Yakarta: Voces y miradas… con M de Mujer Campesina
Noticias de La Vía Campesina
Lidia, Waheba, Nandini, Ilona y Ana Paula. Son mujeres campesinas de Paraguay, Palestina, Noruega, India y Mozambique. En ocasión de la IV Asamblea de Mujeres de la Vía Campesina han coincidido ahora en Jakarta, Indonesia, y relatan la situación de la mujer en sus respectivos países. Aún con realidades y contextos tan dispares, estas mujeres comparten una lucha: la lucha por los derechos de la mujer campesina, y en defensa de la mujer como madre de la Soberanía Alimentaria.
“Las mujeres campesinas llevamos resistiendo desde los años 90 a una gran ofensiva del liberalismo”
En nuestro continente, marcado en los años 60, 70, 80, por dictaduras donde la violencia y la represión han tocado muy fuertemente a las mujeres, son precisamente éstas las que fueron las principales movilizadoras de las luchas por los procesos democráticos. Y desde los 90 las mujeres campesinas llevamos resistiendo a una gran ofensiva del liberalismo, sobre todo impulsado por políticas propias del imperialismo norteamericano.
Solamente caminando hacia la supresión de la represión de un género sobre otro podremos avanzar hacia una sociedad más justa e igualitaria. Hay que derrotar el capitalismo y las transnacionales para avanzar en la consecución de las conquistas de las mujeres campesinas y afrodescendientes. Lídia Ruiz, PARAGUAY (Via Campesina Suramérica)
“En Palestina la mujer es fuerte y astuta, y lucha por su supervivencia”
Palestina es un país histérico, muy religioso y repleto de antigüedades, tenemos muy buen clima en el que cultivamos aceitunas, trigo, frutas y hortalizas de todo tipo, el pueblo palestino ama la tierra y la libertad. Pero el país se encuentra ahora víctima de una ocupación: la israelí. Todos los días se viven enfrentamientos armados que arrasan nuestras parcelas, huertos y árboles, con bombas y cohetes. Situación muy grave ante la cual reclamamos nuestro derecho a soberanía nacional como pueblo. En palestina la mujer es fuerte y astuta, pues suele tener un hermano, padre o hijo preso, y se dedica a cuidar de sus hijos, cultivar la tierra y luchar por su supervivencia. ReivindicaPara solucionar los problemas del mundo las mujeres tenemos que trabajar juntas. Waheba Shamali, PALESTINA
“Los gobiernos lo único que hacen es aplicar políticas anticuadas con una visión puramente masculina”
En Noruega somos muy pocos agricultores y agricultoras. La mayor parte de la población acude a las ciudades a trabajar y los gobiernos importan los productos de los países empobrecidos. Lo que queremos es producir comida en Noruega y lograr la Soberanía Alimentaria también para el resto de los países europeos. La violencia no es sólo física o sexual, sino que un tipo de violencia muy común es la psicológica o social, en nuestras casas y en la esfera pública. Las mujeres estamos apartadas de las instancias de toma de decisión y los gobiernos lo único que hacen es emprender políticas anticuadas con una visión puramente masculina. Ilona Drivdal, NORUEGA (Coordinacion Europea Via Campesina)
“Hay que educar a los hombres para que traten a la mujer como a un ser humano”
La violencia hacia la mujer en la India empieza el día que nace: en las zonas rurales un niño es considerado un activo, y una niña un pasivo, pues se la considera una carga, sobretodo por la obligación de tener que acarrear con los gastos del casamiento impuesto. Como resultado, contamos con una alta tasa de lo que llamamos feticidio femenino; los abortos que se deciden en función del sexo. La niña en las áreas rurales empieza a trabajar a los 6, y termina a los 66 años. La violencia doméstica es muy común, hasta tal punto que la mujer que más violencia tolera se gana el respeto de los demás. Todo esto conlleva problemas de salud a muchas mujeres en la India. No solamente hay que educar a las mujeres en el campo, también y, sobre todo, a los hombres para que traten a las mujeres como a un ser humano. Nandini Singagowda, INDIA
“Las mujeres en Mozambique somos moneda de cambio”
En mozambique nos educan para proteger a los hombres, y a pesar de ser nosotras las que producimos los alimentos, no tenemos ningún poder de decisión. No hay equilibrio, no hay igualdad ni paridad, son los hombres los que ocupan lugares de poder. Nos casamos muy jóvenes para que nuestros padres tengan más dinero, pues les pagan cuando nos vamos con los maridos, somos moneda de cambio, por eso nos cansamos siempre. Es importante concienciar a las mujeres de la importancia de su alfabetización, para formarlas y educarlas para que tengan la valentía de denunciar lo que les ocurre. Ana paula, MOZAMBIQUE (Uniäo nacional de camponeses UNAC)