Tratado de Semillas: una resolución a favor de los derechos de las y los campesinos
Comunicado de prensa de la Vía Campesina
(Omán, 30 de septiembre de 2013) La Vía Campesina se congratula por que el comité director del Tratado Internacional sobre los Recursos Fitogenéticos para la Alimentación y la Agricultura (conocido como «Tratado de Semillas») adoptase el pasado 28 de septiembre de una resolución que apela a los estados a aplicar y apoyar los derechos de los agricultores y de las agricultoras sobre sus semillas.
Esta resolución se adoptó gracias a la movilización unánime de los grupos de países de América Latina y del Caribe, de África y de Oriente Próximo y de numerosos países asiáticos y europeos, a pesar de la oposición de unos cuantos países industrializados.
Tras reconocer la enorme contribución de los agricultores a la conservación y al desarrollo de las semillas, el comité director acoge también favorablemente la participación de las organizaciones agrícolas y de la sociedad civil en sus actividades. Con el reconocimiento de que las patentes y los certificados de obtención vegetal pueden «interactuar» con los derechos de los agricultores, el comité admite indirectamente que numerosos países se oponen.
La resolución contrasta con la violencia de las leyes nacionales y de los derechos de propiedad intelectual que criminalizan a las semillas campesinas. Un ejemplo es la Resolución 970 en Colombia, que, antes de su reciente congelación por dos años, había resultado en la destrucción masiva de toneladas de semillas campesinas que se habían «ilegalizado». Existen proyectos de ley similares en muchos países, incluyendo a África Oriental, Chile, EEUU y Europa. Además, el Tratado brinda a la industria el marco jurídico necesario para acceder de forma gratuita a todas las semillas seleccionadas a lo largo de los años por generaciones de agricultores. Sin embargo, no establece ningún medio financiero para desarrollar el resto de sus tareas, especialmente en materia de derechos de los campesinos, cuya garantía es responsabilidad de los estados, según el tratado.
Mientras que los bancos de semillas públicos desaparecen debido a las guerras o disminuyen debido a la falta de financiación, se otorgan numerosos derechos de propiedad intelectual sobre los caracteres o genes de semillas que aún se conservan y que, de esta manera, se hacen inaccesibles para los agricultores.
Los agricultores renuevan en sus tierras la inmensa biodiversidad que heredaron de sus padres y que legarán a las generaciones futuras; son los garantes del derecho a la alimentación de nuestros hijos. Sin embargo, no pueden llevar a cabo esta tarea si no se respeta y se protege su derecho a conservar, utilizar, intercambiar y vender sus semillas, a proteger sus conocimientos y a participar en la toma de decisiones.
La Vía Campesina velará por que esta nueva resolución sobre los derechos de los agricultores tenga futuro, al contrario que las anteriores. Con o sin el Tratado, con o contra las leyes nacionales, La Vía Campesina continuará aplicando de forma concreta los derechos de los agricultores y de las agricultoras sobre sus semillas, puesto que ese es el primer paso hacia la soberanía alimentaria.
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