Paraguay, Mujeres campesinas e indígenas exigen sus derechos

Asunción, 9 de marzo de 2012

En la hoy enrejada plaza Uruguaya, integrantes de la Coordinadora Nacionalde Organizaciones de Mujeres Trabajadoras Rurales e Indígenas (Conamuri),realizaron un foro abierto para conmemorar el día internacional de la mujertrabajadora.

La actividad tuvo por nombre “Kuña, yvy ha tekove” (“Mujer, tierra y vida”)y contó con la transmisión en directo de Radio Viva FM. De la mismaparticiparon alrededor de cien personas, provenientes de diferentesorganizaciones sociales, aparte de Conamuri, como OLT, MCNOC, MCP, laAsamblea Permanente de la Plaza Uruguaya, la Coordinadora Nacional por laRecuperación de las Tierras Malhabidas y el público general interesado.

El propósito del evento fue analizar la trayectoria de lucha de lasorganizaciones de mujeres indígenas y campesinas por el acceso a la tierra,la defensa del territorio, la soberanía y la vida. En ese sentido, elespacio permitió un extenso debate en torno a la coyuntura nacional,intercalando un diálogo participativo en donde los temas en su mayoríaconsideraban las reivindicaciones de los derechos campesinos e indígenas, yen particular, los derechos de las mujeres del campo.

La concurrencia coincidió en reconocer la importancia de la trayectoria delucha y de trabajo de las mujeres rurales más empobrecidas por este modelode sociedad capitalista, racista y patriarcal. Así también se planteó quelos tres poderes del Estado deberían trabajar de forma coordinada para unamayor cobertura de derechos que beneficie a este amplio sector de nuestropaís.

Se criticó, a su vez, el modelo agroexportador y dependiente que se tieneen el campo, el cual se constituye en la mayor razón por la que laagricultura campesina e indígena de pequeña escala y la soberaníaalimentaria se ven amenazadas, trayendo como consecuencia la migraciónforzosa de las poblaciones, la expulsión de territorios indígenas por elcultivo de soja o la extensión de ganado, la destrucción de labiodiversidad, la reducción del hábitat y la acentuación de la violenciaestructural en su faceta más sombría.

Coincidieron, además, en la urgencia por concretar una reforma agrariaintegral en el contexto de lucha que moviliza, sobre todo, a lasorganizaciones campesinas e indígenas, pues, en palabras de una habitantede Alto Paraná: “la falta de tierra trae consigo la falta de alimentos”.

*Cifras que desnudan la desigualdad y la violencia de género*Según investigaciones difundidas en varios sitios web, un informe de la FAOratifica que el 54% de las trabajadoras agrícolas está por debajo de lalínea de pobreza; esto es sumamente paradójico, teniendo en consideraciónque las mujeres producen el 80% de los alimentos en el mundo, y sin embargoson propietarias de tan solo el 2% de las tierras. Así también, aunqueellas representan el 20% de la fuerza laboral en América Latina y elCaribe, viven en peores condiciones que los hombres.

La OIT, por su parte, observa que la mayoría de las mujeres rurales percibe25% menos que los hombres en concepto de remuneración, aunque trabajen máshoras que ellos, inclusive.

A nivel de violencia, la Secretaría de la Mujer en nuestro país reportó que7 mujeres por día, durante el año 2011, radicaron denuncia por algún hechode violencia que se cometiera en contra de ellas.

También las mujeres indígenas, muy indignadas, manifestaron sentirsecansadas de que los candidatos a cargos electorales estuvieran, desde ya,merodeando en sus comunidades y aldeas: “ahora vuelve la época en quenosotros los indígenas somos lindos y aseados porque están en campañapolítica; pero ya estamos conscientes de que ellos no representan a lasclases populares, sino que solo nos están usando para asegurar sus votos”,se escuchó entre la multitud.