Mali: Manifiesto de la agroecología campesina de Nyéléni

Nuestra solidaridad se basa en las siguientes convicciones y principios, que unen nuestras luchas:

  1. los derechos humanos para el agua, la alimentación y para la tierra son fundamentales y esenciales para la vida. Todas y todos, hombres y mujeres, adultos y niños, ricos o pobres, rurales o urbanos deben poder disfrutarlo.
  2. El agua y la tierra no son solamente recursos naturales vitales, sino también una parte de nuestra herencia común, cuya seguridad y gobernanza deben ser preservadas por cada comunidad para el bien común de nuestras sociedades y del medio ambiente, hoy y para las generaciones venideras.
  3. El agua, la tierra y las semillas son bienes comunes, y no mercancías.
  4. El mandato legal y constitucional que le reconocemos al Estado es de representar el interés de los pueblos. Por ello el Estado tiene el deber de oponerse a toda política o tratado internacional que amenace los derechos humanos y su propia soberanía, incluyendo los mecanismos de solución de discordias entre empresas y Estados, y la mayoría de los tratados de inversión.
  5. Las políticas de gestión de la tierra y el agua deben promover la realización de la equidad social, la igualdad de género, la salud pública y la justicia ambiental.
  6. El rechazo firme de toda forma de ocupación y dominación extranjeras.

Inspirarse del pasado y transformar el presente para andar hacia la Agricultura familiar basada en la Agroecología campesina y la soberanía alimentaria. 

Nuestros sistemas alimentarios locales ancestrales y eco/agrosistemas se han desarrollado durante milenios. Se ha escogido el nombre de agroecología a lo largo de los últimos 30 a 40 años. Las divergencias de interpretación y de aplicación de la agroecología hacen que reivindiquemos hoy una agroecología campesina, sinónimo de dignidad, basada en los conocimientos, saber-hacer, saber ser y saber convertirse campesinos.

La agroecología campesina pone la vida en el centro de toda intervención. Es un modo de vida solidaria basada en las prácticas transmitidas, valoradas y compartidas, en los valores y principios comunes incluyendo los derechos humanos. La agroecología campesina por su dimensión filosófica, social, ambiental y económica integra todas las formas de agricultura ecológica, biológica, equitativa. Ella es la clave de hoy y de mañana para preservar la humanidad y el planeta.

De hecho, en un contexto mundial marcado por varias crisis, tal como la crisis alimentaria, las estadísticas sobre el número de personas que sufre crónicamente de hambre son aterradoras. Hoy, alrededor de 800 millones a mil millones de víctimas son predominantemente campesino(a)s.  El uso masivo de insumos químicos, la mecanización abusiva, la biotecnología moderna, etc. hacen un modelo agrícola que cuestiona los modos de vida de las comunidades que viven en zonas rurales. Este modelo dominante, basado en el beneficio induce profundos cambios culturales, alimentarios y sociales.  El éxodo rural, las contaminaciones ambientales, la concentración y el acaparamiento de tierras y aguas, el monocultivo, la deforestación y los cambios climáticos tienen gravísimas repercusiones sobre la calidad de vida de las poblaciones del planeta.

Como si una buena parte de la humanidad no viera las realidades desastrosas, el sistema liberal trata en sus últimas horas, de dar un nuevo aliento al modo de producción agro-industrial visiblemente sin aliento. Por ello, diversas iniciativas tales como la promoción de los organismos genéticamente modificados (OGM), o los modelos agrícolas de la Revolución verde o azul a la Nueva Alianza para la Seguridad Alimentaria y la Nutrición (NASAN) apoyada por el G8 y el Banco Mundial, la llamada agricultura inteligente u otros polos tecnológicos agroalimentarios, son promovidos. Este modelo basado en ganancia, beneficia solo a un puñado al detrimento de la población, en su mayoría campesina. Él consagra la mercantilización de los recursos naturales y recursos de tierra con violencia. Él expulsa y empobrece las comunidades y las explotaciones agrícolas familiares. Él criminaliza a los defensores de los derechos humanos y de bienes comunes. Él agrava el cambio climático, la malnutrición, deteriora la salud y el ambiente y destruye nuestra cohesión social.

Frente a él, defendemos un otro modelo Agrícola y de sociedad, el de la agroecología campesina.

Nosotros actores y actrices del cambio, campesino(a)s incluyendo criadores y pastores, artesanos-pescadores, miembros de organizaciones campesinas, actores y actrices de movimientos sociales y asociativos, institutos de investigación1, consumidores, urbanos y rurales, queremos comprometernos colectivamente para la agricultura familiar basada en la agroecología campesina y la soberanía alimentaria.

Iniciado en 2014 durante un marco de concertación1, nuestro movimiento campesino y ciudadano basado en sinergias fuertes, está en marcha hoy para un futuro próspero y compartido en paz promoviendo la justicia social, ambiental y nuestras identidades culturales. Para enfrentar el desafío de la soberanía alimentaria en Mali y de la agricultura familiar, hace falta una fuerte convergencia alrededor de la agroecología campesina, junto con la Convergencia global de las luchas de tierra y de agua y en los niveles más altos. Es por eso que nos encontramos en la plataforma de la agroecología campesina Mali que fue ampliada en abril del 2017 en el centro de formación Nyéléni.

Con el objetivo de actuar juntos, con coherencia y solidaridad, hemos escrito colectivamente este manifiesto que expresa nuestras visiones y acciones comunes y desarrolla estrategias conjuntas para promover la agroecología campesina mediante un discurso común con los campesino(a)s de la sociedad, de las instituciones de investigación, hasta las políticas públicas que sea al nivel nacional, regional y continental.

El manifiesto de la agroecología campesina es una herramienta articulada alrededor de 7 pilares intrínsecamente ligados unos a otros, con valores y principios, para actuar juntos en la misma dirección.

Pilar1: Garantizar la seguridad de la tierra, el agua y otros recursos naturales

Es el pilar fundamental porque sin la seguridad y la gestión racional de la tierra, del agua por y para las comunidades, no hay desarrollo agrícola armonioso. Los campesino(a)s son los primeros inversionistas y los primeros alimentadores. Hace falta asegurar sus derechos de la tierra y los recursos naturales.

Esto implica:

  • Reconocer y asegurar los derechos sobre las tierras colectivas consuetudinarias de los pueblos y de las familias, y de los recursos naturales y eso, hasta el nivel jurídico, sin privatizarlos ni mercantilizarlos.
  • Proteger los derechos de las comunidades de usos y acceso a los bienes comunes incluidos los bosques, pastos, los senderos, fuentes de agua, a aquellos o aquellas que practican la recolección, la caza, la pesca, la trashumancia fomentando la restauración ecológica y cultural de su abundancia pasada con las convenciones locales para una gestión equitativa y equilibrada de los recursos naturales.
  • Establecer organismos de gestión y de resolución de conflictos desde el nivel de la aldea compuestos por todos los miembros de la comunidad incluyendo mujeres y jóvenes
  • Adoptar un enfoque territorial y holístico de las cuestiones sociales y económicas, referente a los recursos naturales.

Pilar 2: Valorar y salvaguardar la biodiversidad, semillas campesinas y razas locales.

La biodiversidad natural, cultivada y elevada es el pilar de la vida de hoy y de mañana. Debemos promoverla y esto implica de:

  • Inventariar, valorizar y multiplicar la diversidad y los valores nutricionales y terapéuticos de las variedades y especies locales/campesinas en la nutrición y alimentación.
  • Garantizar los derechos colectivos de los campesino(a)s, de las comunidades a usar libremente conservar, intercambiar y vender sus semillas campesinas (aplicación del artículo 9 del TIRPAA1 ).
  • Impedir la biopiratería de nuestros recursos y la privatización de alimentos vivos.
  • Luchar contra los intentos de las empresas e instituciones de apropiarse de la agroecología como un medio de promover los OGM y otras falsas soluciones y nuevas biotecnologías peligrosas.

Pilar 3: Fomentar las prácticas en agroecología campesina: diversidad, complementariedad, adaptabilidad.

Basada en los conocimientos, saber-hacer y saber volverse campesino(a)s y las comunidades, la agroecología campesina se desarrolla sobre suelos vivos y ricos en biodiversidad gracia a las prácticas y conocimientos enriquecidos y transmitidos a lo largo de siglos, intercambiados, compartidos, complementarios entre campesinos. La agroecología se desarrolla mediante nuestras propias innovaciones, investigaciones y métodos de selección y de mejoramiento de las especies cultivadas y de las razas animales. Estas prácticas múltiples y diversas responden a lo que está en juego y desafíos, así como a las aspiraciones de los campesino(a)s de hoy y de mañana. Esto implica de:

  • Fomentar la participación y desarrollar los espacios de intercambio entre campesinos y campesinas,

Sistematizar, documentar y difundir las experiencias, en foros, encuentros…

  • Apoyar la formación en agroecología básica en los centros, in situ y también el relevo campesino(a)s, actor/trices del cambio tanto en las prácticas que la comprensión de lo que está en juego y desafíos, con herramientas pedagógicas armonizadas.
  • Apoyar financieramente e humanamente las prácticas de la agroecología campesina así como las iniciativas colectivas.

Pilar 4: Promover los sistemas alimentarios locales diversificados, nutricionales y terapéuticos.

Nuestros sistemas alimentarios locales son los primeros garantes de nuestra salud, de nuestros usos de nuestro medio ambiente, de nuestras identidades, Esto implica de:

  • Promover los mercados locales de productos locales y valorizarlos a partir de su calidad sana, sabrosa, nutricional, terapéutica…
  • Apoyar el desarrollo de infraestructuras, instituciones y mecanismos de financiamiento alternativos para apoyar a los productores y consumidores.
  • Promover la agroecología campesina como medio principal para reducir las pérdidas y desperdicios en el sistema alimentario.
  • Adaptar a las realidades locales y campesinas, las normas de producción, transformación y comercialización para reubicar los sistemas alimentarios.

Pilar 5: Apoyar y valorar el lugar de las mujeres y de los jóvenes.

Las mujeres, con sus conocimientos, sus valores, su visión y su liderazgo, son esenciales para que la agroecología campesina alcance su pleno potencial para ir adelante. Los jóvenes, así como las mujeres, constituyen una de las principales bases sociales de la evolución y la aplicación de la agroecología campesina para contribuir en la transformación social y ecológica desde hoy y para mañana, esto implica de:

  • Repartir de manera igual y equitativa, la tierra, la tomada de decisiones, el acceso a servicios, los derechos, el estatuto y la remuneración.
  • Asegurar y equipar para desarrollar su autonomía.
  • Crear y apoyar las dinámicas sociales y territoriales alrededor de la agroecología campesina para retenerle a la juventud en un marco de vida pleno y colectivo con una renta justa.
  • Favorecer los intercambios y la transmisión de conocimientos, especialmente intergeneracional.

Pilar 6: Reforzar las sinergias y alianzas y la organización colectiva.

Es de suma importancia multiplicar y desarrollar la agroecología campesina en una mayor escala gracia a la auto-organización y a la acción colectiva. Esto implica de:

  • Ampliar y reforzar las redes favoreciendo los espacios de debates y de acciones entorno de la agroecología campesina del local al regional.
  • Fomentar y apoyar la organización colectiva para suelos agroecológicos dinámicos y vivos ricos de su diversidad tanto ambiental, productiva como humana.
  • Extender nuestro movimiento campesino y ciudadano a los institutos y organismos de investigación públicos para servir los intereses de las poblaciones con como prioridad las necesidades ligadas a la agroecología campesina desarrollando programas de investigación realmente colaborativos que reponen los conocimientos campesinos en el centro de las soluciones.
  • Disponibilizar cursos de formación permanentes para perpetuar la agroecología.

Pilar 7: Actuar a nivel institucional legislativo y reglamentario.

Hacer reconocer y aplicar la agroecología campesina tal como definida en este documento, por nuestros Estados e instituciones internacionales como fue iniciado con la FAO así como a nivel de colectividades territoriales; Esto implica de:

  • Incluir la agroecología campesina en las políticas públicas particularmente agrícolas, de salud, de nutrición, y de educación.
  • Asegurarse que los 10% de Maputo sean orientados para apoyar la Agricultura familiar basada en la agroecología campesina y la soberanía alimentaria protegiendo nuestras economías locales en una integración regional implicando los actores de la AEP.
  • Proveer en todos los lugares de restauración colectiva, servicios públicos incluyendo pausas y comidas de los talleres, foros, encuentros, cumbres de productos hechos de la agroecología campesina.
  • Mantener y crear cinturones verdes en agroecología campesina fomentando procesos de planificación descentralizados realmente participativos, conjuntamente con las autoridades y administraciones locales pertinentes.
  • Rechazar todo acuerdo, tratado que pondría en peligro nuestras economías y nuestras identidades.

La agroecología campesina es la respuesta a la demanda de protección, de seguridad y de durabilidad del planeta y de la humanidad. La solidaridad entre los pueblos, entre las poblaciones rurales y urbanas, es un ingrediente esencial a su realización.

                                                    Hecho en el CIFAN[1], Selingué Mali, el 21 de Abril del 2017

[1]                          Centro internacional de formación en agroecología campesina de Nyéléni