Trabajemos de manera unida para lograr un mundo mejor!

Declaración de Sr. Henry Saragih al Grupo de trabajo intergubernamental de composición abierta sobre una declaración de la ONU sobre los derechos de campesinas y campesinos y otras personas trabajadoras del medio rural

Palacio de Naciones, Sala XX. Primera sesión, julio 15-19, 2013

 

Distinguidas personas delegadas para este grupo de trabajo,

Distinguidas personas panelistas,

Señoras y señores,

(Ginebra, 15 de julio del 2013 ) Existe uma razón poderosa para que le demos la bienvenida a este grupo de trabajo. Esta sesión, en primer lugar, es una prueba de que la cooperación internacional es realmente necesaria para hacer frente a los desafíos del mundo de hoy. Las delegaciones estatales, las organizaciones campesinas, las organizaciones de investigación, la academia, las instituciones representativas de las diferentes tareas de las Naciones Unidas, han dedicado su tiempo y su energía al desarrollo de la cooperación internacional para el futuro de la promoción y la protección de los derechos humanos de campesinas y campesinos y otras personas trabajadoras del medio rural.

También vale la pena recordar que las Naciones Unidas juegan un papel único e importante en la respuesta a los desafíos del mundo. En 2008, las Naciones Unidas fueron decisivas en la respuesta frente a la crisis alimentaria mundial. Con una sesión extraordinaria del Consejo de Derechos Humanos el 22 de mayo de 2008, y con el establecimiento del Grupo de Alto Nivel sobre la crisis alimentaria mundial y el derecho a la alimentación con sesión en Madrid (26-27 de enero de 2009) y en la Asamblea General de la ONU en Nueva York (9 abril 2009), la comunidad internacional orientó el doble problema de la crisis alimentaria: ¿qué tipo de crisis es ésta, y cómo desarrollar la cooperación internacional- para el bien de los pueblos.

El relator especial de la ONU para el derecho a la alimentación, Sr. Olivier de Schutter, estableció las bases de la cooperación respondiendo a la crisis mundial alimentaria –tal cual fue presentada en su informe (A/HRC/9/23, del 8 de septiembre del 2008): “…la crisis es el resultado de la insuficiencia de ingresos para las personas afectadas, los desequilibrios de poder en la producción de alimentos y la cadena de distribución, y la “pérdida de poder de los sectores pobres y marginados de la sociedad.”

Fue en este momento cuando el Comité Asesor del Consejo de Derechos Humanos de la ONU se esforzó para abordar estas cuestiones dentro de las medidas anti-discriminatorias y la cooperación internacional. El Consejo de Derechos Humanos de la ONU ha estado desde entonces trabajando de manera continuada en una cooperación mundial sostenible basada en los principios de la Carta de las Naciones Unidas sobre los Derechos Humanos.

Establecimiento de un marco de normas

En el corazón mismo de la promoción y protección de los derechos humanos existe un proceso de establecimiento de normativas. Debemos mirar hacia la cooperación internacional sobre alimentación y desarrollo. Dentro de este esfuerzo, existe nuestra voluntad profunda de no permitir que ocurran los mismos errores acaecidos con la crisis global alimentaria.

Sin embargo, desde una perspectiva campesina, las normas deben ser desarrolladas para reconocer a campesinas y campesinos y otras personas trabajadoras del medio rural como parte legítimamente constituida dentro de estas cooperaciones globales relacionadas con la alimentación y el desarrollo rural. Las campesinas y campesinos y otras personas trabajadoras de las áreas rurales tienen seguramente sus propias visiones y perspectivas.

Prácticas positivas alrededor del mundo

Los casos sobre la cuestión de los medios de vida de campesinas y campesinos no han cesado de existir dentro de los debates sobre el desarrollo global. Tanto las organizaciones como las personas trabajadoras en las áreas rurales son también un testimonio viviente sobre como los medios de vida rurales han sostenido personas y familias enteras. En los últimos 15 años es importante notar que estos sustentos o medios de vida rurales involucran no solamente aspectos de producción, pero sobre todo elementos relacionados con la cultura y las políticas a nivel local y sobre las reformas legales.

Es más que justo que el conjunto de estas prácticas sea registrado por el Comité Asesor del Consejo de Derechos Humanos de la ONU (en el documento A/HRC/19/75). Estas prácticas corresponden a políticas de gobiernos nacionales, esfuerzos colectivos a nivel local, compromisos en el plano transnacional e institucionalización de la posición de campesinas y campesinos y otras personas trabajadoras de las zonas rurales.

Es igualmente alentador constatar el desarrollo notado en los últimos dos años, incluyendo la reciente legislación adoptada para la protección y el empoderamiento de campesinas y campesinos por parte de la Cámara de Representantes de Indonesia en la primera semana de julio del 2013. Este hecho, reforzará a mi entender, el compromiso entre los países donde campesinas y campesinos y otras personas trabajadoras del medio rural han sido especialmente reconocidos como grupo clave y como grupo vulnerable – incluyendo pero no limitándose a Bolivia, Surafrica, Ecuador, Cuba, Burkina Faso, Malí, China, Filipinas y muchos otros estados. También constatamos de qué manera diferentes organizaciones y sindicatos están relacionados con la construcción de capacidades y el empoderamiento rural en Europa, como España, Francia, Suiza (donde la organización Uniterre ha dedicado su trabajo a la promoción de la soberanía alimentaria), Bélgica, Noruega, para nombrar solo algunos.

Anti-discriminación

Sin lugar a dudas, existen muchos y diferentes tipos de violencias y formas de represión contra campesinas y campesinos y otras personas trabajadoras de las zonas rurales. Seguimos trabajando sobre la mejor manera de promover y proteger la población rural.

El trabajo en este punto, implica una orientación principal hacia las medidas anti discriminatorias. Me gustaría que pudiésemos continuar con nuestro duro trabajo sobre medidas anti discriminatorias, incluyendo las referidas a mujeres rurales, pueblos indígenas, hombres y mujeres de comunidades de pescadores y trabajadores rurales, sobre la soberanía alimentaria; todas claves dentro de la perspectiva de los derechos humanos de campesinas y campesinos y otras personas trabajadoras de las zonas rurales.

Puesto que soy una persona involucrada en muchas reformas en el nivel del campo y en mejoras prácticas a largo término, insto a las delegaciones de los gobiernos a calibrar las medidas anti-discriminatorias dentro del sistema de las Naciones Unidas y en la legislación internacional y en las prácticas. Podemos observar dónde y cómo se producen las violaciones a los derechos humanos, pero también podemos mirar de qué manera lograr un mejor desarrollo e implementación en la promoción y protección de los derechos humanos.

Trabajemos de manera unida para lograr un mundo mejor!