Manifiesto de las mujeres de la CLOC-Vía Campesina Perú en el marco del I Encuentro Nacional de Mujeres por la Justicia Climática en Defensa de la Madre Tierra, hacia la COP20
Nuestro continente Abya Yala, destaca por poseer una de las mayores fuentes de biodiversidad, siendo en consecuencia también uno de los más vulnerables a los impactos del Cambio Climático. Este fenómeno está afectando a la flora, fauna y a nuestras poblaciones con especial incidencia en las regiones rurales, andinas, de costa y selva, quienes paradógicamente además son los sectores que cuentan con menores recursos para enfrentar los desastres climáticos y sus impactos en sus propias vidas. Además estas problemáticas generadas a causa del calentamiento global, nos afectan de manera diferente a las mujeres que a los varones, incidiendo especialmente en las mujeres campesinas indígenas que nos dedicamos a la agricultura familiar.
En este contexto, el próximo diciembre el Perú acogerá la 20º Conferencia de las Partes del Convenio Marco de Naciones Unidas sobre Cambio Climático (COP20), en la que 195 naciones tienen el reto de alcanzar consensos vinculantes respecto al Cambio Climático a escala planetaria.
Por ello, las mujeres campesinas indígenas y originarias, organizadas en la articulación nacional de la Coordinadora Latinoamericana de Organizaciones del Campo – Vía Campesina- Perú, procedentes de la Federación Nacional de Mujeres Campesinas, Artesanas, Indígenas, Nativas y Asalariadas del Perú (FENMUCARINAP), la Confederación Nacional Agraria (CNA); y la Confederación Campesina del Perú (CCP), nos reunimos del 17 al 19 de Junio, en el Primer Encuentro Nacional de Mujeres por la Justicia Climática en Defensa de la Madre Tierra, hacia la COP20, y como resultado de nuestro trabajo, elevamos nuestras voces manifestando lo siguiente:
– Nosotras las mujeres del campo y la ciudad, denunciamos que el Cambio Climático es consecuencia de un orden mundial patriarcal y un modelo productivo de consumo mercantilista y depredador que prioriza el crecimiento ecónomico en base a actividades industriales que provocan el calentamiento global; por ello el Cambio Clímatico no es solo un problema ambiental, es sobre todo un problema social y político.
– Esta alteración del clima en nuestros países afecta de manera directa a nuestras actividades primarias productivas basadas en la agricultura y ganadería, generando una sobrecarga de actividades domésticas y laborales que vulneran nuestra salud y agreden nuestros cuerpos. El acarreo de agua, el trabajo para salvar nuestras cocechas y animales, ya sea de sequías o inundaciones, el enfrentar inclemencias del tiempo, ha cambiando mucho la vida de las mujeres, principalmente en la alimentación de nuestras familias.
– Nosotras guardianas de la biodiversidad y las semillas de nuestros pueblos, somos las principales afectadas por el uso de agrotóxicos y otras sustancias químicas utilizadas por las grandes industrias, los cuales contaminan nuestros alimentos y nuestra tierra afectando la riqueza natural de nuestros territorios.
– La crisis climática se acompaña de una crisis de valores a escala global que afecta a nuestro modo de relacionarnos y por sobre todo afecta a nuestra Madre Tierra, mercantilizando nuestros recursos naturales y poniendo en peligro nuestra sostenibilidad y la de las generaciones venideras.
En este sentido, como mujeres campesinas, indígenas, asalariadas y artesanas planteamos dos frentes de lucha frente a las consecuencias del cambio climático en nuestras vidas:
1. A nivel nacional destacando 5 ejes de acción, en los que reclamamos lo siguiente:
- Incidencia Política
– Acceso a la tierra, al agua y al territorio para las mujeres, una redistribución real de la tierra donde seamos sujetas activas y propietarias efectivas de nuestros territorios. Este reconocimiento es indispensable para poder enfrentar los efectos que el cambio climático genera sobre nuestras vidas.
– La protección de nuestras semillas ancestrales y biodiversidad, las cuales son parte de nuestra identidad cultural y conocimiento originario respetuoso con nuestra Madre Tierra.
– Presencia imprescindible en los espacios de decisión política, así como fortalecer nuestra influencia real en los espacios de toma de decisión a nivel, local, regional y nacional, haciendo valer nuestro derecho a participar por igual en la gobernanza democrática.
– El cumplimiento de leyes y normativas por parte de los poderes públicos, ante un sistemático incumplimiento y falta de implementación de las mismas en contra de nuestros derechos y oportunidades, como la Ley 28983, Ley de Igualdad de Oportunidades entre Mujeres y Hombres, así como la Ley N° 29785, Ley del derecho a la consulta previa a los pueblos indígenas u originarios, reconocido en el Convenio 169 de la Organización Internacional del Trabajo (OIT).
– El fortalecimiento y visibilización del trabajo que realizamos las organizaciones de mujeres, a favor de una modelo de desarrollo que prima la vida y los valores humanos ante todo.
- Salud
– Protección al territorio de nuestros cuerpos favoreciendo nuestro autocuidado, eliminando cualquier tipo de violencia que nos dañe física o emocionalmente.
– Acceso a seguros de salud sin exclusión ni discriminación, acceso a recursos de agua y saneamiento seguros y a una alimentación sana y saludable.
– Reconocimiento de la medicina tradicional y nuestras prácticas culturales en salud.
- Trabajo
– Reconocimiento y visibilización del aporte económico, social y cultural de las mujeres del campo y de la ciudad en los mercados locales, nacionales e internacionales de producción, dando valor agregado a nuestros productos.
– Valorización de las prácticas tradicionales, saberes originarios y ancestrales, que mitigan los efectos del cambio climático sobre nuestra Madre Tierra.
– Presupuestos que prevengan y mitiguen los efectos causados por los fenómenos naturales producidos a consecuencia del Cambio Climático para la pequeña agricultura y ganadería.
– Acceso a capacitación técnica a productoras rurales para la adaptación al cambio climático, así como tener acceso a nuevas tecnologías e investigaciones que pueda mitigar el CC en nuestras comunidades.
– Sistema Nacional Agrario incluyente que contemple seguros agrarios y acceso a crédito para las productoras y campesinas, así como un trabajo digno y salario justo para las trabajadoras del campo.
– Acceso para nuestras hijas e hijos a oportunidades laborales con derechos, para evitar así la migración forzada de muchos de ellas y ellos a las ciudades.
- Educación
– Promover la incorporación en la currícula educativa de la realidad del cambio climático como amenaza para nuestra generación y las futuras venideras, en busca sensibilizar a nuestros hijos e hijas del respeto el cuidado al ambiente.
– Favorecer el acceso de las mujeres a la información y conocimiento para el efectivo uso y disfrute de nuestros derechos.
– Uso del lenguaje inclusivo e intercultural en todos los espacios educativos y de socialización.
- Soberanía Alimentaria
– Aprobación de la Ley de Soberanía y Seguridad Alimentaria Nutricional.
– Aprobación de la Ley Marco para la gestión del Cambio Climático (Proyecto de Ley Nª 3356/2013-CR), así como políticas públicas que incorporen el enfoque de género e interculturalidad frente al cambio climático con designación de presupuestos especiales en este ámbito.
– Promoción de un modelo agropecuario campesino e indígena sostenible y orgánico que mejore la calidad de vida de nuestro territorio, libre de agrotóxicos y transgénicos.
– Respeto a nuestra autodeterminación sobre los que producimos y comemos
2. A nivel global
– Rechazamos enérgicamente “falsas soluciones” al calentamiento global. Las negociaciones climáticas se han convertido en un gran mercado, donde se han creado herramientas y mecanismos para limpiar la imagen de los países más contaminantes y sus empresas como con los “Mecanismos para un Desarrollo Limpio” (MDL) o los REDD (Reducción de las Emisiones por Deforestación y Degradación), herramientas que permiten que el sistema capitalista siga consumiendo los recursos naturales, nuestros bienes comunes de toda la humanidad.
– Exigimos a los gobiernos de los países del Sur que se nieguen a implementar estas falsas soluciones y promuevan y den apoyo a la agricultura campesina sostenible, orientando la producción hacia los mercados internos, estableciendo políticas de ahorro de energía efectivas por parte de la industria.
– Afirmamos que la agricultura campesina contribuye positivamente al equilibrio de carbono del planeta, incrementa la biodiversidad, recupera la materia orgánica del suelo, sustituye la producción industrial de carne por una producción diversificada a pequeña escala, expandir los mercados locales, parar la deforestación y hacer un manejo integral del bosque por lo que consideramos es la mejor manera de luchar contra el hambre, la desnutrición y la crisis alimentaria actual.
– Exigimos a escala global el pleno derecho a la tierra y la recuperación de los territorios en especial por parte de las mujeres, la soberanía alimentaria de todos los pueblos, el acceso al agua como bien social y derecho humano, el derecho a usar, conservar e intercambiar libremente nuestras semillas, y el fomento a los mercados locales favoreciendo un consumo más responsable y sostenible con nuestra Madre Tierra.
Por todo ello nosotras las mujeres campesinas e indígenas pensamos que ante la amenaza de la crisis climática este es un momento estratégico para la construcción de modelos más justos y equitativos, donde la acción sea por y para las personas, promoviendo la autodeterminación de los pueblos, el Buen Vivir y la equidad de género como bases reales para el cambio.
Es por esto que como representantes, lideresas, hacemos un llamado a todas nuestras organizaciones, a nuestros aliados, a nuestras hermanas y hermanos en la lucha y a todas las personas comprometidas con un futuro mejor, a participar en la próxima Cumbre de los Pueblos que tendrá lugar en el mes de diciembre en Lima, paralela a la Cumbre Oficial COP20 y alzar conjuntamente una sola voz en un espacio de construcción y movilización colectiva
Nosotras y nosotros mujeres campesinas, indígenas y originarias del Perú en lucha en defensa de la justicia climática, la agricultura sostenible, la soberanía almentaria, contra la mercantilización de los bienes comunes y en defensa de los derechos de Nuestra Madre Tierra.
¡Las mujeres campesinas, indígenas, originarias del Perú tenemos propuestas para enfrentar al cambio climático!
¡Nosotras campesinas e indígenas alimentamos al mundo y enfriamos el planeta!
¡Mujeres campesinas e indígenas del mundo en defensa de Nuestra Madre Tierra por la Soberanía Alimentaria y la Autodeterminación de nuestros Pueblos!