Europa: Hay muchas posibilidades de parar el TTIP

Entrevista con Andoni García [Miembro de la Ejecutiva de COAG e integrante EHNE-Bizkaia]

En mayo se celebró la Asamblea de la COAG, donde fuiste elegido para formar parte de la Ejecutiva. ¿Qué valoración haces de la misma?

La valoración es positiva, se ha reconocido y reforzado el trabajo de la última etapa. Estos últimos años han sido difíciles, estamos asistiendo a una crisis sin precedentes en el sector lácteo con pérdidas continuas de explotaciones, la volatilidad de los precios que avanza en todos los sectores de producción y los recortes y ajustes que también han afectado al medio rural. La Asamblea ha trazado una línea sindical muy clara y comprometida para defender como principal función de los y las agricultoras, la producción de alimentos sanos en un modelo de agricultura social, sostenible y profesional y con ello garantizar el derecho a la alimentación sana para toda la población. En esta línea se rechaza por lo tanto con rotundidad los acuerdos de libre comercio, OMC, TTIP, CETA o Mercosur porque destruyen ese modelo de agricultura y alimentación. Ha habido una buena participación de jóvenes y mujeres agricultoras y hay un compromiso claro en la organización para facilitar los relevos y la participación de ambos. Quiero también destacar dos apartados, uno la intervención final del Secretario General, Miguel Blanco, por su claridad, contundencia y profundidad denunciando las políticas que destruyen a la agricultura social y las alternativas que COAG plantea. Por otra parte el debate de la ponencia fue muy participativo e intenso.

Durante esos cuatro años la PAC sería, quizás, el tema que mayor tiempo ha ocupado.

Posiblemente. La COAG ha defendido una nueva PAC basada en la regulación de los mercados para lograr así unos precios agrarios que cubran los costes de producción. Sin embargo, este debate, tanto la Comisión Europea como los gobiernos lo eluden y rechazan para llevarnos al debate «eterno» de las ayudas. COAG ha defendido en este apartado, la priorización para un modelo de agricultura con agricultores donde las ayudas estuvieran vinculadas a la actividad y al agricultor. Pero este debate no de más de sí. Al final es un desastre la aplicación decidida por en el Estado español. En la aplicación priman intereses del status quo (no se afronta el reparto rechazable de las ayudas donde siguen siendo los mismos de siempre los grandes beneficiados) y se imponen intereses político-partidistas anulando que las ayudas formen parte de una política agraria dirigida al sostenimiento de la actividad y las rentas de las y los agricultores y al empleo.

¿Cuáles son, junto a la PAC, las principales líneas de trabajo de COAG?

Las principales líneas de trabajo han sido dirigidas a denunciar el abuso en los precios al productor por parte de la industria y la distribución. En ese sentido se ha trabajado fuertemente en la Ley del funcionamiento de la Cadena Agroalimentaria y para esta nueva etapa se proponen nuevas modificaciones a la ley, para eliminar aún los abusos, y ahondar en la defensa de los precios, consiguiendo la prohibición de la venta a pérdidas o utilizando las leyes de la competencia donde dejan claro la prohibición de la imposición de precios no equitativos (precios que no cubran los costes o que no tengan una referencia clara del mercado). Otra línea de trabajo es el rechazo a las negociaciones del TTIP, CETA o Mercosur conjuntamente con la Vía Campesina Europa, la Plataforma Rural y las Plataformas contra el TTIP. Por otra parte, se ha avanzado mucho en la participación Europa, donde la participación de Javier Sánchez en el Comité de Seguridad Alimentaria en Roma está siendo muy importante. Hay una participación muy activa en el tema de la PAC y políticas Públicas, Las semillas y la agroecología, el sector lácteo, la tierra, los derechos campesinos, etc. También quiero destacar el trabajo que están realizando los jóvenes y la escuela de Acción Campesina, proyecto compartido en alianza entre COAG, Plataforma rural, Mundubat, Amigos de la tierra, Veterinarios sin Fronteras, Universidad Rural, Colectivos de Acción Solidaria y el ISEC que está posibilitando que jóvenes líderes se formen para la participación activa en los órganos de la organización y así posibilitar el relevo.

Hablando de la nueva etapa en COAG. ¿Cuáles son los objetivos que se han marcado?

Va a ser importante trabajar los relevos con la incorporación de las mujeres y las personas jóvenes. En este sentido va a ser importante el trabajo de la Escuela de Acción Campesina. Se va a seguir profundizando el trabajo en las alianzas, a través de la Plataforma Rural, avanzando en el planteamiento de la soberanía alimentaria. Otro reto importante es la oposición a los tratados de libre comercio como TTIP, CEPA o Mercosur. COAG va a mantener su oposición y su papel tanto a nivel estatal como a nivel europeo a través de la Vía Campesina. COAG se suma a otros colectivos frente a estos tratados de libre comercio desde la agricultura y la alimentación, en defensa de la soberanía alimentaria y construyendo un espacio mayor con Vía Campesina Europa. En ese camino la COAG participará de manera muy activa en la VII Conferencia de Vía Campesina, que se celebrará en Euskal Herria el año que viene. Por otra parte, la tierra, los recursos naturales, las semillas, el rechazo a los transgénicos, la agricultura campesina frente a la industrial, los derechos campesinos, el cambio climático… son toda una serie de propuestas y temas que forman parte de las líneas de trabajo para esta etapa. COAG es una organización que aglutina una gran diversidad agraria, social y cultural de miles de agricultores y con muchas personas involucradas liderando la organización, comprometidas en la defensa de un modelo social, sostenible y profesional de agricultura que responda a las necesidades que hoy tiene la ciudadanía. Además COAG cuenta con un gran equipo técnico absolutamente comprometido, con un nivel técnico excelente. Como dijo Unzalu Salterain, coordinador de EHNE-Bizkaia y portavoz en la Asamblea de COAG, por nuestra organización, «hoy a COAG se la distingue por su compromiso y credibilidad» porque defiende con todas las consecuencias a los y las agricultoras aunque para ello se rechace en solitario aquellas propuestas que no sirven o no son la respuesta ante los problemas; el rechazo a firmar el acuerdo lácteo fue un ejemplo de ello.

El rechazo a los acuerdos de libre comercio también ha tenido un peso importante en la Asamblea.

La posición al respecto de COAG es clara y contundente. Así lo recogen los documentos aprobados sobre la cuestión y así lo expresó Miguel Blanco durante su intervención como secretario general. Creo que hay muchas posibilidades de parar el TTIP. Entre los acuerdos de libre comercio que ha acordado la UE, éste sea posiblemente el que más movilizaciones y posiciones contrarias haya suscitado en la sociedad. Está habiendo un movimiento muy importante en este sentido, sobre todo allí donde más información tiene la población, porque en Euskal Herria o en el Estado español nos encontramos que hay muy poca información en los medios de comunicación, solo ha salido a partir de la filtración de Greenpeace. Si conseguimos que más parte de la población sepa de los efectos de acuerdos como el TTIP y que más gente se sume al rechazo, va a ser muy difícil que se apruebe democráticamente.

Lo que suceda con el TTIP influirá sin duda en la PAC, ¿podría incluso vaciarla aún más de contenido y poner en cuestión su razón de ser?

Las sucesivas reformas de La PAC han eliminando los instrumentos de regulación del mercado, y así se ha ido adaptando a los acuerdos de libre comercio. Por ejemplo, la eliminación de las cuotas de la leche forma parte de los acuerdos en la OMC. Se puede decir por tanto que la PAC es cada vez menos PAC. La PAC es cada vez menos política agraria. Se va perdiendo constantemente soberanía alimentaria, porque la PAC está perdiendo sus instrumentos de regulación y acaba reduciendo su papel a la cuestión de las ayudas. Si el TTIP saliese adelante, a través de los tribunales de arbitraje (ISDS) o La Comisión Reguladora, podrían impedir medidas de regulación pública de los mercados que incidieran sobre los precios al agricultor. El TTIP, el CETA, ahora se está negociando Mercosur, son instrumentos donde la agricultura es considerada un elemento de negocio, y la alimentación se convierte en una mercancía, no en un derecho. La necesidad de regular la producción ha sido una demanda histórica. Una demanda a la que ahora se suman otras organizaciones y entidades que en su momento se mostraban contrarias a este tipo de instrumentos. Desde EHNE-Bizkaia y de COAG se ha defendido la regulación pública de los mercados y el control de la producción, en contra de la opinión de muchas otras organizaciones, la industria y también los gobiernos. El año pasado, cuando en abril desaparecieron las cuotas, la Estado español en rechazar su eliminación, reivindicando el control de la producción. Las consecuencias que vaticinábamos, por desgracia se han cumplido. El sector o buena parte de él ve necesario controlar la producción. Ahora, el problema es que cuando se pierden los instrumentos políticos es muy difícil abordar eficazmente las crisis, como por ejemplo la del sector lácteo, pero no solo en la agricultura sino de forma general y esto sucede cuando se acepta que el mercado debe ser quien lo rija todo. Y el mercado es especulador, el mercado no entiende de personas, no entiende de los derechos, de las libertades… El mercado, si le dejas, sino no se actúa políticamente sobre él, es una dictadura. Cuando se pierden instrumentos para regular el mercado, asegurar derechos, afrontar las diferentes crisis, estamos perdiendo capacidad política, estamos perdiendo la soberanía alimentaria. En el caso de la leche, no sólo hemos perdido las cuotas, que regulaban en cierta medida los precios al ganadero, hemos perdido la capacidad de organizar un sector con criterios sociales, medioambientales, con unos precios justos al ganadero y consumidor, en definitiva criterios políticos y la capacidad de actuar sobre él y lo peor de esto es que son la industria y distribución, generalmente multinacionales, las que determinan nuestro futuro supeditado totalmente a sus intereses.

Además del volumen de producción, la alimentación del ganado también está tomándose más en cuenta. Incluso una multinacional como Danone producirá sin transgénicos en un Estado de EEUU.

La población está evolucionando de una manera muy interesante en el tema de la alimentación. Cada vez hay más personas preguntándose sobre los alimentos y queriendo decidir cómo alimentarse. Creo que en algo hemos contribuido, porque llevamos años hablando de soberanía alimentaria, de un modelo de agricultura y alimentación sanos, de cuidar el medio ambiente. Junto con nosotros ha habido otras muchas organizaciones dando ese mensaje, organizaciones de consumidores, organizaciones sociales, ONGs… Eso está calando en la población y hay cada vez más gente que por ejemplo, rechaza los transgénicos y cuida su alimentación. Las grandes superficies, las grandes empresas, también ven esa evolución y ven un nicho de mercado al cual quieren ocupar. ¿Qué ocurre? Que nosotros vemos que la alimentación sana es un derecho para toda la población y estas empresas lo ven como un nicho de mercado para unas élites que puedan pagarlo.

¿Estos pasos que se están dando en otros lugares, no se deberían dar por parte de proyectos como los de Karrantza o Kaiku?

En Karrantza tenemos proyectos como Bizkaia Esnea y Euskal Herria Esnea y esperemos que la SAT-Karrantza pueda sacar adelante su proyecto de transformación. También está 12 · etxalde Kaiku km0. Estos proyectos conectan con la sociedad ya que hay una reacción por parte de ésta a favor de lo local frente a la globalización. Pero son proyectos que tienen que ir evolucionando e ir respondiendo a las exigencias de la población y en este sentido tanto en la leche como en general, no vale solo ser local y tener un nombre. La población va a mirar lo que hay detrás de ese producto. Es claro que estamos hablando de un buen producto, pero la población va a preguntar cada vez más qué hay detrás de esos nombres locales y va a preguntar cómo se produce: si es sostenible y cuida el medio, si tiene un buen precio en origen, si tiene un cuidado sobre los animales…

¿Cómo se prevé que evolucionará la situación respecto a los precios?

La PAC está propiciando una apertura de mercados y a falta de instrumentos que regulen el mercado se ha generado una volatilidad de los precios y por lo tanto la reducción de los mismos. De la producción agrícola y ganadera europea se exporta el 10%, pero esas exportaciones a precio bajo son las que condicionan el precio en el mercado interior. Esto se ve en la leche, en los cereales, las frutas y hortalizas, en porcino… En este contexto de precio bajo se está viendo que se está dando una integración de los sectores, donde acaban siendo las empresas las que producen, fondos de inversión que convierten al agricultor en un asalariado a bajo coste. Esto está pasando en el Estado español, a nivel europeo y mundial. La integración vertical sustituye al agricultor por un operario a bajo sueldo y destruye la agricultura local.

Este tipo de cuestiones se tratará también en el Consejo Económico y Social Europeo, donde participas.

Sí, en el CESE se tratan estos temas. Desde octubre que me lo pidieron en COAG, estoy participando en el CESE . En este órgano participan una parte empresarial, la parte sindical y las organizaciones diversas, en la que se encuadran las organizaciones agrarias. Se trata de un organismo de participación de la sociedad civil organizada que tiene una labor de consulta por parte de las instituciones comunitarias que puede elaborar dictámenes sobre diferentes cuestiones pero bajo una amplia cultura del consenso. A veces es difícil llegar a esos consensos, y las concesiones que se realizan para lograrlos también se deben medir, pero aun así, se han conseguido algunos muy interesantes. Es un órgano consultivo, al cual la Comisión remite normativas para su evaluación. Recientemente la presidencia holandesa ha solicitado un dictamen sobre la alimentación sostenible y se ha aprobado en el CESE un documento realmente interesante. Ahora mismo se está elaborando un documento sobre la PAC después de 2020 y la participación a través del grupo de agricultores en el que participo, como en la sección de agricultura permiten una interlocución con la Comisión y el Parlamento Europeos muy asidua, recibiendo así una información muy actualizada de las iniciativas que se realizan por las instituciones europeas

En mayo se celebró la Asamblea de la COAG, donde fuiste elegido para formar parte de la Ejecutiva. ¿Qué valoración haces de la misma?

La valoración es positiva, se ha reconocido y reforzado el trabajo de la última etapa. Estos últimos años han sido difíciles, estamos asistiendo a una crisis sin precedentes en el sector lácteo con pérdidas continuas de explotaciones, la volatilidad de los precios que avanza en todos los sectores de producción y los recortes y ajustes que también han afectado al medio rural. La Asamblea ha trazado una línea sindical muy clara y comprometida para defender como principal función de los y las agricultoras, la producción de alimentos sanos en un modelo de agricultura social, sostenible y profesional y con ello garantizar el derecho a la alimentación sana para toda la población. En esta línea se rechaza por lo tanto con rotundidad los acuerdos de libre comercio, OMC, TTIP, CETA o Mercosur porque destruyen ese modelo de agricultura y alimentación. Ha habido una buena participación de jóvenes y mujeres agricultoras y hay un compromiso claro en la organización para facilitar los relevos y la participación de ambos. Quiero también destacar dos apartados, uno la intervención final del Secretario General, Miguel Blanco, por su claridad, contundencia y profundidad denunciando las políticas que destruyen a la agricultura social y las alternativas que COAG plantea. Por otra parte el debate de la ponencia fue muy participativo e intenso. Durante esos cuatro años la PAC sería, quizás, el tema que mayor tiempo ha ocupado. Posiblemente. La COAG ha defendido una nueva PAC basada en la regulación de los mercados para lograr así unos precios agrarios que cubran los costes de producción. Sin embargo, este debate, tanto la Comisión Europea como los gobiernos lo eluden y rechazan para llevarnos al debate «eterno» de las ayudas. COAG ha defendido en este apartado, la priorización para un modelo de agricultura con agricultores donde las ayudas estuvieran vinculadas a la actividad y al agricultor. Pero este debate no de más de sí. Al final es un desastre la aplicación decidida por en el Estado español. En la aplicación priman intereses del status quo (no se afronta el reparto rechazable de las ayudas donde siguen siendo los mismos de siempre los grandes beneficiados) y se imponen intereses político-partidistas anulando que las ayudas formen parte de una política agraria dirigida al sostenimiento de la actividad y las rentas de las y los agricultores y al empleo.

¿Cuáles son, junto a la PAC, las principales líneas de trabajo de COAG?

Las principales líneas de trabajo han sido dirigidas a denunciar el abuso en los precios al productor por parte de la industria y la distribución. En ese sentido se ha trabajado fuertemente en la Ley del funcionamiento de la Cadena Agroalimentaria y para esta nueva etapa se proponen nuevas modificaciones a la ley, para eliminar aún los abusos, y ahondar en la defensa de los precios, consiguiendo la prohibición de la venta a pérdidas o utilizando las leyes de la competencia donde dejan claro la prohibición de la imposición de precios no equitativos (precios que no cubran los costes o que no tengan una referencia clara del mercado). Otra línea de trabajo es el rechazo a las negociaciones del TTIP, CETA o Mercosur conjuntamente con la Vía Campesina Europa, la Plataforma Rural y las Plataformas contra el TTIP. Por otra parte, se ha avanzado mucho en la participación Europa, donde la participación de Javier Sánchez en el Comité de Seguridad Alimentaria en Roma está siendo muy importante. Hay una participación muy activa en el tema de la PAC y políticas Públicas, Las semillas y la agroecología, el sector lácteo, la tierra, los derechos campesinos, etc. También quiero destacar el trabajo que están realizando los jóvenes y la escuela de Acción Campesina, proyecto compartido en alianza entre COAG, Plataforma rural, Mundubat, Amigos de la tierra, Veterinarios sin Fronteras, Universidad Rural, Colectivos de Acción Solidaria y el ISEC que está posibilitando que jóvenes líderes se formen para la participación activa en los órganos de la organización y así posibilitar el relevo. Hablando de la nueva etapa en COAG.

¿Cuáles son los objetivos que se han marcado?

Va a ser importante trabajar los relevos con la incorporación de las mujeres y las personas jóvenes. En este sentido va a ser importante el trabajo de la Escuela de Acción Campesina. Se va a seguir profundizando el trabajo en las alianzas, a través de la Plataforma Rural, avanzando en el planteamiento de la soberanía alimentaria. Otro reto importante es la oposición a los tratados de libre comercio como TTIP, CEPA o Mercosur. COAG va a mantener su oposición y su papel tanto a nivel estatal como a nivel europeo a través de la Vía Campesina. COAG se suma a otros colectivos frente a estos tratados de 10 · etxalde libre comercio desde la agricultura y la alimentación, en defensa de la soberanía alimentaria y construyendo un espacio mayor con Vía Campesina Europa. En ese camino la COAG participará de manera muy activa en la VII Conferencia de Vía Campesina, que se celebrará en Euskal Herria el año que viene. Por otra parte, la tierra, los recursos naturales, las semillas, el rechazo a los transgénicos, la agricultura campesina frente a la industrial, los derechos campesinos, el cambio climático… son toda una serie de propuestas y temas que forman parte de las líneas de trabajo para esta etapa. COAG es una organización que aglutina una gran diversidad agraria, social y cultural de miles de agricultores y con muchas personas involucradas liderando la organización, comprometidas en la defensa de un modelo social, sostenible y profesional de agricultura que responda a las necesidades que hoy tiene la ciudadanía. Además COAG cuenta con un gran equipo técnico absolutamente comprometido, con un nivel técnico excelente. Como dijo Unzalu Salterain, coordinador de EHNE-Bizkaia y portavoz en la Asamblea de COAG, por nuestra organización, «hoy a COAG se la distingue por su compromiso y credibilidad» porque defiende con todas las consecuencias a los y las agricultoras aunque para ello se rechace en solitario aquellas propuestas que no sirven o no son la respuesta ante los problemas; el rechazo a firmar el acuerdo lácteo fue un ejemplo de ello. El rechazo a los acuerdos de libre comercio también ha tenido un peso importante en la Asamblea. La posición al respecto de COAG es clara y contundente. Así lo recogen los documentos aprobados sobre la cuestión y así lo expresó Miguel Blanco durante su intervención como secretario general. Creo que hay muchas posibilidades de parar el TTIP. Entre los acuerdos de libre comercio que ha acordado la UE, éste sea posiblemente el que más movilizaciones y posiciones contrarias haya suscitado en la sociedad. Está habiendo un movimiento muy importante en este sentido, sobre todo allí donde más información tiene la población, porque en Euskal Herria o en el Estado español nos encontramos que hay muy poca información en los medios de comunicación, solo ha salido a partir de la filtración de Greenpeace. Si conseguimos que más parte de la población sepa de los efectos de acuerdos como el TTIP y que más gente se sume al rechazo, va a ser muy difícil que se apruebe democráticamente.

Lo que suceda con el TTIP influirá sin duda en la PAC, ¿podría incluso vaciarla aún más de contenido y poner en cuestión su razón de ser?

Las sucesivas reformas de La PAC han eliminando los instrumentos de regulación del mercado, y así se ha ido adaptando a los acuerdos de libre comercio. Por ejemplo, la eliminación de las cuotas de la leche forma parte de los acuerdos en la OMC.

Se puede decir por tanto que la PAC es cada vez menos PAC.

La PAC es cada vez menos política agraria. Se va perdiendo constantemente soberanía alimentaria, porque la PAC está perdiendo sus instrumentos de regulación y acaba reduciendo su papel a la cuestión de las ayudas. Si el TTIP saliese adelante, a través de los tribunales de arbitraje (ISDS) o La Comisión Reguladora, podrían impedir medidas de regulación pública de los mercados que incidieran sobre los precios al agricultor. El TTIP, el CETA, ahora se está negociando Mercosur, son instrumentos donde la agricultura es considerada un elemento de negocio, y la alimentación se convierte en una mercancía, no en un derecho.

La necesidad de regular la producción ha sido una demanda histórica. Una demanda a la que ahora se suman otras organizaciones y entidades que en su momento se mostraban contrarias a este tipo de instrumentos.

Desde EHNE-Bizkaia y de COAG se ha defendido la regulación pública de los mercados y el control de la producción, en contra de la opinión de muchas otras organizaciones, la industria y también los gobiernos. El año pasado, cuando en abril desaparecieron las cuotas, la Estado español en rechazar su eliminación, reivindicando el control de la producción. Las consecuencias que vaticinábamos, por desgracia se han cumplido. El sector o buena parte de él ve necesario controlar la producción. Ahora, el problema es que cuando se pierden los instrumentos políticos es muy difícil abordar eficazmente las crisis, como por ejemplo la del sector lácteo, pero no solo en la agricultura sino de forma general y esto sucede cuando se acepta que el mercado debe ser quien lo rija todo. Y el mercado es especulador, el mercado no entiende de personas, no entiende de los derechos, de las libertades… El mercado, si le dejas, sino no se actúa políticamente sobre él, es una dictadura. Cuando se pierden instrumentos para regular el mercado, asegurar derechos, afrontar las diferentes crisis, estamos perdiendo capacidad política, estamos perdiendo la soberanía alimentaria. En el caso de la leche, no sólo hemos perdido las cuotas, que regulaban en cierta medida los precios al ganadero, hemos perdido la capacidad de organizar un sector con criterios sociales, medioambientales, con unos precios justos al ganadero y consumidor, en definitiva criterios políticos y la capacidad de actuar sobre él y lo peor de esto es que son la industria y distribución, generalmente multinacionales, las que determinan nuestro futuro supeditado totalmente a sus intereses. Además del volumen de producción, la alimentación del ganado también está tomándose más en cuenta. Incluso una multinacional como Danone producirá sin transgénicos en un Estado de EEUU. La población está evolucionando de una manera muy interesante en el tema de la alimentación. Cada vez hay más personas preguntándose sobre los alimentos y queriendo decidir cómo alimentarse. Creo que en algo hemos contribuido, porque llevamos años hablando de soberanía alimentaria, de un modelo de agricultura y alimentación sanos, de cuidar el medio ambiente. Junto con nosotros ha habido otras muchas organizaciones dando ese mensaje, organizaciones de consumidores, organizaciones sociales, ONGs… Eso está calando en la población y hay cada vez más gente que por ejemplo, rechaza los transgénicos y cuida su alimentación. Las grandes superficies, las grandes empresas, también ven esa evolución y ven un nicho de mercado al cual quieren ocupar. ¿Qué ocurre? Que nosotros vemos que la alimentación sana es un derecho para toda la población y estas empresas lo ven como un nicho de mercado para unas élites que puedan pagarlo. ¿Estos pasos que se están dando en otros lugares, no se deberían dar por parte de proyectos como los de Karrantza o Kaiku? En Karrantza tenemos proyectos como Bizkaia Esnea y Euskal Herria Esnea y esperemos que la SAT-Karrantza pueda sacar adelante su proyecto de transformación. También está 12 · etxalde Kaiku km0. Estos proyectos conectan con la sociedad ya que hay una reacción por parte de ésta a favor de lo local frente a la globalización. Pero son proyectos que tienen que ir evolucionando e ir respondiendo a las exigencias de la población y en este sentido tanto en la leche como en general, no vale solo ser local y tener un nombre. La población va a mirar lo que hay detrás de ese producto. Es claro que estamos hablando de un buen producto, pero la población va a preguntar cada vez más qué hay detrás de esos nombres locales y va a preguntar cómo se produce: si es sostenible y cuida el medio, si tiene un buen precio en origen, si tiene un cuidado sobre los animales… ¿Cómo se prevé que evolucionará la situación respecto a los precios? La PAC está propiciando una apertura de mercados y a falta de instrumentos que regulen el mercado se ha generado una volatilidad de los precios y por lo tanto la reducción de los mismos. De la producción agrícola y ganadera europea se exporta el 10%, pero esas exportaciones a precio bajo son las que condicionan el precio en el mercado interior. Esto se ve en la leche, en los cereales, las frutas y hortalizas, en porcino… En este contexto de precio bajo se está viendo que se está dando una integración de los sectores, donde acaban siendo las empresas las que producen, fondos de inversión que convierten al agricultor en un asalariado a bajo coste. Esto está pasando en el Estado español, a nivel europeo y mundial. La integración vertical sustituye al agricultor por un operario a bajo sueldo y destruye la agricultura local.

Este tipo de cuestiones se tratará también en el Consejo Económico y Social Europeo, donde participas.

Sí, en el CESE se tratan estos temas. Desde octubre que me lo pidieron en COAG, estoy participando en el CESE . En este órgano participan una parte empresarial, la parte sindical y las organizaciones diversas, en la que se encuadran las organizaciones agrarias. Se trata de un organismo de participación de la sociedad civil organizada que tiene una labor de consulta por parte de las instituciones comunitarias que puede elaborar dictámenes sobre diferentes cuestiones pero bajo una amplia cultura del consenso. A veces es difícil llegar a esos consensos, y las concesiones que se realizan para lograrlos también se deben medir, pero aun así, se han conseguido algunos muy interesantes. Es un órgano consultivo, al cual la Comisión remite normativas para su evaluación. Recientemente la presidencia holandesa ha solicitado un dictamen sobre la alimentación sostenible y se ha aprobado en el CESE un documento realmente interesante. Ahora mismo se está elaborando un documento sobre la PAC después de 2020 y la participación a través del grupo de agricultores en el que participo, como en la sección de agricultura permiten una interlocución con la Comisión y el Parlamento Europeos muy asidua, recibiendo así una información muy actualizada de las iniciativas que se realizan por las instituciones europeas.