Posicion sobre projecto de declaracion acuerdo de doha (omc)
Comunicado de prensa
El segundo borrador de la declaración ministerial para la reunión de la omc es un presagio de desastres para los países menos desarrollados y los países en vías de desarrollo, asegura la sociedad civil mundial.
Prevalecen procesos totalmente antidemocráticos en la omc, en momentos en que se impone a rajatabla un texto "terminado" que propone el lanzamiento de una nueva ronda de negociaciones, a pesar de las protestas constantes de la mayoría de los miembros de la omc y de las organizaciones ciudadanas en todo el mundo. El nuevo borrador de la Declaración Ministerial de la próxima cumbre de la OMC en Doha que salió a la luz el fin de semana pasado fue repudiado enérgicamente en lo últimos días por organizaciones ciudadanas en todo el mundo. El intento más reciente de presentación de un documento para ser aprobado durante la próxima reunión de la OMC, programada del 9 al 13 de noviembre en Doha, Qatar, fue recibido con indignación en la sociedad civil y con incredulidad y frustración en los países en vías de desarrollo y los países menos desarrollados (PMD), en tanto que el tono y el contenido del nuevo texto se atribuye un consenso acerca de la agenda futura de la OMC que en realidad no existe. Las Organizaciones No-Gubernamentales están urgiendo en todo el mundo a sus respectivos gobiernos para que denuncien como ilegítimo el texto que se les ha presentado, y para que se opongan a que éste sea adoptado como base de las deliberaciones de la Conferencia Ministerial de la OMC en Doha.
El nuevo texto presentado es el segundo, después de un primer borrador que fue ampliamente rechazado por los delegados ante la OMC de los países en vías de desarrollo. No obstante, el nuevo texto continúa excluyendo los principales reclamos de los países en vías de desarrollo, mientras que si incluye muchas de las propuestas a las que dichos países se oponen vehementemente. Las consultas del mes pasado en la OMC resultaron en una nueva infracción de los procedimientos debidos, ya que se ha seguido adelante a todo vapor con una versión que carece de opciones o formulaciones alternativas entre "corchetes" para un texto que está muy cuestionado y todavía encuentra fuerte oposición. Eso constituye una grave violación de los procesos democráticos, en tanto que se han desechado meses enteros de intervenciones repetidas de la mayoría de los propios miembros de la OMC.
En contraste con las pretensiones del nuevo texto, la verdad es que aún existen profundos desacuerdos entre los países miembros de la OMC con respecto a la agenda futura de la organización. Ya con anterioridad a la Conferencia Ministerial de la OMC en Seattle, la mayoría de los países en vías de desarrollo miembros de la OMC vienen reclamando que se encaren las fallas y desequilibrios existentes en la OMC, pero se han topado con una oposición -liderada por Estados Unidos (EE.UU.)- inflexible a esta agenda centrada en la "implementación". La briega de la Unión Europea (UE) por la expansión de las disciplinas de la OMC a nuevas áreas como las inversiones, las políticas de competencia y las compras del Estado ha sido rotundamente rechazada por las naciones en vías de desarrollo. También persisten diferencias importantes con respecto a las negociaciones sobre agricultura, siendo que los países en vías de desarrollo presionan por la inclusión de temas relativos al desarrollo, tales como la seguridad alimentaria y el desarrollo rural, mientras que Estados Unidos y la UE continúan protegiendo sus mercados mediante subsidios y créditos a la exportación. Hay muchos miembros de la OMC que reclaman nuevas negociaciones sobre políticas anti dumping, pero Estados Unidos insiste en que estás no formen parte del temario de negociaciones -aun cuando el nuevo texto si las incluye, junto con otros sectores o temáticas nuevas como inversiones, políticas de competencia, compras del Estado y otros.
Entretanto, la lista de disposiciones identificadas por los países en vías de desarrollo, miembros de la OMC, como de necesario tratamiento urgente para ser revisadas o enmendadas antes de embarcarse en la negociación de nuevos sectores o temáticas en la OMC, en realidad reciben en el nuevo texto un tratamiento aún más superficial y carente de obligaciones que en el primer borrador. En vigencia de los acuerdos de la OMC la cuota del comercio mundial correspondiente a los países más pobres se ha disminuido, y las políticas de desarrollo y de salud en muchos de ellos han sido atacadas por supuestas infracciones de las normas de la OMC. Sin embargo, lo que obtienen por respuesta a sus reclamos en el nuevo borrador estos países es la reafirmación efectiva de la línea dura postulada por Estados Unidos, que le niega tratamiento a esas preocupaciones a menos que los países en vías de desarrollo le brinden nuevas concesiones en otras áreas de su interés.
El nuevo borrador constituye además una bofetada al movimiento ciudadano mundial de campesinos y pequeños productores agropecuarios y pescadores artesanales, trabajadores y ecologistas que vienen trabajando juntos internacionalmente desde hace años, antes y después de la Conferencia Ministerial de la OMC en Seattle. Muchas organizaciones ciudadanas y de trabajadores se han unido en torno a la campaña ’Nuestro Mundo No Está en Venta: OMC, Someterse o Perecer’, que reclama la transformación profunda y radical de la OMC. Los reclamos de esa coalición ciudadana -que incluye diversos movimientos de masas y organizaciones tanto del Sur como del Norte, así como organizaciones mundiales campesinas y de trabajadores-también fueron sistemáticamente rechazados en el nuevo texto borrador de la Declaración Ministerial.
La actitud recalcitrante del Secretariado de la OMC -y del puñado de países ricos que ejercen mayor influencia sobre la agenda de la OMC- frente a los reclamos de los países en vías de desarrollo y la sociedad civil mundial, está conduciendo a la Conferencia Ministerial en Doha por caminos que resultarían desastrosos para la mayoría de los miembros de la OMC, o que bien pueden llevar a una repetición de lo sucedido en Seattle en 1999: la impugnación abierta de un texto inaceptable.
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