G20: Las personas primero (Y luego, los campesinos)
Resumen de la intervención de Joop de Koeijer, miembro del Comité Coordinador de la Coordinadora Europea Vía Campesina, en el panel del clima durante la movilización Put People First del 28 de marzo en Londres, en el marco de la reunión del G20.
Los miembros de Vía Campesina, agricultores familiares que producen de manera sostenible y a pequeña escala, nos proveen de un bien básico para todos: los alimentos.
Es importante tener en cuenta la postura de Vía Campesina por otros dos motivos: los campesinos son muy vulnerables al cambio climático; sin embargo son estos mismos campesinos quienes pueden contribuir a solucionar el problema. Se podría esperar que fuese un agricultor del Sur quien hablase de la vulnerabilidad de muchas familias campesinas y de sus medios de subsistencia debido al cambio climático. Sin embargo, todo el movimiento internacional comparte los valores y las propuestas en materia de agricultura y alimentación.
Soy un labrador del sudoeste de Países Bajos que vive en una delta por debajo del nivel del mar. Mi región fue asolada por unas terribles inundaciones algunos años antes de que yo naciera; murieron más de 2000 personas.
En 2007 se celebró un foro sobre soberanía alimentaria en Nyéléni, Mali. Allí también pudimos comprobar la inclemencia del clima: el calor, la escasez de agua, etc.
La sociedad debe combatir ese miedo que tiene la gente que vive en las deltas donde hay más inundaciones y enfrentar las dificultades de quienes viven en áreas afectadas por la sequía.
Sabemos cómo solucionar el problema del cambio climático, pero primero debemos reparar algunas de las decisiones erróneas tomadas en el pasado reciente. Un pasado neoliberal que muchos de ustedes consideran hoy muerto. La desregulación de la agricultura implicó la apertura de los mercados nacionales para importar alimentos básicos baratos y subsidiados. Las víctimas fueron, entre otras, el maíz tradicional de México, el arroz local de las Filipinas y, en menor medida, el cultivo de plantas para proteínas en Europa.
De forma paralela, defensores del libre mercado tales como el Banco Mundial y la agroindustria abogaban por una producción orientada a la exportación. “¡Las oportunidades de la agricultura están en el mercado mundial!” Pero en el ámbito agrícola todos sabemos que la sobreproducción se traduce inevitablemente en la baja de precios. El panorama de la agricultura al final de la era neoliberal es el siguiente: cientos de millones de toneladas de alimentos llevados de un continente a otro, campesinos abandonando sus tierras u obligados a usar técnicas de producción intensivas (en energía) en contraposición a prácticas agrícolas adaptadas a las condiciones locales. La solución radica en la soberanía alimentaria: el derecho de los pueblos a definir sus propias políticas agrícolas, de protegerse de las importaciones baratas sin perjudicar el desarrollo agrícola en otras regiones. Eso nos permitirá hacer lo que debemos y queremos hacer: producir bienes y alimentos saludables para las personas primero, y no para la agroindustria.
Contactos: Joop de Koeijer +31 6-12784009