La industria biotecnológica está tratando de paralizar la Conferencia de la ONU sobre Biodiversidad, ¡no paralizará a lxs agricultorxs!
(Sharm El Sheikh, el 30 de Noviembre de 2018) A pesar de las largas negociaciones, la 14ª Conferencia del Convenio sobre la Diversidad Biológica terminó el pasado 29 de noviembre en Sharm El Sheickh (Egipto), dejando la puerta abierta a la contaminación y apropiación de toda la biodiversidad natural y la cadena alimentaria mediante patentes de la industria biotecnológica.
Los OGMs “exterminadores” desarrollados mediante técnicas de “gene drives” tienen como objetivo la erradicación permanente de especies enteras, ya sean animales, vegetales o microbianas. Una vez dispersos, ninguna frontera puede detenerlos hasta que hayan completado su misión mortal. Las promesas de eliminar de esta manera cualquier vector de enfermedades como los mosquitos de la malaria son mentiras: la naturaleza aborrece el vacío e incluso puede revelar vectores nuevos e incluso más agresivos. Los gobiernos progresistas no han sido capaces de obtener la esperada moratoria para prohibir la propagación de estas quimeras. El Convenio sólo recomienda precauciones: evaluación de riesgos, consulta con las poblaciones indígenas o locales, pero sobre todo no con todos los ciudadanos interesados que podrían apoyarlos contra los promotores del “gene drives”.
Al reducir las modificaciones genéticas así obtenidas a una simple “información” desmaterializada para que encaje en algoritmos informáticos, la industria amplía el alcance de sus patentes a todas las plantas, animales o microorganismos que contienen naturalmente la misma “información”. La patente sobre la información genética asociada a los genes que aceleran el crecimiento de los pollos permite así la apropiación de todos los pollos de crecimiento natural rápido! Esperábamos que esta información genética fuera verificada para poder prohibir estas patentes sobre “genes nativos”.
Al multiplicar las modificaciones genéticas artificiales incontrolables, las nuevas técnicas de “edición del genoma” generan aún más riesgos para la biodiversidad, la salud y el medio ambiente que los OMG transgénicos, al tiempo que violan los principios mismos del CDB. Se esperaba que estuvieran regulados de la misma manera que recientemente lo decidió el Tribunal Supremo de la Unión Europea.
La Convención se limitó a remitir estas dos cuestiones a nuevos comités de expertos. Mientras tanto, la industria puede seguir liberando sus nuevos OGM patentados, incluso en los países que los rechazan, pero que no serán informados en ausencia de normas internacionales vinculantes.
Delegadxs del Comité Internacional de Planificación por la Soberanía Alimentaria (CIP) y La Vía Campesina quienes estuvieron en Sharm El Sheikh, denunciaron enérgicamente la arrogancia de un puñado de países ricos que bloquean todas las decisiones razonables y las maniobras de la industria que ha corrompido a algunos representantes de los países en desarrollo para crear la ilusión de un apoyo significativo a sus nuevas quimeras patentadas.
Hasta que se adopten decisiones internacionales más firmes, cada país debe oponerse ahora a todos los OGM patentados, sean cuales sean. Los millones de campesinas y campesinos de La Vía Campesina, así como todas las organizaciones del CIP, trabajarán con sus muchos aliados de la sociedad civil para denunciarlo ampliamente.
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