Despues de la victoria de Cancun
Comunicado
Es urgente reorientar el debate sobre la producción agrícola y tomar iniciativas hacia una política de soberanía alimentaria. Llamamos a los responsables gubernamentales a salir del modelo neoliberal y tener la audacia de buscar otro camino de cooperación con justicia social y de mutuo apoyo. El colapso de la OMC fue el producto del fracaso de actores que están totalmente comprometidos con el «pensamiento neoliberal».
Los responsables del comercio se orientan principalmente a los intereses de sus elites y sus industrias transnacionales; y parecen ser incapaces de ver los problemas reales, menos buscar soluciones para ellos. Solamente piensan en más comercio, más mercados, más privatización, más acumulación y más ganancia. Tratan al sector agrícola solamente por su interés exportador -que es una vergüenza- visto desde el hecho de la existencia de millones y millones de campesinos, más de la mitad de la población mundial depende de la producción y comercialización local y doméstica. Vía Campesina considera que debemos retomar este debate, definiendo de manera puntual los problemas que tenemos, las soluciones que necesitamos e incluir otros responsables de gobiernos e instituciones internacionales, que sean más sensibles a los desafíos reales de nuestro mundo.
El conflicto real no es entre gobiernos, es entre modelos de producción Por el comportamiento escandaloso de ciertos gobiernos del Norte y su defensa de los intereses de las industrias transnacionales, el conflicto en Cancún se presentó como un conflicto «Norte-Sur». Aplaudimos la resistencia de muchos gobiernos sobre todo del Sur en contra de la dominación y imposición de los Estados Unidos (EE.UU), la Union Europea (UE) y algunos otros países industrializados. Sin embargo, reiteramos que en el sector agrícola, el conflicto real atrás de la confrontación entre gobiernos, es un conflicto entre un modelo de producción campesino-sostenible, basado en la soberanía alimentaria, reclamada por los campesinos en el Norte y el Sur; y un modelo industrial orientado a la exportación, empujado por las transnacionales, los gobiernos de los EEUU, la UE, y de otros países industrializados, y también por ciertas elites y fuerzas importantes dentro de los gobiernos «del Sur».
Esperamos poder abrir un diálogo con los gobiernos del Sur y del Norte; proponemos tomar pasos concretos para limitar los efectos dañinos del modelo industrial-exportador y fortalecer la producción campesina-sostenible.
Primer paso importante: centramos el debate en la soberanía alimentaria y la producción y no en el comercio. Para mantener una producción agrícola que asegure las necesidades alimentarías, que respete al medio ambiente y que de una vida digna a los campesinos/as; es indispensable una intervención activa del gobierno que asegure: -acceso para campesinos y campesinas a los medios de producción (tierra, semilla, agua, crédito), -control de las importaciones para estabilizar el precio interno a un nivel que cubra los costos de producción, -control de producción (por ejemplo gestion de oferta) para evitar excedentes, -acuerdo por producto a nivel internacional, para controlar la oferta y garantizar precios justos a los productores, campesinos, para productos de exportación como el café, el algodón etc, -ayudas públicas para apoyar el desarrollo de la producción y comercialización, -organización del mercado doméstico, que efectúa pleno acceso para los campesinos y campesinas.
Debemos explorar con urgencia las posibilidades a nivel nacional e internacional para dar pasos concretos en esta dirección. Llamamos a las agencias de la ONU como FAO, CNUCED y OIT a tomar iniciativas para llevar a cabo un marco alternativo en el cual definir las políticas agrícolas a nivel internacional, que respondan a la pobreza y a la marginalización que existe en mayor parte del medio rural.
Las importaciones a bajos precios tienen efectos nefastos. Para conseguir la soberanía alimentaria, es imprescindible parar el dumping. En el mundo entero las importaciones agrícolas a precios bajos destruyen la economía agrícola local. A petición de los Estados Unidos y de la Unión Europea, la OMC ratificó -ya antes de Cancún- una nueva práctica de dumping. La Union Europea sustituye precios internos, mas alto que en el mercado mundial, con susidios a la exportacion, por precios internos bajos y ayudas directas (decopladas). Estas ayudas siguen ir a los más grandes productores. En los EEUU mecanismos similares existen. Estas politicas continúan y agudizan el dumping, dan una ventaja enorme a la agro-industria y llevan a una desacreditación de los subsidios al sector agrícola en general, que afecta de manera muy negativa la posibilidad para mantener los apoyos financieros públicos, necesarios a la agricultura campesina.
La respuesta al dumping de excedentes no es «liberar más» Eliminar los subsidios directos e indirectos a la exportación son un paso importante, pero aún más importante, es introducir una política de gestion de la oferta. El control de la produccion evitará los excedentes. Un control efectivo de la produccion tambien permite precios que cubran los costos de produccion y apoyos financieros públicos a la agricultura campesina sin crear excedentes que despues generan el dumping en otros mercados. La respuesta a ciertos países industrializados que practican el dumping, no puede ser exigir más liberalización, mas acceso a mercados. Con estas demandas no defienden los intereses de los campesinos; estas propuestas solamente serán a favor de la agricultura exportadora y las transnacionales (en el Norte y en el Sur) y llevará a la destrucción de la producción campesina.
Debemos exigir que los países exportadores de excedentes y que practican el dumping limiten su producción, manejen su oferta para evitar la sobre producción y el dumping. Estos paises deben orientar sus apoyos públicos al desarrollo de la producción campesina sostenible para el mercado interno. Los países importadores deben tener el derecho de parar las importaciones para proteger la producción domestica e invertir en este sector.
El “libre” comercio con competencia “justa” es una ilusión. Los mercados agrícolas necesitan una política fuerte de intervención desde el Estado. En la lógica neoliberal se defiende la idea de llegar a un mercado agrícola sin subsidios, sin regulación fronteriza y sin intervención del estado, utilizando de manera óptima las ventajas comparativas, creando mas beneficios para todos. Un mercado que se va así auto-regular de manera justa. Pero los mercados agrícolas no pueden funcionar socialmente correcta, sin intervención del Estado. Acabar con la intervención del Estado, eliminando los instrumentos de la política agrícola, uno por uno, llevará una situación de reestructuración destructiva de la agricultura en que serán expulsados millones y millones de campesinos y campesinas dejándolos sin alguna base de existencia. Regiones y países enteras se quedaran sin producción alimentaria. En fin, solamente los que tienen dinero para comprar, van a poder comer, que es una perspectiva catastrófica en el contexto actual. Ni hablar de la pérdida inmensa en cuanto a variedades y productos locales, de experiencia campesina, de biodiversidad agrícola, etc.
Los campesinos y campesinas somos más de la mitad de la población mundial. Tenemos derecho a una vida digna. Tenemos el derecho de producir nuestros alimentos en nuestras tierras. Tenemos el derecho de vivir plenamente de nuestra tierra. Una política de soberanía alimentaria lo hara posible. Una producción campesina sostenible puede asegurar un mejor nivel de vida en los medios rurales, ayudara en limitar los daños al medio ambiente y puede crear la dinámica económica necesaria para sacar adelante el desarrollo de los países.
El compañero Lee murió por defender la soberanía alimentaria y esperamos poder decir que su muerte no fue en vano!
La OMC mata los campesinos y campesinas! Tomamos el camino de la soberanía alimentaria! Fuera la OMC de la Agricultura!
Comisión Coordinadora Internacional Tegugicalpa, 11 de noviembre 2003