Brasil: Mujeres Sin Tierra conmemoran el Día Nacional de Combate a la violencia contra mujeres y niñas
Mujeres campesinas denunciamos la violencia del capitalismo, que atenta la vida de mujeres y niñas, agravadas por el patriarcado, el racismo y la LGBTQI+fobia
Con el lema “¡Lucharemos! ¡Por nuestros cuerpos y territorios, ni una menos!”, entre el 20 y el 25 de noviembre, las mujeres del Movimiento Sin Tierra organizan la Jornada Nacional de Combate a la Violencia Contra Mujeres y Niñas, con acciones que ocuparán las cinco regiones de Brasil. La movilización continúa el trabajo permanente y persistente que han realizado lxs campesinxs sin tierra en los territorios de la Reforma Agraria en todo el país, por relaciones igualitarias y el fin de la violencia de género.
La Jornada de este año presenta acciones tanto en el terreno como en varias ciudades brasileñas. Lucinéia Freitas, de la coordinación nacional del sector de género del MST, destaca que las actividades en los campamentos y asentamientos se centrarán en debates sobre la construcción de relaciones humanas emancipadas, así como en estrategias colectivas para enfrentar las diversas formas de violencia que afectan a las mujeres campesinas en los territorios en los que viven.
“El Día de Lucha contra la Violencia contra las Mujeres y las Niñas es un momento importante que coincide con el Día de la Conciencia Negra y el Día de Lucha contra la Violencia contra las Mujeres. El objetivo es resaltar que nuestra sociedad está estructurada por relaciones racistas y patriarcales, que históricamente hacen vulnerables a las mujeres y niñas, especialmente a las negras, haciéndolas más susceptibles a diversas formas de violencia. Los datos disponibles refuerzan esta preocupante realidad”, subraya Lucinéia.
El próximo lunes 25 de noviembre, fecha en que se conmemora el Día Internacional de Lucha contra la Violencia Contra las Mujeres, las Mujeres Sin Tierra realizan una serie de actividades colectivas de cuidado y afecto en zonas del MST de todo el país. Se prevén espacios de formación, encuentros, momentos de escucha, intercambios y compartir, en un intento de fortalecer la lucha por relaciones libres de toda forma de violencia. Las acciones se desarrollan en varios territorios de la Reforma Agraria, reafirmando el compromiso de construir una sociedad libre de opresión.
El legado internacionalista de “Las Mariposas”
La elección de la fecha del 25 de noviembre, como Día Internacional de la No Violencia contra la Mujer, fue oficializada por la Asamblea General de las Naciones Unidas (ONU), en 1999, y rinde homenaje a las hermanas Mirabal: Patria, Minerva y María Teresa, conocidas como “Las Mariposas”.
Las hermanas Mirabal fueron tres luchadoras por la democracia que enfrentaron la dictadura de Rafael Leônidas Trujillo, en República Dominicana. El 25 de noviembre de 1960 fueron brutalmente asesinadas y sus cuerpos fueron encontrados al pie de un acantilado, marcados con signos de tortura. El asesinato generó repercusión mundial, convirtiendo a las hermanas en símbolos de resistencia y lucha por la libertad y la justicia, inspirando la lucha feminista de las mujeres por la igualdad, contra la violencia política y las diversas violencias de género, que enfrentan hasta el día de hoy las mujeres de todo el mundo. ¡Todo esto sólo por ser mujeres!
Desafíos de Lucha
Flávia Tereza, de la dirección nacional del MST, destaca que, además de la violencia física, las mujeres también resisten la violencia mental y la enfermedad silenciosa cultivada por un sistema que oprime, aísla y debilita cada día a las mujeres en su lucha por la autonomía y la libertad.
“La violencia mental se manifiesta de diferentes maneras: a través de la presión constante para satisfacer expectativas sociales poco realistas, a través de la invisibilidad de las voces y el dolor, y a través del miedo que corroe y paraliza ante un entorno hostil y desigual. Necesitamos tratar esta enfermedad colectivamente”, dice Flávia.
En una sociedad que continúa estructurada y controlada por el patriarcado, es importante combatir la forma en que se legitiman y reproducen diversas formas de violencia contra las mujeres. “Cuando hay una persona violada, también hay un violador. Si los hombres son los principales agentes de esta violencia, a ellos les corresponde comprometerse a luchar y transformar este proceso”, dice Gilmar Vicente, de la dirección nacional del MST.
La integrante de la coordinación nacional del sector de género del MST, Lizandra Guedes, explica que el actual momento político requiere atención a la violencia de género, debido al avance de la extrema derecha en Brasil, que tiene como uno de sus pilares el discurso de odio contra las mujeres, LGBTI+, negros e indígenas.
Según Lizandra, este discurso de odio generalmente se traduce en actos de violencia que van en aumento en todo el país. Y en ese contexto, los territorios del MST y la Reforma Agraria no escapan a esta triste realidad. “Tanto es así que los feminicidios se han vuelto más frecuentes entre nosotrxs, y esto es sólo la punta del iceberg. Somos un movimiento que lucha por la transformación social y, por tanto, la lucha contra la violencia debe tener centralidad política en nuestras acciones. Aunque se trata de un proceso largo, el MST ha avanzado tomando un conjunto de medidas, tanto de prevención, desde la perspectiva de los sujetos de formación, como de intervención directa: investigación de denuncias, acogida de sobremvivientes y familiares. Además de medidas internas en relación con los agresores, con respecto a nuestra organización y posibles novedades jurídicas, cuando sea necesario”, explica Lizandra.
Desde la pandemia de Covi-19 en 2021, cuando la violencia doméstica contra mujeres y niñas levantó una alerta preocupante en Brasil, el sector de género del MST viene desarrollando un conjunto de debates y diferentes estrategias para combatir esta violencia, como el “Protocolo de enfrentamiento a la violencia y la construcción de relaciones sociales para la emancipación humana en el MST”, en el que lxs campesinxs han buscado avanzar en acciones concretas contra la violencia dentro de la propuesta de Reforma Agraria Popular del MST, enfocado en enfrentar cualquier forma de explotación, opresión y violencia.
Según Lizandra, la implementación de un Protocolo de acciones para orientar la organización del MST en casos de violencia, además de la creación de una celadora en las instancias y espacios de formación para la atención de los casos, fue un paso fundamental, pero destaca la necesidad de avanzar en este sentido. “Debemos seguir reafirmando las conexiones entre la lucha contra la violencia y nuestro proyecto social: nuestro proyecto estratégico es la emancipación humana, una sociedad libre de toda explotación y opresión, y nuestro camino hacia ella es la Reforma Agraria Popular”, concluye.
La violencia contra mujeres y niñas empeora en 2024
En apenas cinco meses de este año, la justicia brasileña registró más de 380.000 casos de violencia contra las mujeres, según datos del Consejo Nacional de Justicia (CNJ). De ellos, 318.514 se refieren a violencia doméstica, 56.958 a casos de violación y 5.263 a feminicidios. De enero a abril los casos de violencia doméstica sumaron 178.379, lo que representa un aumento del 78,5% en un solo mes. Estos datos revelan el agravamiento de la violencia contra las mujeres en el país.
Los datos del 18º Anuario Brasileño de Seguridad Pública de 2024, publicado por el Foro Brasileño de Seguridad Pública, indican un empeoramiento de los indicadores y un aumento de la violencia contra las mujeres en el país. Los tipos de violencia observados en el estudio incluyeron homicidio y feminicidio, agresión en contexto de violencia doméstica, amenazas, acecho, violencia psicológica y violación. En conjunto, la violencia afectó a 1.238.208 mujeres en 2023.
El feminicidio, el asesinato de mujeres, una de las formas más extremas de violencia contra las mujeres, creció un 0,8% entre 2022 y 2023. Durante este período, los hombres asesinaron a 1.467 mujeres por razones de género, la cifra más alta registrada desde la ley de feminicidio (Ley 13.104). /15) fue tipificada hace casi una década.
“Las mujeres y niñas sin tierra también enfrentan diversas formas de violencia, lo que requiere atención continua para combatir estos ataques y promover la visibilidad de estas mujeres en los espacios políticos. Es fundamental fortalecer su autonomía política y económica, destaca Lucinéia. Y añade.
El 25 de noviembre se convierte en una fecha de gran significado no sólo para las mujeres del MST, sino para todxs los que, dentro del Movimiento Sin Tierra, estamos comprometidxs con la construcción de una sociedad capaz de romper los ciclos de violencia que afectan a tantas personas y al medio ambiente”. , señala Lucinéia Freitas.
*Editado por Fernanda Alcántara