Negociaciones de un tratado vinculante de la ONU: ¿Qué está en juego en Ginebra esta semana?
Esta semana, del 16 al 20 de diciembre, se está celebrando en Ginebra (Suiza) la décima sesión de negociaciones históricas en el Consejo de Derechos Humanos (CDH) de las Naciones Unidas. Las negociaciones tienen por objeto regular las actividades de las empresas transnacionales (ETN) en el marco del derecho de los derechos humanos mediante un tratado jurídicamente vinculante.
La Campaña Global para Reivindicar la Soberanía de los Pueblos, Desmantelar el Poder Corporativo y Poner Fin a la Impunidad ha emitido un comunicado de prensa afirmando que la décima sesión de estas negociaciones históricas está dando vida a un sistema multilateral en crisis.
“La participación constante de las comunidades afectadas por las actividades de las ETN, las organizaciones de la sociedad civil, los sindicatos y los movimientos sociales ha hecho de este uno de los procesos más fuertemente apoyados en la historia de las negociaciones de derechos humanos de la ONU”, señala el comunicado de prensa.
Este año, las expectativas eran altas con la aprobación de la primera resolución adicional en el CDH, que aporta recursos y capacidad adicionales para llevar a cabo las negociaciones. Sin embargo, la sesión se vio amenazada apenas unos meses antes. Originalmente programada para octubre de 2024, se reprogramó abruptamente para fines de diciembre, lo que impuso profundas cargas logísticas y financieras a los grupos de la sociedad civil y los Estados del Sur Global que asistieron.
A pesar de este revés, la Campaña Global para Reivindicar la Soberanía de los Pueblos, Desmantelar el Poder Corporativo y Poner Fin a la Impunidad sigue decidida a garantizar que se escuchen las demandas de sus más de 260 organizaciones miembros.
Una cuestión clave en las negociaciones es el alcance del tratado, que sigue siendo muy controvertido.
“La Resolución 26/9, que dio inicio a este proceso, dio un mandato claro para regular las actividades de las ETN y otras empresas de carácter internacional. Sin embargo, en las dos últimas sesiones, el Presidente del proceso, el Estado de Ecuador, se ha alineado con los intereses corporativos y los países del Norte Global, donde se encuentran la mayoría de las sedes de las ETN. Muchos países del Sur Global, como China, India, Indonesia, Pakistán, Rusia, Palestina, Kenia, Egipto, Sudáfrica, Cuba, Honduras y otros, están enfatizando la importancia de centrar el tratado en las ETN”, explicó Pablo Fajardo de UDAPT/Amigos de la Tierra Ecuador.
Pierre Maison de La Vía Campesina agregó:
«La Cámara de Comercio Internacional, la Organización Internacional de Empleadores y el Consejo Estadounidense para los Negocios Internaciona no son más que portavoces de las empresas transnaciona. No tienen cabida aquí. Los violadores no deberían estar en la sala donde se discute cómo deben pagar por sus violaciones».
Dima Asfour, representante de Palestina ante la ONU, afirmó durante el primer día de la sesión:
“En estos momentos oscuros que estamos viviendo, las corporaciones son cómplices del genocidio, el desplazamiento masivo, la hambruna y la destrucción de la tierra y la naturaleza, ya sea en Palestina, Sudán, la República Democrática del Congo o más allá. Toda la vida en este planeta está en juego, y los más afectados son los pueblos indígenas, las mujeres, los campesinos y los defensores de los derechos humanos que luchan contra esta colonización corporativa. La impunidad corporativa no puede prevalecer. La avaricia corporativa, arraigada en el legado de la colonización y las agendas capitalistas, debe terminar”.
Una delegación de la Red Interparlamentaria Mundial (GIN) organizó un evento paralelo para debatir la complementariedad entre la legislación nacional que regula a las empresas transnacionales y el proceso de elaboración de un tratado vinculante. Alírio Uribe, diputado de Colombia; Federico Fagioli, senador provincial de Argentina; y Sonia Gutiérrez Raguay, diputada de Guatemala, destacaron:
“El Tratado Vinculante debería servir de inspiración para impulsar regulaciones internas que fortalezcan los sistemas jurídicos nacionales y viceversa. Esto es especialmente importante en un contexto global de crisis interrelacionadas, en el que las empresas transnacionales son actores centrales como instigadoras y beneficiarias”.