Este 17 de abril defendemos los derechos de los campesinos y de otras personas que trabajan en las áreas rurales
Comunicado de Prensa
(Harare, 17 de abril de 2017) Hoy, La Vía Campesina, movimiento internacional de campesinos, conmemora el Día Internacional de las Luchas Campesinas[1] con el objetivo de fortalecer, proteger y reconocer los derechos humanos de los campesinos. La iniciativa hacia una Declaración de las Naciones Unidas sobre los Derechos de los Campesinos y Otras Personas que Trabajan en las Zonas Rurales es uno de los caminos de legitimar nuestras luchas para construir y reforzar la Soberanía Alimentaria donde nuestros valores sociales, culturales, económicos y políticos estén plenamente respetados y confirmados. Creemos que al liderar los derechos de los campesinos y de otras personas que trabajan en las zonas rurales, la humanidad también gana.
Cientos de millones de campesinos son forzados a vivir y llevar vidas indignas, ya que sus derechos básicos son cada vez más vulnerables como resultado de las lógicas capitalista y neoliberal de la maximización del beneficio. Nuestros derechos a la tierra, al agua, a las semillas, a la biodiversidad, a unos ingresos decentes están continuamente comprometidos, negados, violados y usurpados. Nosotros, campesinos y campesinas, a pesar de producir la mayor parte de los alimentos consumidos a nivel mundial, seguimos enfrentándonos a la criminalización y a la discriminación.
Nosotros, los campesinos, las mujeres, los jóvenes, los hombres y los pueblos indígenas, sin embargo, seguimos construyendo nuestras luchas a nivel mundial para defender nuestros derechos contra los intereses de las multinacionales, la persecución y la violencia contra los campesinos y otras personas que trabajan en las zonas rurales. Luchamos por una auténtica reforma agraria y una mejor protección del derecho a la tierra contra la ocupación de tierras; Seguimos conservando, usando e intercambiando nuestras semillas, denunciando leyes e intereses que buscan prohibir tales prácticas; Promovemos la agroecología, las prácticas tradicionales y el conocimiento para combatir el cambio climático; Continuamos la lucha para acabar con el control por parte de las multinacionales de nuestros alimentos y rechazar los acuerdos de libre comercio; Y seguimos construyendo la igualdad de género y avanzando hacia los derechos de las campesinas, jóvenes, migrantes y otras personas que trabajan en las zonas rurales.
El próximo mes de mayo se celebrará la cuarta sesión del Grupo de Trabajo Intergubernamental de la ONU para finalizar la Declaración de las Naciones Unidas sobre los derechos de los campesinos y otras personas que trabajan en zonas rurales. Nuestras luchas colectivas presionarán a los gobiernos y a otras partes para que apoyen y se comprometan con una fuerte declaración de la ONU. Creemos que la declaración de la ONU será crucial para resolver la desnutrición, el hambre, la pobreza y la crisis climática.
En todo el mundo hoy se celebran cientos de acciones en los territorios, marchas, debates en universadades, ferias agroecológicas por la de Soberanía Alimentaria, intercambios de Semillas, etc. Miren nuestro mapa de acción global, aquí. Únanse hoy también a nosotros organizando manifestaciones, discusiones, proyecciones de películas, iniciativas de presión, o cualquier otra acción de solidaridad. Llamamos a todos los movimientos populares, de mujeres, de jóvenes, indígenas, pescadores, migrantes, trabajadores, medioambientalistas, para apoyar este movimiento. Compartan sus acciones a través de lvcweb@viacampesina.org
Portavoces:
Elizabeth Mpofu (inglés): +263 772 443 716
Diego Montón (español) +54 9 261 561 5062
Geneviève (francés) +33 6 25 55 16 87
[1] El 17 de abril de 1996, en el estado amazónico de Pará, en Eldorado dos Carajás, la policía militar de Brasil masacró a los campesinos organizados en el Movimiento de los trabajadores rurales sin tierra (MST), asesinando a 19 personas e hiriendo a 69. Ese día, 1500 mujeres y hombres se organizaron en el MST y ocuparon y bloquearon la autovía BR -150 en Eldorado dos Carajás, con el objetivo de presionar al gobierno estatal y federal para llevar a cabo una reforma agraria. Las autoridades estatales, la policía, el ejército y grandes terratenientes estaban implicados en la planificación y ejecución de la masacre.