¡Ni las mujeres ni la tierra son territorios de conquista! – Declaración conjunta de las Articulaciones de Mujeres de ARNA y ECVC
Declaración en el marco de la Escuela Continental de Mujeres de la Región Arna y Europa realizada de 27 de septiembre al 1 de octubre de 2024 en Galicia, España.
Nosotras, las mujeres de la Región Árabe y del Norte de África de LVC y la Coordinadora Europea Vía Campesina, nos reunimos en Galicia del 27 de septiembre al 1 de octubre de 2024, para intercambiar sobre nuestras condiciones de vida y trabajo como mujeres* campesinas* en nuestros respectivos contextos, con el fin de aprender unas de otras e identificar nuestras luchas comunes.
Con fuerza nos unimos contra al sistema neoliberal y patriarcal, que se basa en la explotación del trabajo de las mujeres: Las mujeres realizan una parte importante del trabajo agrícola, pero a menudo no son propietarias de los medios de producción ni de los recursos. Producen alimentos destinados a la exportación que ellas mismas no pueden permitirse.
Las campesinas y trabajadoras rurales juegan un papel importante en la sociedad, lo cual no es reconocido. Las mujeres realizan el 70% de la producción agrícola. Se encargan además del 80% del trabajo doméstico, asumiendo así una triple carga de trabajo.
Somos fundamentales para lograr la soberanía alimentaria en nuestros territorios. Cuidamos nuestros campos y nuestras familias, y protegemos el planeta en nuestro trabajo diario.
En tiempos de guerra y crisis, apoyamos las luchas de las campesinas en nuestras regiones, defendemos resueltamente la paz y condenamos la creciente militarización del mundo. Juntas, queremos expresar nuestra solidaridad con todas las mujeres que sufren la violencia y la guerra en el mundo. También nos mantenemos unidas con las mujeres palestinas, libanesas y sudanesas que, en tiempos de guerra y ocupación, siguen luchando por la libre determinación y por la libertad. Condenamos y denunciamos la guerra que Israel está librando en este momento en Gaza, así como los ataques israelíes contra el Líbano. Pedimos una cesación del fuego inmediata en la región y el fin del genocidio que, hasta ahora, ha matado a decenas de miles de personas.
Reafirmamos la urgente necesidad de respetar el derecho a la vida, a una vida digna, de todas las mujeres del mundo.
Juntas, reiteramos nuestro compromiso de trabajar de la mano por la soberanía alimentaria y poner fin a todas las formas de violencia, explotación sexual y discriminación a nivel individual e institucional contra las mujeres y las niñas.
En el sistema actual, las campesinas nos vemos excluidas de varias formas en términos de igualdad de acceso a los recursos, servicios públicos y profesionales, así como en términos de participación igualitaria en nuestras organizaciones locales y en los espacios públicos y de toma de decisiones.
Hoy estamos unidas y reafirmamos nuestra lucha común:
- por la igualdad de acceso a la tierra, al agua, a las semillas y a todos los demás recursos naturales, para asegurar a las mujeres la igualdad de derechos sobre la propiedad de la tierra y un reconocimiento jurídico como campesinas,
- contra todas las formas de discriminación y violencia contra las mujeres (interseccionalidad, raza, orientación sexual e identidad de género),
- por el pleno acceso de las campesinas y trabajadoras rurales a los servicios profesionales y a la seguridad social,
- por el pleno acceso a la información y a la formación,
- por la participación plena y efectiva de las campesinas en sus organizaciones, así como en los espacios de política pública y de toma de decisiones,
- por la igualdad completa de derechos socioeconómicos para las trabajadoras migrantes en nuestras regiones,
- por precios justos para los alimentos producidos por las campesinas y campesinos
- por un reparto equitativo y corresponsable de los cuidados sobre la base de un modelo público de comunidad;
- por un acceso seguro e igualitario a todos los servicios públicos, incluido el transporte, así como una distribución justa de las subvenciones públicas.
Nos comprometemos a buscar activamente el fortalecimiento de alianzas dentro de nuestras propias organizaciones y con organizaciones sociales y feministas.
¡Sin feminismo no hay soberanía alimentaria! ¡Internacionalicemos la lucha, internacionalicemos la esperanza!