Vía Campesina, respuesta mundial de mujeres y hombres de la tierra en un mundo globalizado
Intervención de Juana Ferrer, representante de Vía Campesina en evento: Fortalecimiento de la Lucha por los derechos de la mujeres y los recursos naturales, Brasil, Río de Janeiro, Septiembre del 2007
Vía Campesina es un movimiento internacional que agrupa organizaciones de campesinos, pequeños productores rurales, mujeres del campo, trabajadores agrícolas y comunidades agrarias indígenas. Desde su creación no ha dejado de innovar y proponer nuevas formas de lucha, ampliar su radio de acción e interpretar los procesos derivados de la informatización y la modernidad en un mundo globalizado dónde la transgeni, el Internet y los Acuerdos de Libre Comercio parecen dominarlo todo.
En la actualidad La Vía campesina esta integrada por 132 organizaciones, que representan a millones de familias campesinas de 52 países. Opera en ocho regiones: Sudamérica, Centroamérica, Norteamérica, Caribe, sur de Asia, noreste de Asia, Europa y África.
Fue fundada en 1993, poco antes del cierre de la ronda Uruguay de negociaciones del Acuerdo General de Aranceles y Comercio (GATT, por sus siglas en inglés).
El movimiento aparece como respuesta a una aguda crisis agrícola, a una alta degradación del ambiente, c mayor empobrecimiento del campo, así como a la consolidación y concentración de las corporaciones agroempresariales generados por el modelo neoliberal. Campesinos, pequeños productores y comunidades rurales enteras desaparecían en tanto el cultivo de alimentos dejaba de ser medio de vida viable.
Vía Campesina se agrupó en torno a objetivos comunes: rechazo explícito del modelo neoliberal de desarrollo rural y una abierta negativa a ser excluida del desarrollo de políticas agrícolas, así como una firme decisión de trabajar en unidad para dar fuerza a una voz campesina y establecer un modelo alternativo de agricultura. Vía campesina consolidó la unidad y la solidaridad llamando al enemigo por su nombre: los agentes de la globalización económica y la corporativización de la agricultura.
Vía Campesina, defiende una lucha entre dos modelos divergentes y opuestos de desarrollo económico y social. Ello establece una posición de principio como elemento rector de lucha: Por un lado, un modelo globalizado y neoliberal, impulsado por los grandes consorcios, en el que la agricultura se ve exclusivamente como forma de obtener ganancias y los recursos se concentran cada vez más en manos de la agroindustria.
Por el otro, Vía Campesina vislumbra un mundo rural más humano, basado en el redescubrimiento de una “ética del desarrollo”. Procuramos desarrollar modelos alternativos de agricultura y enfoca su actuación en la soberanía alimentaria y el comercio agrícola, la reforma agraria, los derechos de los trabajadores migratorios y los jornaleros agrícolas; el género, la biodiversidad y los recursos genéticos, los derechos humanos y los derechos de los campesinos, así como una agricultura sustentable basada en el productor.
Y reconoce a la mujer como eje movilizar de los más altos procesos en torno a la soberanía y la dignidad de la familia campesina.
Un número cada vez mayor de instituciones internacionales, como el Banco Mundial (BM), la Organización de Naciones Unidas para la Alimentación (FAO, por sus siglas en inglés), la Comisión de Naciones Unidas para el Desarrollo Sustentable y el Foro Global de Investigación Agrícola reconocen ahora la creciente visibilidad de Vía Campesina como la voz global de los campesinos y los pequeños productores.
Sin embargo, para ella la participación en encuentros patrocinados por dichas organizaciones es un asunto riesgoso, pues a menudo se utiliza para legitimar políticas y programas existentes.
En el contexto actual alertamos que:
• Que las familias campesinas siguen desapareciendo de manera alarmante.
• Han aumentado de manera dramática las migraciones forzadas por la guerra y las provocadas por la miseria, la concentración de la tierra y la destrucción del medio ambiente
• Que los tratados de libre comercio se han multiplicado y junto a otros acuerdos internacionales están imponiendo aparatos jurídicos que han destruido principios básicos de protección a los derechos humanos y sociales, y que sólo aseguran las condiciones para maximizar las ganancias de las empresas transnacionales.
• Que es extremadamente alarmante cómo han aumentado las violaciones Sistemáticas a los derechos humanos.
• Se ha legalizado la guerra contra los pueblos, se ha criminalizado La protesta y la movilización social.
• Los gobiernos imponer la criminalización de la vida campesina y de los pueblos indígenas.
• Que se reprime el derecho de las mujeres y los jóvenes siguen siendo los marginados entre los marginados, y que están crecientemente sujetos a condiciones de violencia.
Reafirmamos que la permanencia de la agricultura campesina es fundamental para la eliminación de la pobreza, el hambre, el desempleo y la marginación.
Para Vía Campesina la agricultura es pieza fundamental de la soberanía alimentaria, y la soberanía alimentaria es un proceso imprescindible para la existencia de la agricultura campesina. Y no habrá autonomía ni agricultura campesina si no mantenemos nuestras propias semillas.
Nos estimula exponer estas experiencias aquí en Brasil, dónde ha sido histórica la lucha por la tierra, dónde existe la mayor reserva de biodiversidad de Latinoamérica y el Mundo y dónde aun superviven grupos indígenas conservadores de nuestro patrimonio humano, a quienes debemos defender como parte de nuestros objetivos de lucha.
Daremos especial prioridad al derecho de los campesinos del mundo entero a exigir políticas públicas al servicio de una agricultura campesina sustentable.
Seguiremos nuestra lucha por una auténtica Reforma Agraria, la defensa de nuestras semillas y la soberanía alimentaria. Trabajaremos duro por convertir la paridad de género que ya logramos en un auténtico cambio de las relaciones de poder entre hombres y mujeres
Defenderemos el lugar de la mujer en la sociedad y actuaremos contra toda forma de violación de los derechos humanos y violencia de género. Rechazamos el uso del bloqueo económico como arma económica y política y llamamos a los movimientos sociales a luchar por la paz en todos los países.
Es también un nuevo compromiso luchar contra las causas de la migración y sus efectos destructivos que genera el abandono de sus tierras por la falta de desarrollo en los campos obligándonos a su desarraigo social.
Hermanas y hermanos miremos a la tierra, de ahí viene todo. Esta lucha es de verdad esta armada de la mística, de la naturaleza y de la fuerza de nuestros pueblos. No descansemos.
La lucha es cierta y continúa.
Brasil, septiembre 2007