Honduras: SARA Pide cuentas al gobierno hondureño por la producción de maíz transgénico

Llama a la población a informarse sobre los daños de la salud y al medio ambiente, y a los campesinos e indígenas pide ¨no dejarse engañar¨ por las ofertas de las empresas transnacionales sobre los ¨supuestos beneficios¨ de los transgénicos que generan dependencia permanente hacia las nuevas semillas

Image La Alianza por la Soberanía Alimentaria y la Reforma Agraria SARA, conformada por la Vía Campesina, el Consejo Coordinador de Organizaciones Campesinas de Honduras COCOCH, la Central Nacional de Trabajadores del Campo CNTC, la Asociación Campesina Nacional ACAN, la Confederación Hondureña de Mujeres Campesinas CHMC, el Consejo Cívico de Organizaciones Populares e Indígenas de Honduras COPINH, el Centro Hondureño de Promoción para el Desarrollo Comunitario CEHPRODEC, la Red de Acción Hondureña por la Alimentación Saludable y Sostenible REDAS, el Comité Nacional de Consumidores CODECO, Madre Tierra, el Comité para Desarrollo y Defensa de la Flora y la Fauna en el Golfo de Fonseca CODDEFFAGOLF, la Red COMAL, la Asociación Nacional para el Fomento de la Agricultura Ecológica ANAFAE, FIAN Honduras y el Proyecto Heifer Honduras, hacemos del conocimiento público lo siguiente: 1.    En Honduras, se han venido sembrando organismos genéticamente modificados OGMs desde el año 2001 amparados bajo el “Reglamento de Bioseguridad con Énfasis en Plantas Transgénicas”(Decreto 1570-98) sin haber dado a la población siquiera los datos básicos sobre los riesgos de estos cultivos en la economía, la salud humana y el ambiente.

2.    Hasta la fecha, los comités integrados para asesorar y evaluar los riesgos de los productos transgénicos a la salud pública, la producción y el ambiente en Honduras, han estado integrados exclusivamente por los sectores con intereses comerciales: empresas productoras de semillas y la industria agroalimentaria, con consentimiento y aval del sector público.

3.    Hay evidencias de que los OGMs, conocidos como transgénicos, han generado a nivel  internacional múltiples preocupaciones por sus impactos negativos en la economía, la salud humana y el ambiente. La FAO “reconoce las preocupaciones por los riesgos potenciales que plantean algunos aspectos de la biotecnología, los cuales clasifica en dos categorías: efectos en la salud humana y los animales y consecuencias ambientales”. Menciona que hay que actuar con precaución para reducir los riesgos de transferir toxinas de una forma de vida a otra, de crear nuevas toxinas o de transferir compuestos alergénicos de una especie a otra, lo que podría dar lugar a reacciones alérgicas imprevistas”[1].

4.    Para los productores, existen riesgos económicos por los derechos de patente que han adquirido las empresas productoras de semilla transgénica pues, al registrar legalmente un gen como su propiedad, gen que puede introducirse con facilidad en los cultivos de libre polinización como el maíz, las empresas están demandando a productores cuyos cultivos han sido cruzados con sus genes patentados. Llama la atención el caso de Percy Schmeiser de Canadá, quien tuvo que enfrentar un juicio con la Empresa Monsanto al ser sancionado legalmente por que dicha empresa encontrara genes resistentes al herbicida Roundup en sus campos de canola, los cuales volaron libremente por el viento proveniente de fincas vecinas[2]. Caso similar ha enfrentado el agricultor Rodney Nelson en Dakota del Norte. Varios agricultores mexicanos han tenido problemas similares. Los próximos son los campesinos hondureños cuando genes de maíz Bt ingresen a sus campos arrastrados por el viento.

5.    Además, la producción de cultivos cuyas semillas son estériles, las denominadas semillas Terminator, generan una total dependencia de los campesinos a la compra constante de semillas. Si bien existe una moratoria internacional para la introducción del gen Terminador, no estamos libres de esta amenaza todavía.

6.    Los efectos en el ambiente son impactantes. Científicos de la Universidad de Berkeley en California[3] indican que estos riesgos son la erosión genética, la transferencia de genes de cultivos resistentes a herbicidas a variedades silvestres o parientes creando supermalezas, la creación de resistencia en plagas a la tóxina Bt, entre otras.

7.    Para los hondureños, la contaminación de las semillas criollas, que tienen gran valor de arraigo cultural para los pequeños productores por su capacidad de adaptarse a las condiciones adversas de sus comunidades, pone en riesgo la Soberanía Alimentaria nacional.

8.    Si bien existe un debate abierto sobre los riesgos que los transgénicos ocasionan en la salud, las evidencias existentes provienen de pruebas hechas en animales. Los principales efectos fueron a nivel del aparato digestivo como modificaciones en el hígado a nivel de la membrana hepática, cambios en la configuración intestinal y proliferación de la mucosa gástrica[4]. Estos efectos pueden degenerar en cáncer.

9.    Es obligación del Estado, como reza en el Capítulo 7, artículo 145 de la Constitución de la República, garantizar el derecho a la salud y conservar el ambiente adecuado para proteger a las personas. Por tanto, todo aquel acto avalado por el Estado que ponga en riesgo dicha salud es inconstitucional.

Por tanto, solicitamos al Gobierno de Honduras lo siguiente:
1.    Rendir cuentas a la población hondureña sobre los criterios bajo los cuales se ha autorizado la introducción, producción y comercialización de más de 2,500 hectáreas de maíz transgénico en Honduras.

2.    Divulgar ampliamente los resultados de la investigación que demuestren que la producción de transgénicos en Honduras no genera impactos negativos ni  irreversibles para la población en los aspectos sociales, económicos, ambientales y culturales, tal como lo argumentan las compañías transnacionales.

3.    No darle trámite a ninguna iniciativa de ley que permita la introducción, experimentación, producción, liberación al ambiente, comercialización y consumo de los organismos vivos modificados.

4.    Detener la introducción y producción de los organismos vivos modificados bajo el principio de precaución que indica que ante los posibles riesgos que se puede tener en el género humano es mejor no hacerlo. Para ello deberá modificarse el marco legal ya existente, en particular el Decreto 1570-98.

5.    Defender los derechos de los consumidores realizando estudios que identifiquen la presencia de transgénicos en los alimentos de consumo nacional e informando al público sobre los riesgos en que incurren al consumirlos.

6.    Informar sobre la aplicación de las medidas regulatorias que prohíben la entrada de alimentos transgénicos en la ayuda alimentaria al país a través de las diversas agencias de cooperación internacional.
 
Al Congreso Nacional, demandamos continuar con las medidas tomadas sobre la prohibición de alimentos transgénicos en la merienda escolar y ampliar esta medida a toda la ayuda alimentaria que recibe Honduras, privilegiando la utilización de alimentos nacionales libres de contaminación en su defecto.

A la población hondureña, la exhortamos a lo siguiente:

1. Informarse y tomar conciencia sobre los daños que ocasionan los transgénicos en la economía, la salud humana y el ambiente, conociendo de manera objetiva los distintos puntos de vista que se presentan a nivel mundial.

2. Hacer valer su derecho de consumir alimentos sanos en todo momento y a tener conocimiento sobre la inocuidad de los productos que están disponibles en el mercado.

3. Apoyar la producción agrícola nacional libre de transgénicos que garantiza la soberanía alimentaria y la autodeterminación de los pueblos.

4. Conservar su cultura alimenticia consumiendo alimentos nacionales sanos en calidad y diversidad.

A los campesinos, indígenas, pequeños(as) y medianos(as) productores(as), les invitamos a lo siguiente:

1. No dejarse engañar por las ofertas de las empresas transnacionales sobre los “supuestos beneficios” de los transgénicos que al final incrementan los costos y generan dependencia hacia las nuevas semillas.

2. Garantizar la producción nacional libre de transgénicos y de cualquier otro contaminante que ponga en riesgo la salud humana y la economía de los pequeños productores

3. Conservar su cultura productiva conservando la diversidad genética de sus semillas criollas.

¡Por una Honduras libre de transgénicos!
¡Digamos no a las empresas transnacionales y sus semillas, digamos sí
a la Soberanía Alimentaria!
Alianza por la Soberania Alimentaria y la Reforma Agraria

 
Tegucigalpa D.C., 3 de Julio del 2007.
[1] www.fao.org∕biotecnología
[2] Monsanto contra los agricultores. World Watch no.15, España Abril del 2002
[3] Riesgos Ambientales de los Cultivos Transgénicos: Una Evaluación Agroecológica. Miguel Altieri 2005
[4] a) Tulel’ian y colaboradores 1999. Alimentación de ratas con concentrados proteicos conteniendo alimentos transgénicos. VOIR Tital 1999; 68:9-12, b) Fares y Sabed, 1998. Alimentación de ratones con papas transgénicas. Revista Nat Toxins; 6:219-33, c) Ewen y Tusztai 1999. Alimentación de ratas con papas transgénicas. Revista Lancet 1999; 354:684.