Centroamérica: Trabajo, trabajo y más trabajo para los niños y niñas

En la actualidad miles de menores de edad no gozan de su derecho a estudiar, actuar, pensar, jugar y soñar como niños y niñas, debido a que un alto porcentaje de la niñez tienen que trabajar para ganar el sustento diario propio y para su familia; en otros casos porque son explotados por personas adultas a desempeñar cualquier tipo de actividad de personas mayores.

En los diferentes países de la región centroamericana,  existen leyes nacionales y convenios internacionales que protegen la integridad de la niñez y adolescencia uno de ellos es el Artículo 51 de la Constitución Política de la República de Guatemala: El Estado protegerá la salud física, mental y moral de los menores de edad y de los ancianos. Les garantizará su derecho a la alimentación, salud, educación y seguridad y previsión social.

En la Constitución de la República de El Salvador, en su artículo 34, detalla que todo menor tiene derecho a vivir en condiciones familiares y ambientales que le permitan su desarrollo integral, para lo cual tendrá la protección del Estado. Además señala que la ley determinará los deberes del Estado y creará las instituciones para la protección de la maternidad y de la infancia.

Honduras cuenta con un código de la niñez y adolescencia en el que se consagra los derechos y libertades fundamentales de los niños; establece y regula el régimen de prevención y protección que el Estado les garantiza para asegurar su desarrollo integral; crea los organismos y procedimientos necesarios para ofrecerles la protección que necesitan; facilita y garantiza su acceso a la justicia y define los principios que deberán orientar las políticas nacionales relacionada.

En el país nicaragüense se cuenta con la Ley 287 Código de la Niñez y Adolescencia que en su artículo 5 detalla: Ninguna niña, niño o adolescente, será objeto  de cualquier forma de discriminación, explotación,  traslado ilícito dentro o fuera del país, violencia,  abuso o maltrato físico, psíquico y sexual, tratamiento  inhumano, aterrorizador, humillante, opresivo, trato  cruel, atentado o negligencia, por acción u omisión, a  sus derechos y libertades

Todos los países de la región han ratificado el Convenio 182 de la Organización Internacional del Trabajo -OIT-,  Sobre las Peores Formas de Trabajo Infantil. El artículo 3 de ese convenio señala entre una de las peores formas de trabajo para los menores,  aquellos trabajos que  por su naturaleza o por las condiciones en que se lleva a cabo, es probable que dañe la salud, la seguridad o la moralidad de los niños.

Aunque se cuenten con leyes nacionales y convenios internacionales en los países de la región centroamericana  para proteger la vida e integridad de la niñez en la mayoría de países cada vez más se incrementa el número de niños y niñas que se desempeñan en algún tipo de trabajo.

La pobreza  es uno de los factores por los cuales miles de niños, niñas y adolescentes se involucran a un  trabajo a su corta edad. En el Informe Mundial sobre el Trabajo Infantil (2013) de la OIT, afirma que no es el único factor pero si uno determinante para el trabajo infantil.

Para muchas familias el que la niñez trabaje es una estrategia de supervivencia y una respuesta inmediata para cubrir las necesidades económicas sin embargo las consecuencias para las y los niños se hace evidente en la desnutrición, la falta de educación y los hace vulnerables en su desarrollo integral como personas.

Entre los empleos más frecuentes en donde se desempeña la niñez están: trabajo en las fincas de corte de caña, corte de caña de azúcar, limpiabotas, vendedores de  algún producto en cualquier calle o en diferentes paradas de buses, trabajo doméstico,  mendicidad obligada, entre otros.

La niñez trabajadora se levanta a tempranas horas, el alimento no es acorde a su edad y a sus necesidades, día a día debe enfrentarse a los peligros de la inseguridad y delincuencia, debe someterse a las órdenes de un adulto, deja la escuela y emocionalmente es violentado porque debe pensar en llevar fondos económicos a su hogar.

Quienes emplean a niños, niñas y adolescentes para desempeñarse en cualquier área de trabajo ven en ellos una oportunidad ya que se libran de cumplir con los compromisos laborales como pago de salario mínimo, seguro social y ofrecer condiciones mínimas de trabajo, convirtiéndose en violadores de las leyes laborales que deben cumplir como empleadores.

La OIT declaró que en la región centroamericana existen alrededor de dos millones de niños, niñas y adolescentes, que realizan algún tipo de trabajo y en particular  en las áreas de agricultura, industria y servicio doméstico.

Según datos revelados por la Organización Internacional, Guatemala, con el 20.3% de la población infantil, encabeza la lista de los países de la región que cuenta con más niñas y niños trabajadores (datos del INE 2011); seguido por Honduras que registra 350 mil  niños y niñas trabajadoras (13,5 por ciento de la población Infantil en 2013), Nicaragua registra 240 mil niños y niñas trabajadoras  (13,2 por ciento de la población infantil datos de 2005).

 El Salvador 163 mil niños y niñas trabajadoras (10 por ciento de la población infantil datos de 2013), Panamá 50 mil 710 niños y niñas trabajadoras (5.6 por ciento de la población infantil datos de 2012) y Costa Rica registra 47 mil 400 niños y niñas trabajadoras (4.6 por ciento de su población infantil datos 2011).

La indiferencia del Estado y los gobiernos hacia la niñez es evidente, porque los entes creados para velar por la vida y seguridad de la niñez no son funcionales por falta de presupuesto o por falta de personal que garantice la realización de su trabajo a favor de la niñez; asimismo no existes políticas de Estado para garantizar la vida, salud, educación y recreación de los niños y niñas.

Uno de los objetivos promovidos por la OIT en las Américas para el periodo 2006-2015 es la prevención y el combate del trabajo infantil, para ello se han propuesto eliminar las peores formas de trabajo infantil en un plazo de 10 años (2015), asimismo eliminar el trabajo infantil en su totalidad en un plazo de 15 años (2020).

La OIT instituyó el 12 de junio Día Mundial contra el Trabajo Infantil. Para el 2014, la OIT hace un llamado a centrar los esfuerzos públicos a proteger y mantener a los niños y las niñas alejados del trabajo infantil o retirarlos del mismo.