Túnez y la UE deben respetar la vida de lxs migrantes y garantizar sus derechos humanos
Declaración de solidaridad de La Vía Campesina
El pasado 16 de julio la Unión Europea y el gobierno de Túnez firmaron un acuerdo supuestamente destinado a controlar la migración “ilegal”, que contó con el apoyo de los gobiernos de Italia y Holanda. Este acuerdo ofrece incentivos financieros al gobierno de Túnez a cambio de controlar el flujo migratorio, una decisión que es profundamente preocupante, ya que ignora los derechos humanos de lxs migrantes y fomenta la hostilidad hacia ellxs.
La situación en Sfax, Túnez, ha alcanzado un punto crítico desde julio de 2023, con una tensión extrema en torno a las personas migrantes procedentes de varios países de África subsahariana. Entre lxs migrantes hay mujeres embarazadas, bebés y niños que han sufrido violencia y robo de propiedades, lo que los ha obligado a huir de sus hogares, que fueron incendiados debido a las crecientes tensiones entre lxs migrantes y la población tunecina. Trágicamente, muchos de estos migrantes fueron abandonados en el desierto, en las fronteras con Libia y Argelia, enfrentando altas temperaturas y falta de recursos esenciales como agua y comida. Esta situación desesperada requiere esfuerzos de rescate inmediatos para evitar más pérdidas de vidas. La semana pasada, trece migrantes de la región subsahariana perdieron la vida en el mar frente a la costa de Sfax cuando su barco naufragó.
A pesar de ser un país de tránsito para lxs migrantes en su camino hacia Europa, Túnez se niega rotundamente a ser visto como una solución alternativa para los migrantes. La presión de la Unión Europea sobre Túnez ha persistido, pero el Estado tunecino se mantiene firme en dar la bienvenida solo a aquellas personas en una situación legal, evitando ser percibido como un destino final para estas ellas, la mayoría de las cuales son migrantes rurales, campesinxs, criadores y sin tierra.
Estas personas se ven obligadas a abandonar su país debido a la falta de oportunidades para llevar una vida campesina digna. Entre los factores que contribuyen a su partida se encuentran la apropiación de tierras, problemas de acceso al agua, políticas comerciales industriales que destruyen la agricultura local, así como la pobreza y la falta de condiciones básicas para una vida decente y equitativa. Esta crisis migratoria en Europa está estrechamente vinculada al colonialismo e imperialismo en África. Siglos de explotación y robo de recursos naturales y minerales han empobrecido a los países africanos, obligando a muchos de sus jóvenes a huir de la pobreza, el hambre y los conflictos armados. Una vez en Europa, estos migrantes a menudo se encuentran explotados como trabajadores en condiciones difíciles, especialmente en la agricultura industrial.
Ante esta situación urgente, La Vía Campesina, como movimiento global de campesinxs, que también sufre los problemas de la migración, expresa su apoyo incondicional a lxs migrantes y sus familias y demanda lo siguiente:
1. Condenamos las alianzas geopolíticas que está haciendo la Unión Europea con los gobiernos de extrema derecha y con los países de tránsito migratorio para criminalizar a las personas migrantes y no garantizar el respeto de sus derechos fundamentales.
2. Condenamos enérgicamente las graves violaciones de los derechos humanos que enfrentan los migrantes y rechazamos categóricamente cualquier forma de discriminación racial, agresión, persecución, maltrato, expulsión o desplazamiento forzado de niñxs y familias. Es importante destacar que la Declaración de las Naciones Unidas sobre los Derechos de los Campesinos y de Otras Personas que Trabajan en Zonas Rurales (UNDROP) también garantiza la protección de los trabajadores migrantes, como se estipula en el artículo 1 – punto 4 : “La presente Declaración se aplica, además, a los trabajadores asalariados, incluidos todos los trabajadores migrantes, independientemente de su situación migratoria, y los trabajadores de temporada, que estén empleados en plantaciones, explotaciones agrícolas, bosques y explotaciones de acuicultura a en empresas agroindustriales”.
3. Denunciamos las campañas de incitación y los discursos racistas que alimentan el odio contra los pueblos del sur del Sahara, así como el silencio de las autoridades al respecto, e incluso su complicidad en muchos casos.
4. Rechazamos las expulsiones masivas y colectivas de refugiadxs en la frontera entre Túnez y Libia, y consideramos estos actos una clara amenaza para la vida de las personas desplazadas y una flagrante violación de los derechos humanos más fundamentales.
5. Pedimos a las autoridades que pongan fin inmediatamente a las campañas de detenciones y deportaciones forzosas, que constituyen una clara violación de los derechos humanos y de los tratados internacionales firmados por Túnez, como la Convención de Ginebra de 1951 y la Carta Africana de Derechos Humanos y de los Pueblos.
6 Rechazamos que Túnez se convierta en un vigilante de las fronteras de la Unión Europea en virtud de acuerdos opacos que no se revelan al público y que están al servicio de los intereses de gobiernos de extrema derecha que promueven programas electorales racistas, con lxs propixs migrantes tunecinxs como víctimas.
Nuestro mensaje es claro:
¡Basta de matar a las personas migrantes!
¡Hagamos juntxs un Pacto Mundial de Solidaridad por los derechos de las personas migrantes!