¿Una consulta realmente democrática?

Consulta de la legislación europea relativa a la comercialización de las semillas en el marco del proceso "Better Regulation"

Carta abierta de la coordinadora Campesina Europea (CPE) y de la Coordinadora de Organizaciones de Agricultores y Ganaderos (COAG – Estado Espanol)

Un gabinete de estudio privado actualmente está encargado de efectuar consultas para luego presentar propuestas de modificación y simplificación de los reglamentos comunitarios sobre la comercialización de las semillas. Un cuestionario se puso en línea para supuestamente "consultar" las partes interesadas.

Nosotros, organizaciones campesinas de más de 20 países europeos, denunciamos el carácter poco democrático de este proceso consultivo. Las cuestiones de la conservación, los intercambios y el comercio de las semillas conciernen directamente a millones de campesinas y campesinos en Europa, así como a millones de hombres y mujeres que cultivan un jardín hortícola. La conservación de la biodiversidad vegetal es por otra parte un tema que se refiere a todas y todos los ciudadanos, puesto que sin diversidad de las especies vegetales cultivadas, el futuro mismo de la humanidad está en peligro.

El tipo de consulta establecido (cuestionario por Internet) no permite de ninguna manera la implicación de todos los protagonistas interesados. Por una parte, la gran mayoría de las campesinas y de los campesinos europeos no disponen de Internet. Por otra parte, el cuestionario debe llenarse en inglés, con exclusión de todas las demás lenguas practicadas en la Unión Europea. Por último, el lenguaje utilizado en el cuestionario excluye de hecho la participación de todos aquéllos que, interesados intensamente por la conservación y los intercambios de las semillas, no disponen de los conocimientos técnicos y legales de la legislación semillera europea.

Las personas más concernados por esta legislación – los pequeños productores de los países de Europa Central y Oriental recientemente entrados en la UE y dónde se ha conservado una enorme diversidad de las especies vegetales cultivadas – son los que, por la forma de la consulta, menos pueden emitir su punto de vista.

Este tipo de consulta supuestamente democrático sólo permite en realidad la participación de las industrias interesadas en el comercio de las semillas y, en una menor medida, de algunas ONG disponiendo de los recursos humanos y financieros necesarios para seguir los procesos legislativos europeos. Así, el resultado de esta consulta es desde el principio sesgado por su forma propia. Una vez más, todo hace pensar que no será el interés general que se oirá, sino más bien el interés de algunas multinacionales semilleras que imponen su ley a los burócratas de la Unión Europea.

Por estas razones, elegimos deliberadamente no responder bajo la forma del cuestionario impuesto, pero emitir nuestro punto de vista por medio de una carta abierta.

El papel de la legislación: Proteger la biodiversidad y los derechos de los campesinos

La legislación europea sobre la comercialización de las semillas hasta ahora tuvo por objetivo y papel principal de aumentar el monopolio de un número muy reducido de industrias semilleras sobre la biodiversidad cultivada en Europa, para garantizarles elevadas rentas y una competitividad internacional fuerte.

Con relación a los desafíos que constituye la biodiversidad cultivada para nuestro futuro común, los objetivos perseguidos por la legislación europea en cuanto a la comercialización de las semillas deben revisarse profundamente. La legislación europea de la comercialización de las semillas debería tener por objetivos principales la promoción de la biodiversidad cultivada y el respeto de los derechos de los campesinos tales como se definen en el Tratado Internacional sobre los Recursos Fitogenéticos para la Alimentación y la Agricultura (TIRPAA).

La biodiversidad cultivada, es decir, utilizada en los campos y los jardines en todos nuestros territorios, y no conservada en los congeladores de los bancos de genes, es indispensable para garantizar la adaptación de las plantas a los cambios climáticos ya en curso, y así garantizar la alimentación de las generaciones futuras.

Esta biodiversidad cultivada fue desarrollada y sin cesar renovada por las campesinas y los campesinos desde hace milenios. En la actualidad, está en peligro a causa de la destrucción masiva de las campesinas y campesinos en Europa y en el mundo y a causa de la privatización creciente de las semillas, que un puñado de empresas multinacionales se apropia mediante derechos de propiedad intelectual (patentes o certificados de obtención vegetal). Los OGMs y la contaminación genética forman parte de los medios utilizados por estas industrias semilleras para imponer su monopolio sobre las semillas cultivadas y así asegurarse de un mercado cautivo enorme.

Para mantener la biodiversidad cultivada, es esencial reconocer y hacer respetar los derechos de los campesinos tales como se definen por el TIRPAA, del cual la Unión Europea es signatario: "el derecho a conservar, utilizar, intercambiar y a vender las semillas producidas a la explotación" y el derecho para los campesinos a participar en las decisiones sobre las cuestiones relativas a la conservación de la biodiversidad (artículo 9). Por otra parte, para que las campesinas y los campesinos sigan desempeñando su papel fundamental en la conservación de la biodiversidad cultivada, es indispensable que los derechos de los campesinos no se limitan a derechos en cuanto a las semillas, sino que incluyen también derechos en cuanto al uso de los otros recursos productivos (agua y tierra entre otras cosas), el derecho a comercializar la producción de la agricultura campesina (a menudo impedido por una política agrícola que controla los mercados en la Unión Europea (en particular, por herramientas de control de la producción) y frente a los terceros países (protecciones aduaneras). En otros términos, la soberanía alimentaria es indispensable para la conservación de la biodiversidad cultivada en Europa.

En consecuencia, pedimos a la Unión Europea de:

    *      reconocer y hacer respetar el derecho de los campesinos y jardineros aficionados a conservar, a utilizar, a intercambiar y a vender las semillas reproducidas en la explotación (o en los jardines), tanto para las variedades inscritas al catálogo como no, y de participar en las decisiones europeas y nacionales relativas a la conservación de la biodiversidad cultivada.
    *      establecer catálogos para las variedades "de conservación", con criterios de inscripción flexibles, abierto gratuitamente a toda variedad que no o ya no se inscribe al catálogo, adaptados a las necesidades de las agriculturas campesinas a escasos insumos
    *      establecer una moratoria sobre la comercialización y el cultivo de semillas de variedades genéticamente modificadas (OGM).
    *      hacer obligatorio la indicación para depósito de un COV y para la inscripción al catálogo del origen de las variedades y métodos de selección utilizados.

Contactos
CPE: Guy Kastler, 0033 603945721
COAG: Andoni Garcia, 0034 636 451 569