La encrucijada de cartago: ¿la última oportunidad para el tratado de las semillas de la fao?
COMUNICADO DE PRENSA
En el camino hacia las cumbres gemelas de finales del año— la cumbre de la crisis alimentaria en Roma en noviembre y las cumbre de la crisis climática que se celebrará en Copenhague en Diciembre— la reunión del Tratado de las Semillas de la FAO (TIRFAA) pone a prueba más que nunca la habilidad de la comunidad internacional para responder a la crisis climática y alimentaria.
“Si no conservamos nuestra diversidad de semillas e implementamos los derechos de los campesinos, el sistema agrícola global no podrá dar respuestas a las condiciones climáticas rápidamente cambiantes”, dijo Adam Kuleij, pastor nómada Massai de Tanzania.
La toma en consideración de los aspectos fundamentales de la conservación en los campos es esencial para el suministro de alimentos. Mientras tanto, lo más destacable y molesto es que los estados miembros han pasado años peleándose por los raquíticos 116 millones de dólares del presupuesto propuesto desde 2007 necesario para cumplir los objetivos básicos del tratado.
El Comité Internacional de Planificación para la Soberanía Alimentaria (CIP) facilitó la reunión de personas procedentes de cinco continentes, incluyendo 25 países, representantes de campesinos, pastores nómadas y organizaciones indígenas para analizar el estado y el papel del tratado.
El Doctor Malaku Worede de Etiopia, fundador del banco de genes más importante de África y ex-presidente de la Comisión de la ONU que derivó en el tratado, enfatizó el papel clave de los pequeños campesinos en la conservación de la diversidad genética de las semillas:
“Los bancos genéticos ex-situ tienen un papel muy importante. Hemos estado intentando guardar las semillas en los bancos genéticos durante el último medio siglo, con más fracasos que éxitos. Para garantizar un suministro sostenido de germoplasma útil y un sistema más dinámico de conservación de la diversidad viva, debemos apoyar a los campesinos en la conservación de las semillas en sus campos. Si perdemos esta diversidad viva, África y el mundo no podrán adaptarse al cambio climático”, dijo Worede.
Después de un debate de dos días, los representantes exigen lo siguiente:
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A la luz de la emergencia alimentaria, la suspensión de todos los derechos de la propiedad intelectual y otras regulaciones que evitan que los campesinos conserven e intercambien semillas no transgénicas.
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Un compromiso financiero para conservar las semillas en los campos, para la conservación de la diversidad genética en los campos y para prevenir y hacer un seguimiento de la biopiratería.
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El fin de las prácticas de monopolio de las empresas semilleras multinacionales que controlan las semillas, el primer eslabón de la cadena alimentaria.
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Los gobiernos no pueden actuar solos, deben involucrar a los campesinos en el conjunto del proceso de toma de decisiones y los gobiernos deben implementar las decisiones del tratado relativas a los Derechos de los Campesinos.
“Le damos a los estados la última oportunidad para implementar los derechos colectivos de los campesinos y la conservación de semillas en los campos. Si esto no ocurre, dejaremos de considerar el tratado como un organismo relevante para la implementación de la soberanía alimentaria”, dijo Soniamara Maranho, de la Vía Campesina Brasil.
Contacto: Guy Kastler, La Vía Campesina y Pat Mooney, Grupo ETC +1(613) 291-9793; Luca Bianchi, CIP +(216) 25372536