Declaración de Cancún de la Vía Campesina
No a los negocios de mercado propuestos por los gobiernos de los países industrializados y las corporaciones transnacionales, las miles de soluciones a la crisis climática están en manos de los pueblos.
Los miembros de La Vía Campesina, provenientes de 29 estados de México y de 36 países de todo el mundo, y cientos de organizaciones nacionales e internacionales, juntamos nuestras miles de luchas en Cancún para exigir a la Conferencia de las Partes de Naciones Unidas sobre Cambio Climático, (COP 16), justicia ambiental y respeto a la Madre Tierra; para denunciar los ambiciosos intentos de los gobiernos principalmente del Norte de comercializar todos los elementos de la vida en beneficio de las corporaciones transnacionales; y para dar a conocer las miles de soluciones que tienen los pueblos para enfriar el planeta y frenar la devastación ambiental que hoy amenaza seriamente a la humanidad.
Denunciamos que los gobiernos continúan indiferentes ante el calentamiento del planeta y en vez de debatir sobre los cambios de políticas necesarias para enfriarlo, debaten sobre los negocios financieros especulativos, la nueva economía verde y la privatización de los bienes comunes.
Los resultados de la reunión oficial, realizada entre el 29 de noviembre y la madrugada del 11 de diciembre, son una pésima noticia para las familias campesinas y trabajadoras, para la humanidad toda y para la naturaleza. En lugar de enfrentar la crisis climática, las resoluciones de Cancún, la empeorarán ya que no se establecieron compromisos vinculantes para la reducción de gases de efecto invernadero, ni nuevas metas obligatorias para la reducción de emisiones, en cambio se fortalecieron los mercados de carbono.
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Para promover estos mercados se impulsaron distintos instrumentos como los Mecanismos de Desarrollo Limpio (MDL) y la Reducción de Emisiones por Deforestación y Degradación de bosques (REDD) que nosotros hemos denunciado son falsas soluciones. A través de los Mecanismos de Desarrollo Limpio, los países industrializados y las multinacionales pueden continuar contaminando en sus lugares de origen y cumplir sus metas de reducción de emisiones a través de certificados de carbono obtenidos por financiar proyectos de “desarrollo limpio” en otros lugares. Los proyectos MDL son además altamente contaminantes e implican gran devastación ambiental y social pues clasifican por ejemplo las grandes represas, la recuperación de metano en explotaciones ganaderas industriales, o en basureros gigantescos, las plantaciones, etc. REDD sitúa los bosques y las tierras agrícolas (si consideramos REDD plus), en el mercado de carbono para beneficio de las transnacionales y amenaza con la mayor usurpación de tierras de todos los tiempos. Privatización de bosques, expulsión de comunidades y especulación financiera es lo que significa.
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Se creó también un fondo climático que será administrado por el Banco Mundial, en el que no se comprometió dinero (sólo se habla de “movilizar recursos”) y que no sólo estará integrado por fondos públicos, si no también integrará fondos privados de empresas transnacionales y transacciones de los mercados de carbono.
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Se formará un comité de tecnología para facilitar la amplia participación de las transnacionales y la industria, quienes pueden imponer sus tecnologías sin ningún tipo de evaluación ambiental o social, y sin cuestionar la propiedad intelectual ni las patentes.
En síntesis el texto que se impuso es una versión mejor redactada del entendimiento de Copenhague.
En Cancún triunfó, la agenda para los negocios y la especulación con la naturaleza, mientras sistemáticamente se desecharon las demandas surgidas de la Conferencia Mundial sobre Cambio Climático y los Derechos de la Madre Tierra de Cochabamba, a la que asistimos más de 35,000 participantes de todo el mundo.
La agenda impuesta en Cancún, es la de los bancos y fondos de inversión, de las mega empresas de gas, petróleo, carbón, electricidad y automotriz, de las corporaciones agroindustriales y otras, que colocan al mundo entero al borde de una gran catástrofe de efectos irreversibles al proponerse especular con el clima y la naturaleza.
Los campesinos y campesinas de la Vía Campesina rechazamos y desconocemos los resultados de Cancún, y denunciamos y lamentamos, que la Convención Marco de Naciones Unidas sobre Cambio Climático (CMNUCC) se esté convirtiendo rápidamente en una plataforma que legitima, amplía y sienta bases para un nuevo orden económico mundial: El Capitalismo Verde.
Pero en Cancún también se cristalizó un encuentro de los movimientos sociales en torno a la crisis climática y del sistema y se fortalecieron y hermanaron las luchas de resistencia. La movilización hacia Cancún inició desde el 28 de noviembre como un esfuerzo conjunto de la Vía Campesina con nuestros aliados de la Asamblea Nacional de Afectados Ambientales, el Movimiento de Liberación Nacional y el Sindicato Mexicano de Electricistas quienes organizamos tres caravanas que partieron desde San Luís Potosí, Guadalajara y Acapulco y recorrieron algunos de los territorios emblemáticos de la devastación ambiental, pero también de las luchas y alternativas de las comunidades afectadas. En estos recorridos cientos de pueblos y personas nos abrieron las puertas de su generosidad y solidaridad. El 30 de noviembre arribamos con nuestras caravanas a la Ciudad de México, celebramos un Foro Internacional y una marcha acompañados por miles de personas y cientos de organizaciones que también luchan por la justicia social y ambiental.
En nuestra jornada hacia Cancún, otras caravanas, una de Chiapas, otra de Oaxaca y una de Guatemala, después de muchísimas horas de viaje, se unieron en Mérida para celebrar una ceremonia en Chichen Itza y finalmente llegar a Cancún el 3 de diciembre e instalar nuestro campamento por la Vida y la Justicia Social y Ambiental, abrir nuestro Foro e iniciar nuestras jornadas de lucha en Cancún. Celebramos páneles y conferencias, talleres, asambleas, demostraciones públicas en los barrios de la ciudad, reuniones con nuestros aliados y una acción global llamada “los miles de Cancún” que tuvo eco en todo el planeta y llegó hasta las mismas salas del Moon Palace donde se celebraba la reunión oficial de la COP 16. La marcha del 7 de diciembre reunió a miles de miembros de la Vía Campesina con nuestros aliados de organizaciones nacionales e internacionales, en ella además de manifestar nuestras posiciones y de reivindicar que somos los campesinos y campesinas quienes estamos enfriando el planeta, respaldamos a los gobiernos de Bolivia y Tuvalú comprometidos con los derechos de la Madre Tierra.
Como Vía Campesina exigimos:
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Retomar los principios del Acuerdo de los Pueblos de Cochabamba.
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Establecer un acuerdo vinculante de reducción del 50 por ciento de las emisiones de gases de efecto invernadero en los países industrializados de origen, para 2017.
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Destinar 6% del PIB de los países desarrollados para financiar las acciones contra la Crisis Climática en los países del sur global.
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Total respeto a los Derechos Humanos, a los Derechos de los Pueblos Indígenas y de los Migrantes Climáticos.
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La formación de un Tribunal Internacional de Justicia Climática.
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Políticas de Estado para impulsar y fortalecer la agricultura campesina sustentable y para la soberanía alimentaria.
Desde la Vía Campesina llamamos asumir la responsabilidad colectiva con la Madre Tierra proponiéndonos cambiar las formas de producción y consumo que han provocado la crisis del planeta; a defender los bienes comunes e impedir su privatización; a redoblar esfuerzos, a trabajar intensamente en informar, educar, organizar y articular para construir la fuerza social que frene la tendencia a convertir los graves problemas de la crisis climática en nuevos negocios, y que pueda impulsar las miles de soluciones que tienen los pueblos; a revisar y construir nuevos espacios de alianzas internacionales; a prepararnos para la gran consulta mundial por los derechos de la Madre Tierra y las alternativas reales a la Crisis Climática; a preparar la segunda Conferencia de los Pueblos del Mundo sobre Cambio Climático y los Derechos de la Madre Tierra; a impulsar “los miles de Durban” y llegar al 2012, a la Cumbre de Río mas 20, con una fuerza creciente.
¡No más daño a nuestra Madre Tierra!
¡No más destrucción al planeta!.
¡No más desalojos de nuestros territorios!
¡No más muerte a los hijos e hijas de la Madre Tierra!
¡No más criminalización de nuestras luchas!
¡No al entendimiento de Copenhague. Sí a los principios de Cochabamba!
¡LA TIERRA NO SE VENDE, SE RECUPERA Y SE DEFIENDE!
¡ LOS CAMPESINOS Y CAMPESINAS ESTAMOS ENFRIANDO EL PLANETA!
¡GLOBALICEMOS LA LUCHA, GLOBALICEMOS LA ESPERANZA!
Diciembre de 2010