Las agricultoras en huelga por el empeoramiento de la igualdad en la agricultura y en las zonas rurales en Galicia
Este 8 de marzo de 2021, las agricultoras de Sindicato Labrego Galego, SLG, también apoyaron el paro feminista. Un año después de la última huelga de mujeres y para las agricultoras, en cuestión de igualdad, la situación sigue empeorando. Seguimos siendo ese factor invisible que sostiene al mundo rural con nuestro trabajo en las fincas, con nuestro cuidado de los ancianos y lxs niñxs. Sin embargo, la mayoría de nosotras todavía no vemos reconocida esta contribución al adquirir algún tipo de compensación o derecho como la mayoría de los trabajadores:
Es indignante que llevamos varios años con la cantidad de tan solo 18 agricultoras que se han registrado como copropietarios de las fincas donde trabajan, cuando las estimaciones indican que debe haber unas 35.000 mujeres gallegas trabajando en la finca familiar siendo solo el varón, cónyuge titular de la misma.
Es indignante que, como consecuencia directa de esta invisibilidad del trabajo de la mayoría de las agricultoras, sólo el 5% de las que vienen a cotizar logre una pensión completa frente al 80% de los hombres.
Es indignante que en las cooperativas, según datos de la Asociación Gallega de Cooperativas Agrarias (Agaca), con el 46% de los socios de las mujeres, la presencia de mujeres se reduzca al 16% en los consejos de gobierno y al 6% en las presidencias.
Es indignante que, a nivel estatal, las mujeres cubran solo el 27,5% de la ayuda directa de la Programa Agrícola Común, PAC o el 26,35% de la ayuda al desarrollo rural.
Además, el importe de la ayuda de la PAC es menor en las mujeres que en los hombres. Si analizamos el caso gallego, hay más mujeres que cubren ayudas que hombres. De los 27.357 beneficiarios, el 43,17% eran hombres y el 56,82% mujeres; sin embargo, la ayuda media de la PAC que reciben los hombres en Galicia es de 9.736 €, mientras que la ayuda media para las mujeres se reduce a 4.106 €. Esto se debe a que la ayuda de la PAC no está diseñada con una perspectiva de género y no prevé que la mayoría de las explotaciones agrícolas gestionadas por mujeres se basen normalmente en producciones alternativas, normalmente de menor tamaño pero perfectamente viables, generadoras de riqueza y empleo rural y producción de alimentos de calidad. Sin embargo, Bruselas los deja fuera de su apoyo público a la agricultura.
Es indignante ver cómo se siguen cerrando servicios públicos imprescindibles en el medio rural, como escuelas o centros médicos, cuya ausencia siempre repercute negativamente en la jornada laboral de las mujeres porque nosotras nos encargamos de las tareas familiares relacionadas con el la salud de las niñas y el cuidado de los ancianos.
Es indignante que, en lugar de mejorar nuestro sistema de salud fortaleciendo e incrementando los centros médicos rurales en lugar de cerrarlos, la junta se saca de la manga una Ley de Salud que lo único que hace es restringir aún más nuestros derechos y libertades fundamentales, bastante recortados por la ley de estado de alarma, y reemplazar el cuidado por la represión y el miedo.
Es indignante ver que, mientras nos cierran servicios esenciales en las zonas rurales, la Junta prevé repartir cientos de millones de euros de Fondos Próxima Generación entre unas pocas empresas amigas, sin gastar un céntimo en financiar soluciones a las desigualdades que sufrimos las campesinas y mujeres rurales: ni un centavo para la atención domiciliaria y los servicios de salud, ni un centavo para llevar la educación y la cultura a las aldeas, ni un centavo para promover la propiedad compartida, ni un centavo para reducir la brecha salarial o las pensiones, ni un centavo para específicamente apoyar el trabajo profesional de las agricultoras, ni un centavo para ayudar a las mujeres que sufren violencia solas en las zonas rurales.
Como todos los años, debemos repetirnos diciendo que hay demasiados motivos para expresar nuestra indignación en apoyo a la huelga del 8 de marzo, que hay demasiados motivos de igualdad en las zonas rurales y en las fincas que están lejos de llegar. Sin duda, desde las distintas administraciones y desde todas las ideologías partidistas, hoy nos recordaremos a muchos de nosotros, pero mañana seremos los grandes olvidados, Galicia durante el día de hoy y no iremos a nuestros trabajos
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Además del paro del 8 de marzo, la Secretaría de la Mujer de la SLG organiza su XVI Reunión Anual este miércoles 10 de marzo en la Casa da Terra (Antas de Ulla). En esta ocasión el encuentro tendrá una capacidad reducida respecto a los protocolos de salud de Covid, uno de los temas de debate y análisis será precisamente si las políticas públicas, incluida la PAC, atienden o descuidan a las mujeres campesinas.
Fuente: http://www.sindicatolabrego.com/
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