India: Éxitos y fracasos de la protesta campesina más multitudinaria y prolongada del país
El 9 de diciembre de 2021, miles de personas campesinas que protestaban en las fronteras de Delhi desconvocaron (más bien suspendieron) su histórica movilización de 378 días y comenzaron a regresar a sus hogares después de que el Gobierno de la India accediera a cumplir sus demandas.
Pocos días antes, el 2 de diciembre, el gobierno había derogado las tres polémicas leyes agrícolas que dieron origen a las protestas y que introducían reformas favorables a las empresas. Además, el gobierno aceptó el resto de demandas de los agricultores: (i) retirar las denuncias contra los manifestantes, (ii) compensar a las familias de los agricultores agitadores (alrededor de 702) que murieron durante la protesta, (iii) eliminar la responsabilidad penal en los casos de quema de rastrojos, (iv) no presentar el proyecto de ley de enmienda de la electricidad en el Parlamento hasta haber debatido sus disposiciones con los agricultores afectados, (v) crear un comité para discutir la promulgación de una ley que asegure la garantía legal del precio mínimo de apoyo (MSP, por sus siglas en inglés) para los productos agrarios (vi) y, por último, que la política actual sobre el MSP y su adquisición en el país continúe como hasta ahora.
Hasta la fecha, la mayoría de estas promesas no se han cumplido y el campesinado está planeando movilizarse de nuevo no solo para recordar al gobierno sus promesas, sino también para hacer constar su indignación contra la creciente penuria económica y agraria del país. El 22 de agosto de 2022, miles de personas campesinas de diferentes estados se reunieron en el corazón de Delhi para manifestarse pacíficamente. El 2 de octubre de 2022, otro grupo se reunió en la puerta de Delhi, en la frontera entre Delhi y Uttar Pradesh, para exigir que el gobierno cumpliera sus promesas y para rendir homenaje a los agricultores que murieron durante la agitación. Sin embargo, uno de los objetivos principales de estas movilizaciones puntuales era lograr que todas las facciones del Samyukt Kisan Morcha (Frente Unido de Agricultores) volvieran a encontrarse.
Una movilización campesina sin precedentes
¿Por qué y cómo comenzó esta histórica protesta? Aprovechando la pandemia del COVID-19 y el confinamiento, el gobierno de la India promulgó el 5 de junio de 2020 tres ordenanzas que entraron en vigor el mismo día e introdujeron cambios fundamentales en el sistema de comercialización agrícola de la India. A pesar de que la agricultura es una cuestión de Estado según la Constitución india, no se consultó a los gobiernos de los estados ni se debatió con ninguno de los sindicatos agrarios. En septiembre de 2020, estas ordenanzas se convirtieron en proyectos de ley en el Parlamento, recibieron la aprobación presidencial y el Punyab fue testigo de un levantamiento campesino que posteriormente se extendió por todo el país. Los agricultores emprendieron una marcha desde Punyab, Haryana y Uttar Pradesh hacia Delhi y, desde el 26 de noviembre, formaron piquetes en las principales carreteras, dando inicio a una protesta campesina sin precedentes en la India moderna.
Para impedir la entrada de las marchas en Delhi, se utilizaron cañones de agua y gases lacrimógenos, se cavaron barricadas, se levantaron alambres de espino y vallas, se colocaron clavos de hierro y sacos de arena y se estacionaron autobuses y grandes contenedores de carga para bloquear las carreteras. Más tarde, a estos manifestantes se les unieron agricultores de toda la India, por encima de las diferencias religiosas e ideológicas; marxistas y centristas, socialistas y defensores del libre mercado, partidarios de la agricultura comercial y de la agricultura sostenible, además de personas de casi todos los sectores de la sociedad —sindicatos, activistas, estudiantes, abogados, obreros, transportistas, asociaciones de mujeres, ecologistas, científicos, actores, deportistas…— mostraron su apoyo a la huelga.
Las muestras de apoyo no solo provenían del ámbito nacional, sino también de organizaciones internacionales como La Vía Campesina, el Movimento dos Trabalhadores Sem Terra de Brasil, la Federación Sindical Mundial, la Internacional Sindical de la Agricultura…, así como muchas personalidades destacadas, como Justin Trudeau, Jeremy Corbyn, Noam Chomsky, la cantante Rihanna o la activista contra el cambio climático Greta Thunberg, que expresaron su preocupación por la respuesta del gobierno a las manifestaciones.
Agricultores de Uttar Pradesh en la frontera de Ghazipur.Leyes para acabar con el campesinado
Más de un millón de campesinos, mujeres y hombres, acamparon día y noche en las carreteras de alquitrán o durmieron en refugios improvisados en los remolques de los tractores, en medio del frío intenso y en plena pandemia. Frente a represiones policiales de todo tipo y ante las tergiversaciones de los medios de comunicación y de los dirigentes del partido en el poder, estas familias campesinas humildes con pequeñas propiedades (el 86 % de los agricultores indios poseen menos de 2 hectáreas de tierra) consiguieron exponer al mundo el entramado que se teje entre las empresas agrícolas y el gobierno, con tres leyes concebidas para beneficiar a las grandes corporaciones agrícolas de la India. A pesar de que el gobierno se vanagloria de que India es la economía con el crecimiento más rápido, lo cierto es que uno de cada dos agricultores del país está endeudado y la media de ingresos mensuales por hogar agrícola (con una media de 5 personas) es inferior a 6426 rupias (menos de 80 dólares estadounidenses), mientras que sus gastos ascienden a 6.223 rupias. La oposición a las leyes agrarias era una cuestión de vida o muerte para estas familias, ya que casi el 50 % de los 1.300 millones de habitantes de la India dependen de la agricultura y de trabajos relacionados con ella.
El campesinado se opuso a las tres leyes por considerarlas parte del plan capitalista del gobierno para dejar la agricultura en manos de las grandes empresas. Por ejemplo, la Ley de Promoción y Facilitación del Comercio de Productos Agrícolas (Farmers’ Produce Trade and Commerce) de 2020 pretendía desregular el mercado agrícola y facilitar el comercio de productos fuera de los límites físicos de los comités de mercados de productos agrícolas de gestión pública (APMC o mandis [1]), promoviendo mercados privados no regulados, en los que no se aplicaría el mecanismo de control de precios. Esta ley permitía a cualquier persona con una tarjeta de identidad oficial (PAN) establecer y operar una plataforma de comercio y transacciones electrónicas para comerciar con productos agrícolas.
Agricultores de BKU Ekta Ugrahan (Punyab) en la frontera Tikri-Bahadurgarh en los primeros días de protesta en Delhi (enero de 2021). El amarillo simboliza los campos de mostaza.
El campesinado también temía que se suprimiera el MSP y, por tanto, exigieron que el gobierno central lo convierta en un derecho legal para que productores y productoras obtengan un precio justo por su género y no acaben sufriendo la explotación de comerciantes privados y empresas minoristas a causa de la fluctuación de los precios. El estado de Bihar abolió el sistema APMC en 2006 y desde entonces ha experimentado la desregulación del sistema APMC, ya que generalmente el campesinado vende sus productos por debajo del MSP.
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