“Los migrantes alimentamos a los estadounidenses”

Entrevista a Carlos Marentes, Centro Sin Fronteras, La Vía Campesina Norteamérica.

¿Cómo es el muro?

Cimientos de hormigón armado erizados de acero.

¿Desde cuándo hay muro entre EE.UU. y México?

Desde el atentado a las Torres Gemelas, todo migrante es sospechoso. Pero en mi niñez y juventud no había muro.

¿Cómo era la frontera entonces?

Sin darte cuenta, cruzabas de un lado a otro. ¡Soy fronterizo nativo! Mi ciudad era una, demediada por un pequeño río.

¿Qué río?

Río Grande, lo llaman en Estados Unidos, y río Bravo en México. Está seco. Delimita la frontera entre Ciudad Juárez y El Paso.

¿Qué recuerda de aquella niñez?

Lo cruzábamos como si nada. Y mis padres trabajaban mucho. Y recuerdo a mi abuelito, que un día me dijo algo que me hizo pensar…

¿Qué?

“Si sólo trabajas y trabajas y trabajas…, ¿cuándo vives?”. Aquello me impactó: veía a mis padres trabajar tanto…

¿Qué hacían?

Mi padre hacía botas de piel, para vaqueros. Mi madre era cocinera. Trabajaban todo el tiempo sin parar, y yo me preguntaba: “¿Por qué hacen estatuas a políticos y militares, y no a gente trabajadora como mis padres?”. Yo quería ser bohemio, músico, artista…

¿Y lo fue?

No, me casé y tuve que ponerme a trabajar en algo estable. Eso era muy fácil en esa época. Lo verás con una anécdota.

A ver.

Fui a una empresa de El Paso, distribuidora de productos de limpieza, y le dije al jefe: “No tengo ni idea de este trabajo”. Y me dijo: “Por eso no te preocupes, que aquí te enseñaremos todo”. ¡Los trabajadores migrantes éramos bienvenidos!

Y hoy Trump quiere expulsar a once millones de migrantes.

No podrá, porque ahora los ricos que le financiaron le dicen: “Un momento, si expulsas a esas personas nos hundirás las em­presas, porque ¿quién hará sus trabajos?”.

¿Los obreros estadounidenses wasp?

No quieren hacer esos trabajos agrícolas duros. Ni limpiar habitaciones en hoteles, ni cuidar a ancianos, ni ser albañiles.

¿De cuántos trabajadores hablamos?

En la agroindustria, de uno a tres millones de trabajadores, estacionales: el 80% son mexicanos; el resto, de Sudamérica.

¿Los estadounidenses nativos no cultivan sus campos?

Han perdido su tradición agraria. Los migrantes mexicanos les cultivamos la tierra, les ponemos la comida en el plato. ¡Y se nos desprecia y maltrata!

Se indigna…

Mi mujer y yo decidimos fundar hace 30 años una oenegé para apoyar a migrantes mexicanos dedicados a trabajos agrícolas en Estados Unidos, explotados y degradados.

¿Qué es lo peor?

Trabajos muy rudos, pesados, peligrosos, en contacto con sustancias tóxicas, mal valorados y mal pagados; ninguna seguridad, separados de sus familias, con invisibilidad social y mucha falta de respeto a la persona.

¿Cómo los ayudan?

Los asesoramos jurídicamente. Los orientamos laboralmente. Y, sobre todo, estimulamos a los más jóvenes a instruirse y formarse para tener alternativas profesionales.

Para que dejen de ser campesinos.

Ser campesino es lo más noble y digno que existe: alimentamos a la humanidad. Sin campesinos, el mundo moriría. ¡El campesino merece derechos, dignidad y respeto!

¿No tienen derechos en EE.UU.?

¡Los campesinos son los únicos trabajadores en Estados Unidos que tienen prohibido sindicarse o asociarse!

¿Cuál es el perfil de esos campesinos?

Migrantes que llegaron buscando sobrevivir, y que luego atrajeron a familiares jóvenes que les suceden y que acaban muriendo mientras trabajan el campo.

¿Con alguna política de integración?

George Bush decía: “Que vengan, trabajen, y luego se larguen”. Esta ha sido toda la política pública de integración de la Administración estadounidense con los migrantes.

¿Qué le diría a Trump si lo tuviese aquí delante?

Salga de la burbuja en la que vive, señor Trump, y dese cuenta de que estos migrantes sostienen su país, de que son personas valientes que en vez de tirar la toalla se arriesgaron a dejar sus casas para venir…

¿Todo eso le diría, sin insultarle?

Y que somos luchadores que podemos trabajar como nadie y aportar mucho… ¡Y lo demostramos! Uno de los hijos de campesinos que oriento acaba de graduarse ahora como médico… ¡Es una revolución!

¿Y qué les dice a los campesinos?

Trump nos señaló como culpables de los males de Estados Unidos, y ganó. Y que Trump sea presidente enseña al mundo entero cómo es este país de verdad: manifiesta su verdadera crisis, una crisis moral profunda, de ética, de valores. Vosotros no colaboréis en veros como víctimas, y demostrad con vuestra actitud y aptitudes que podéis ser lo mejor de este país. ¡Ahora nosotros vamos a luchar para mejorar esta sociedad!

La Vía Campesina

Es un hombre discreto y paciente de habla suave pero discurso firme e imbatible. Desde su Centro de Trabajadores Agrícolas Fronterizos (fundado en 1983) lucha por los derechos de los campesinos en Estados Unidos, la mayoría migrantes mexicanos. Lo invita a Barcelona la revista Soberanía Alimentaria, dirigida por Gustavo Duch, que propone una alternativa al actual sistema alimentario (hoy basado en la agroindustria), una alternativaque se basa en el respeto al medio ambiente y al campesinado. Marentes la defiende desde el movimiento internacional La Vía Campesina en suVII conferencia internacional, que estos días se celebra en Bilbao (del 16 al 24 de julio).

Fuente: La Vanguardia