Brasil: Movimientos protestan contra la privatización de la Central Hidroeléctrica de Três Irmãos

Diversas organizaciones protestan contra la subasta de la Central Hidroeléctrica de Três Irmãos, realizado durante la mañana del sía 28 de marzo en la Bolsa de Valores de San Paulo. El consorcio formado por capital privado y la empresa estatal ganó la licitación de São Paulo.

“¿Ustedes quieren entrar en la subasta de Três Irmãos, o no?”, preguntó Jadir Bonacina, coordinador del Movimiento de Afectados por Represas (MAB) en São Paulo. No esperó la respuesta de los presentes y completó: “Pero, ¿para qué vamos a participar de esa subasta si ya estamos pagando por esa central?”.

A continuación los manifestantes hicieron un ‘bote’ para recaudar dinero y entregar simbólicamente como oferta a la licitación. “No hace falta tampoco mucho, porque ya será más que la entrega del patrimonio del pueblo brasileño representada en esta subasta”, gritó Bonacina.

La Central Hidroeléctrica de Três Irmãos está situada en el río Tietê, entre los municipios de Pereira Barreto y Andradina, en el interior de São Paulo. Con capacidad para generar 807,5 megavatios de energía eléctrica, la central era controlada hasta el 2011 por la Compañía Energética de São Paulo (CESP), año en el que terminó su contrato de concesión.

Desde entonces, la central quedó a cargo del Tribunal de Cuentas de la Unión porque el gobierno del Estado de São Paulo no aceptó renovar su concesión con los criterios propuestos por el gobierno federal.

Estos criterios fueron establecidos a finales del año 2012, a través de la Medida Provisoria 579, posteriormente transformada en la Ley nº 12.783, que anticipó la renovación automática de las concesiones de las hidroeléctricas cuyos contratos vencían hasta el 2017.

Como contrapartida, la medida propuesta por la presidenta Dilma Rousseff reducía el valor de venta de la energía de esas hidroeléctricas a R$ 33,00 por cada mil KWh de energía (la media anterior era de R$ 100,00 por cada mil KWh), para favorecer la disminución de cerca del 20% de las tarifas de energía eléctrica.

Esta noticia no agradó a los inversores del sector eléctrico que temieron por la reducción de sus ganancias. “Los especuladores del sector eléctrico iniciaron un amplio proceso de boicot a la medida de la reducción del precio de la energía, porque no estaban dispuestos a ver desplomarse sus altas tasas de beneficios”, explica Gilberto Cervinski, de la coordinación nacional del MAB.

Como respuesta de los estados de São Paulo, Minas Gerais y Paraná, todos gobernados por el PSDB, no fueron aceptadas las renovaciones por más de 30 años de las hidroeléctricas administradas por sus empresas estatales. “Vea, todas esas empresas que teóricamente son públicas, tienen la mayoría de sus acciones privatizadas. La CESP tiene un 64% de sus acciones controladas por el capital privado, la Compañía Paranaense de Energía (COPEL) el 69% y la Compañía Energética de Minas Gerais el 64%”, apunta.

Três irmãos es la primera de una serie de 36 centrales – 12 hidroeléctricas y 24 pequeñas centrales hidroeléctricas – que podrán ser privatizadas durante los próximos años, lo que representa aproximadamente un 10% de todo el potencial energético brasileño.

Según el presidente del Sindicato de los Eléctricos de São Paulo, Gentil Freitas, el PSDB está utilizando estas centrales para asestar un golpe en el bolsillo de la población brasileña. “En cuanto las centrales controladas por la Eletrobrás están cobrando 33 reales por la energía, estas centrales están cobrando 822 reales, un valor 25 veces mayor”, denunció.

A pesar de las protestas, que también han ocurrido en Brasilia frente al Ministerio de Minas y Energía (MME), la UHE Três Irmãos ha sido privatizada. El ganador de la licitación ha sido el consorcio Novo Oriente, formado por la estatal Furnas (49,9%) y por el fondo de inversiones Constantinopla (50,1%).