de las ciudades, que demuestran cada vez más fuerza. Tenemos la convicción de que solamente la lucha conjunta de los pueblos podrá derrotar todas las estructuras injustas de esta sociedad.

Identificamos que la resistencia y la lucha viene realizándose en todos los sitios y territorios de Brasil y del mundo, y estamos convencidos de que nuestra fuerza debe caminar y unirse a las grandes luchas nacionales e internacionales. La lucha de los pueblos en defensa de las aguas es mundial.

Agua es vida, es salud, es alimento, es territorio, es derecho humano, es un bien sagrado.

Lo que proponemos

Reafirmamos que las diversas luchas en defensa de las aguas dicen, alto y claro, que el agua no es y no puede ser mercancía. No es recurso que puede ser apropiado, explotado y destruido para un buen rendimiento de los negocios. El Agua es un bien común y debe ser preservado y gestionado por los pueblos para las necesidades de la vida, garantizando su reproducción y perpetuación. Por ello, nuestro proyecto para las aguas tiene en la democracia su pilar fundamental. Es solamente a través de procesos verdaderamente democráticos, que superen la manipulación de los medios de comunicación y del dinero, que los pueblos pueden construir el poder popular, el control social y el cuidado sobre las aguas, afirmando sus saberes, tradiciones y culturas, en oposición al proyecto autoritario, egoísta y destructivo del capital.

Somos radicalmente contrarios a las distintas estrategias presentes y futuras de apropiación privada del agua y defendemos el carácter público, comunitario y popular de los sistemas urbanos de gestión y cuidado del agua y saneamiento. Por ello, fortalecemos y estimulamos los procesos de reestatalización de compañías de aguas y alcantarillas, y otras formas de gestión. Seguiremos denunciando los intentos de privatización y apertura de Capital, a ejemplo de lo que ocurre en Brasil, donde 18 estados manifestaron interés en la privatización de sus compañías.

Defendemos el trabajo digno, asentado en relaciones democráticas de trabajo, protegidas y libres de toda forma de precariedad. También es fundamental la garantía del acceso democrático y sostenible al agua junto a la implementación de la reforma agraria y la defensa de los territorios, con garantía de producción de alimentos en bases agroecológicas, respetando las prácticas tradicionales y buscando atender la soberanía alimentaria de los trabajadores y trabajadoras urbanas y del campo, forestas y aguas.

Estamos comprometidos con la superación del patriarcado y de la división sexual del trabajo, y por el reconocimiento de que el trabajo doméstico y de cuidados está en la base de la sostenibilidad de la vida. El combate al racismo también nos une en la lucha por el reconocimiento, titulación y demarcación de los territorios de los pueblos originarios y comunidades tradicionales, y en la reparación al pueblo negro e indígena que vive marginalizado en las periferias de los centros urbanos.

Nuestro proyecto está orientado por la justicia y por la solidaridad, no por el lucro. En nuestro proyecto nadie tendrá sed o hambre y todos y todas tendrán acceso al agua de cualidad, regular y suficiente, así como a los servicios públicos de saneamiento.

Nuestro plan de acciones y luchas

La profundidad de nuestros debates y elaboraciones colectivas, el éxito de nuestra movilización, la diversidad de nuestro pueblo y la amplitud de los desafíos que necesitan ser combatidos nos impulsan a continuar el enfrentamiento contra el sistema capitalista, patriarcal, racista y colonial, teniendo como referencia la construcción de la alianza y de la unidad entre toda la diversidad presente en el FAMA 2018.

Trabajaremos, a través de nuestras formas de lucha y organización, para ampliar la fuerza de los pueblos en el combate a la apropiación y destrucción de las aguas. La intensificación y cualificación del trabajo de base junto al pueblo, la acción y la formación política para construir una concepción critica de la realidad serán nuestros instrumentos. El pueblo debe asumir el comando de la lucha. Apostamos por el protagonismo y por la creación heroica de los pueblos.

Practicaremos nuestro apoyo y solidaridad internacional a todos los procesos de luchas de los pueblos en defensa del agua y denunciaremos la arquitectura de la impunidad, que, por medio de regímenes de libre comercio e inversiones, concede privilegios a las corporaciones transnacionales y facilitan sus delitos corporativos.

Multiplicaremos las experiencias compartidas en el Tribunal Popular de las Mujeres para la promoción de la justicia popular, visibilizando las denuncias de los crímenes contra nuestra soberanía, los cuerpos, los bienes comunes y la vida de las mujeres del campo, de las forestas, aguas y ciudades.

El agua es un don que la humanidad ha recibido gratuitamente, es un derecho de toda las criaturas y bien común. Por ello, nos comprometemos a unir mística y política, fe y profecía en sus prácticas religiosas, luchando contra los proyectos de privatización, mercantilización y contaminación de las aguas que maltratan a su dimensión sagrada.

El Foro Alternativo Mundial del Agua (FAMA) apoya, se solidariza y estimulará todos los procesos de articulación y de luchas entre  nuestros pueblos en Brasil y en el mundo, tales como la construcción del “Congreso del Pueblo”, del “Campamiento Tierra Libre”, de la “Asamblea Internacional de los Movimientos y Organizaciones de los Pueblos”, de la “Jornada Continental por la Democracia y Contra el Neoliberalismo”, de la campaña internacional para desmantelar el poder corporativo y por el “tratado vinculante”, como herramienta para exigir justicia, verdad y reparación ante a los crímenes practicados por las transnacionales.

Convocamos a todos los pueblos a luchar juntos para defender el agua. El agua no es mercancía. El agua es del pueblo y por los pueblos debe ser controlado.

Es tiempo de esperanza y de lucha. Solamente la lucha nos hará vencer. ¡Triunfaremos!

Firman esta declaración:

Articulação dos Povos Indígenas do Brasil

Articulação Semiárido Brasileiro

Associação Brasileira de Saúde Coletiva

Associação Nacional dos Serviços Municipais de Saneamento

Cáritas Brasil

Central de Movimentos Populares

Conselho Nacional das Populações Extrativistas

Confederação Nacional dos Urbanitários

Confederação Nacional das Associações de Moradores

Coordenação Nacional de Articulação das Comunidades Negras Rurais Quilombolas

Conselho Nacional de Igrejas Cristãs do Brasil

Confederação Nacional dos Trabalhadores na Agricultura

Comissão Pastoral da Terra

Confederação Sindical de Trabalhadores/as das Américas

Central Única dos Trabalhadores

Federação de Órgãos para Assistência Social e Educacional

Fórum Brasileiro de ONGs e Movimentos Sociais para o Meio Ambiente e o Desenvolvimento

Federação Nacional das Associações do Pessoal da Caixa Econômica Federal

Federação Interestadual de Sindicatos de Engenheiros

Frente Nacional pelo Saneamento Ambiental

Federação Nacional dos Urbanitários

Federação Única dos Petroleiros

Fórum de Mudanças Climáticas e Justiça Social

Instituto Brasileiro de Proteção Ambiental

Internacional de Serviços Públicos

Marcha Mundial das Mulheres

Movimento dos Atingidos por Barragens

Movimento dos Pequenos Agricultores

Movimento de Pescadores e Pescadoras Artesanais do Brasil

Movimento dos Trabalhadores Rurais Sem Terra

Movimento dos Trabalhadores Sem Teto

ONG Proscience

Rede Mulher e Mídia

Serviço Interfranciscano de Justiça Paz e Ecologia

Sociedade Internacional de Epidemiologia Ambiental

Vigência

Traducido por: Amanda Verrone

Más información: www.fama2018.org