#8M23 – Brasil: El Día de las Mujeres Sin Tierra denunciaron las violencias del agronegocio con acciones nacionales

Bajo el lema “El agronegocio se lucra con el hambre y la violencia. Por la tierra y la democracia, ¡mujeres en resistencia!” las mujeres Sin Tierra realizaron acciones de lucha por todo el país entre el 6 y el 8 de marzo.

Campesinas denuncian el aumento del hambre y de la violencia del agronegocio en Brasil.

Foto: Midia Ninja

Por Solange Engelmann
De la página del MST

Otro mes de marzo y ya flota en el aire el perfume de la lucha, la rebeldía y la resistencia de las mujeres Sin Tierra, que se prepararon en los territorios de la Reforma Agraria para una serie de acciones que se realizaron en todo el país entre el 6 y el 8 de marzo de este año, como parte del Día Nacional de Lucha de las Mujeres Sin Tierra.

Bajo el lema ““El agronegocio se lucra con el hambre y la violencia. Por la tierra y la democracia, ¡mujeres en resistencia!”, las campesinas proveyeron la promoción de actividades de formación, acciones masivas de denuncia, el anuncio del proyecto de agricultura familiar campesina y acciones de solidaridad, además de negociaciones con el gobierno federal y estatal entorno a las exigencias de las mujeres Sin Tierra de cara al próximo periodo.

“Con acciones de lucha de mujeres planificadas en todo el país, retomamos la lucha por la tierra con ocupaciones de tierras, marchas, formación de mujeres, acciones de solidaridad, donaciones de alimentos o donaciones de sangre. Aquí en Alagoas proseguimos con las conquistas económicas de las mujeres mediante la negociación y la denuncia de las violencias” anuncia Margarida da Silva, de la Coordinación Nacional del MST.

Margarida destaca asimismo que las mujeres Sin Tierra reclamaron lo anunciado por los superintendentes del Instituto Nacional de Colonización y Reforma Agraria (INCRA) en todo el país hasta el día de marzo en que están previstas las acciones.

Este año el eje central de las reivindicaciones de marzo fue la denuncia del aumento del hambre y la violencia en el país, demostrado principalmente como el avance del modelo violento y cruel del agronegocio, que excluye a lxs campesinxs, aumenta la concentración de la tierra y destruye la naturaleza con el aumento de las quemas y el uso excesivo de agrotóxicos, que aumentó de forma terrorífica durante el último gobierno.

“La elección del tema se basó en la conclusión colectiva de que el capital, en el campo, ha tejido lazos muy estrechos con el neofascismo creciente en la sociedad brasileña, siendo incluso uno de los principales artífices y financiadores de los intentos de golpe de estado que hemos presenciado desde que se eligiera al Presidente Lula” afirma Lizandra Guedes, de la coordinación nacional del sector de género del MST.

El hambre afecta más a las mujeres

Actualmente en Brasil sólo cuatro de cada diez familias tienen acceso a alimentos de forma plena y satisfactoria, según los datos del 2º Censo Nacional sobre Inseguridad Alimentaria en el Contexto de la Pandemia de Covid-19 de 2022, realizado por la Red PENSSAN. En ese sentido el hambre afecta a más de 33 millones de personas que no tienen garantizado el alimento, y más de la mitad de la población (58,7%) sufre inseguridad alimentaria en algún grado. El estudio muestra que el país retrocedió a niveles equivalentes a los de la década de los 90 y volvió a figurar en el mapa del hambre, del que salió en 2014 bajo gobierno del Partido de los Trabajadores (PT).

Quizás se pregunten qué tiene que ver el hambre con la lucha de las mujeres Sin Tierra. Están estrechamente ligados, pues el hambre en el país tiene un rostro, género y ubicación claros. Afecta principalmente a las familias cuya cabeza de familia es una mujer, a las mujeres del campo y las periferias urbanas y en especial a las mujeres negras, lo que aumenta la inseguridad y la violencia contra las mujeres.

Los datos de la Red PENSSAN demuestran desigualdades claras al comparar los hogares liderados por hombres y por mujeres durante el periodo del estudio. En los hogares en que la mujer es la persona de referencia el hambre pasó de un 11,2% a un 19,3%. En los hogares con un hombre como responsable, el hambre pasó de un 7,0% a un 11,9%. Esto ocurre por, entre otros factores, la brecha salarial entre los géneros.

En este sentido, el hambre es mayor entre las mujeres del campo que entre las de espacios urbanos. En las zonas rurales, la inseguridad alimentaria (a todos los niveles) está presente en más del 60% de los hogares. De ese 60%, un 18,6% de las familias conviven con el hambre de forma más marcada que la media nacional.

El agronegocio agrava las violencias contra las mujeres

Las campesinas señalan que el agronegocio, en su búsqueda desenfrenada del lucro, se apropia de los bienes comunes y provoca hambre, miseria, desempleo y violencia, en especial contra las mujeres. Se ha vuelto el principal depredador de los bienes comunes del país, con la destrucción de la naturaleza por la minería en tierras indígenas, las quemas en el Pantanal y la sabana tropical del Cerrado y la desforestación en el Amazonas. En ese sentido, el agronegocio ha amenazado a los pueblos tradicionales, asesinado e incitado a la violencia contra indígenas, campesinos o ribereños, entre otros pueblos de la selva y las aguas.

Lizandra explica que las mujeres Sin Tierra denuncian al agronegocio por su modelo de exclusión y de muerte, que, según ella, ha “patrocinado violencias ejercidas contra la clase trabajadora, y en especial contra mujeres, personas LGBTIA+ y personas negras. La concentración de la tierra en Brasil alberga un estrecho vínculo con el mantenimiento de una sociedad patriarcal, racista y violenta”

“Denunciamos el aumento del hambre por la concentración de la tierra, el uso de agrotóxicos, la destrucción de la naturaleza, el impacto directo en la vida y la salud de las mujeres del campo y de la ciudad, que han sufrido el hambre y la violencia. Sólo es posible entablar combate con la Reforma Agraria y una política de estado para poner fin al hambre y la violencia sufrida por las mujeres”, añade Margarida.

La violencia contra la mujer gana terreno

Las mujeres Sin Tierra denunciaron también las distintas formas de violencia patriarcal y racial, que afectan a personas en situación de vulnerabilidad y se han cobrado víctimas en el campo, como refleja los casos de feminicidio, de asesinatos por LGBTIfobia y de suicidios acaecidos en los últimos años.

Los feminicidios en Brasil han aumentado de forma aterradora, llegando a una media de cuatro mujeres asesinadas al día en el país por violencia de género (es decir, asesinadas por el mero hecho de ser mujeres). En 2021, 1 341 mujeres fueron víctimas de feminicidios, y durante el primer semestre de 2022, 699 fueron víctimas de estos crímenes, según el Foro Brasileño de Seguridad Pública. De estas mujeres, un 62% eran negras, y casi un 80% murieron a manos de parejas o exparejas, según esos mismos datos.

Hoy día cuatro mujeres son asesinadas cada día en Brasil. Foto: Acervo MST

Los casos registrados de violación contra mujeres y niñas aumentaron un 12,5% durante el primer semestre de 2022 en comparación con el primer semestre de 2021, hasta un total de 29 285 víctimas. Esto da una media de una mujer o niña violada cada 9 minutos en Brasil. En casi un 80% de los casos, el violador era conocido de la víctima, y casi el 75% de las mismas eran personas consideradas vulnerables y por ende incapaces de dar su consentimiento, siendo algunas víctimas menores de 14 años. Al mismo tiempo, ha crecido la violencia doméstica, llegando a un ritmo de un caso de agresión cada dos minutos en el país. En 2021 se registraron 230 861 casos de lesiones corporales culposas como resultado de violencia doméstica en Brasil. La violencia doméstica puede ser psicológica, moral, sexual, patrimonial o física.

Por otro lado, Brasil sigue ostentando el triste título de país con más muertes por delito de LGBTIfobia del mundo. En todo 2022, 256 personas LGBTQIA+ (lesbianas, gays, bisexuales, transgénero, queer, intersexuales, asexuales y otros) fueron víctimas de muerte violenta en Brasil. Entre estos casos, 242 fueron homicidios y 14 suicidios, según el Observatorio del Grupo Gay de Bahía. Además del largo historial habitual de violencia contra las personas LGBTQIA+, asusta también el aumento exponencial de violencia contra esa población. Las agresiones se incrementaron en un 35,2%, además del 7,2% de incremento de homicidios y el crecimiento en un 88,4% de los casos de violación, según recoge el Anuario Brasileño de Seguridad Pública de 2022.

Reforma Agraria Popular

La Reforma Agraria es fundamental para producir alimentos y luchar contra el hambre en el país. Foto: Nicolas Gandhi

En cuanto a las propuestas, las campesinas anuncian su intención a seguir con la lucha y la resistencia en pro de la democratización de la tierra, exigiendo la creación de un proyecto nacional de Reforma Agraria para que las familias Sin Tierra tengan dónde producir alimentos saludables para alimentar a la población brasileña y luchas contra el hambre. Asimismo, piden la ampliación de los mecanismos de participación popular para que las mujeres y las familias del MST refuercen la lucha contra el fascismo e impulsen la democracia brasileña, en la búsqueda de relaciones humanas emancipadas y libres de violencia.

“La Reforma Agraria Popular es una necesidad de la clase trabajadora, y es preciso que se vuelva una lucha de toda la sociedad brasileña. Mediante la democratización del acceso a la tierra y políticas públicas destinadas a la producción de alimentos saludables con la agroecología, es posible luchar contra las condiciones actuales de miseria, hambre y desempleo que afectan a miles de familias brasileñas”, concluye Lizandra.