Mali: La Vía Campesina exige a la CEDEAO que detenga el cierre de fronteras y las sanciones que penalizan al pueblo maliense
La Via Campesina | Bagnolet, 20 de mayo de 2022
Mali ha sido fuertemente sacudido por movimientos de protesta durante los últimos meses, lo que llevó al deterioro de la situación de seguridad al norte y al centro del país. La impugnación de los resultados de las últimas elecciones legislativas, las reivindicaciones de varios sindicatos de trabajadorxs que reclaman por mejores condiciones laborales y otros movimientos de protesta, llevaron a los militares a tomar el poder.
Varios partidos políticos y organizaciones de la sociedad civil estuvieron articulando con las autoridades de transición ya que la prioridad es lograr la seguridad en el conjunto del territorio nacional.
“Hoy tenemos una responsabilidad histórica: la de trascender nuestras diferencias para lograr seguridad en nuestro país y así preservar la integridad territorial y crear condiciones de desarrollo socioeconómico que nos permitan ofrecerle un futuro mejor a nuestra posteridad” decían los soldados.
Los jefes de Estado y los gobiernos de los países de la Comunidad Económica de Estados de África Occidental (CEDEAO) impusieron sanciones a Mali a partir del 9 de enero del 2022 luego 18 meses de transición y la organización tardía de las elecciones que significarían el regreso a un gobierno civil.
El cierre de las fronteras con los países vecinos de la CEDEAO, con excepción de Guinea, que rechazó las sanciones, genera inquietud en la población maliense.
En efecto, Mali es un país continental por lo que su abastecimiento de productos de primera necesidad depende mucho de los intercambios comerciales con los países vecinos como Costa de Marfil o Senegal.
La decisión de la CEDEAO impacta especialmente en las organizaciones campesinas y sus miembros que representan el 80% de la clase trabajadora y que pagan el precio más alto de la inseguridad, que produce desplazamientos forzados hacia otros territorios y les impide dedicarse de manera pacífica a sus actividades socioeconómicas. Esto sin considerar las muertes injustas, la destrucción de pueblos, las masacres cotidianas de mujeres, niños y niñas que quedan en el total anonimato.
Atrapadxs entre varios frentes (grupos yihadistas, milicias de autodefensa, sanciones de la CEDEAO, etc), lxs campesinxs no saben a qué santo rezarle.
El acceso a lo que necesitan para producir es un problema central para el campesinado. El hambre amenaza a la población rural. El acceso a los alimentos de consumo, con el aislamiento de las zonas rurales y los costos de transporte, es una ecuación importante para las autoridades del país.
Hoy estas sanciones contribuyen fuertemente a la degradación de las condiciones de vida del gran pueblo maliense en general y la población rural en particular.
Como La Vía Campesina nos solidarizamos con lxs campesinxs, trabajadorxs y el pueblo maliense.
- Extendemos nuestra solidaridad a la Coordinación Nacional de Organizaciones Campesinas de Mali (CNOP, por sus siglas en francés) y otros movimientos sociales que piden por un cambio sistémico para enfrentar la crisis.
- Llamamos a la CEDEAO a levantar las sanciones y permitir a la población de Mali vivir una mejor vida.
- Llamamos a las instituciones internacionales a no escatimar ningún esfuerzo por aliviar al pueblo maliense.
La Vía Campesina llama a lxs aliadxs internacionales de los movimientos sociales y a las comunidades a mantenerse del lado del pueblo maliense y a apoyar sus demandas para encontrar soluciones inmediatas a los problemas económicos y sociales de lxs campesinxs y otrxs trabajadorxs rurales.
¡Globalicemos la lucha, internacionalicemos la esperanza!
¡Viva La Vía Campesina!