Soy gay, soy lesbiana, soy trans, soy bi, soy Sin Tierra, soy humano, soy como tú
Sin Tierra de Brasil organiza el seminario “El MST y la Diversidad Sexual” y cree que la incorporación de las luchas por la identidad también forma parte del proceso de maduración del Movimiento.
No es necesario ser lesbiana, gay, bisexual, travesti, transexual o heterosexual para creer que el amor es libre y plural, que amar es un derecho fundamental y que nadie debe sufrir por querer amar. Bajo esta premisa, entre los días 7 y 9 de agosto, se celebró el seminario “El MST y la Diversidad Sexual”, en la Escola Nacional Florestan Fernandes (ENFF) de Guararema, São Paulo.
El primer encuentro LGBT del MST contó con la participación de más de 40 personas de varios estados brasileños, que creen que la incorporación de las luchas por la identidad y su reconocimiento también forma parte del proceso de maduración del Movimiento. Al lanzar el debate LGBT dentro del Movimiento, se rompe con el imaginario social de concepción de la familia tradicional que se considera el modelo legítimo y, de esta forma, se da la posibilidad de vislumbrar un movimiento social en el que la sexualidad es natural.
Como asistente al seminario, la especialista en Psicología por la Pontificia Universidad Católica de São Paulo (PUC-SP), ensayista y periodista, Maria Rita Khel, apuntó que, con cada nuevo censo demográfico realizado en Brasil, queda de nuevo patente la evidencia de que la familia ya no es la misma.
“¿Pero la misma en comparación con qué?”, pregunta. “¿Dónde se sitúa el punto cero en relación al cual medimos el grado de ‘disolución’ de la familia contemporánea? La propia frase ‘la familia ya no es la misma’ indica la creencia de que, en algún momento, la familia brasileña se habría correspondido con un modelo fuera de la historia. Señala que evaluamos nuestra vida familiar en comparación con un modelo de familia idealizado, un modelo que correspondió a las necesidades de la sociedad burguesa emergente a mediados del siglo XIX. “Lo cierto es que los estudios demográficos recientes indican unas tendencias de alejamiento respecto a este modelo, que las clases medias brasileñas adoptaron como ideal y que no contempla, de forma general, quienes lo componen”, explica.
El seminario “El MST y la Diversidad Sexual”, sacó a la luz una experiencia de aceptación de la variedad, de dialogar con la multiplicidad que compone la vida social.
Según Kelli Mafort, de la coordinación nacional del MST, el seminario representa un hito histórico en los 30 años de la organización del Movimiento Sin Tierra.
“Este encuentro da visibilidad al colectivo LGBT, representante de la lucha en el campo. Es un paso fundamental a fin de reconocer que, en nuestra base social, en nuestra militancia y en la dirección política del Movimiento, ellos y ellas están presentes. Aun más, demuestra una postura concreta de lucha contra el estrato conservador que fomenta el racismo, la homofobia, el machismo y toda clase de prejuicios. Por ello, se trata de un acontecimiento histórico dentro del MST, es una marcha hacia adelante y ya no se puede echar marcha atrás”, subraya.
La incorporación de las discusiones de género amplía el campo de batalla y allana el camino para que las demandas sociales ganen terreno y expresión.
Para los participantes, el tema de la diversidad sexual y la auto-organización del colectivo LGBT Sin Tierra solo tiene sentido si está vinculado al proyecto de Reforma Agraria Popular y a las luchas más generales en aras de las transformaciones sociales y el socialismo.
Brasil intolerante
Las luchas disputadas por los miembros LGBT inauguraron, en cierto modo, nuevas demandas sociales, además de las que, tradicionalmente, ya plantea el Movimiento Sin Tierra.
En gran medida, las principales demandas de los movimientos de diversidad sexual están relacionadas con la búsqueda de la legitimidad social, cultural y política pudiendo ejercerse de distintas maneras; hechos negados históricamente, como por ejemplo, el derecho a adoptar de los matrimonios homosexuales.
Abrir este debate significa reconocer la falta de reflexiones dentro de una organización que combate la exclusión social y que tiene por principio las vivencias de naturaleza colectiva y el respeto al prójimo.
Según el Grupo Gay de Bahía (GGB), que registra los casos de asesinatos de la población LGBT (lesbianas, gays, bisexuales y transgéneros), a raíz de la información publicada en la prensa escrita y enviada por las organizaciones no gubernamentales, un homosexual muere cada 28 horas en Brasil.
En el informe de la ONG internacional Transgender Europe, el país también lidera el ránking de asesinato de transexuales. Entre enero de 2008 y abril de 2013, hubo 486 muertes. Recientemente, un ránking mundial realizado por la Asociación Internacional de Gays y Lesbianas apuntó que el 44% de las muertes de personas LGBT en todo el mundo ocurre en Brasil.
“Luchar por la libertad sexual es luchar contra el patriarcado”
Yo soy Wagner, hace 16 años que estoy dentro del MST. El tema de LGBT se viene respaldando dentro del Movimiento Sin Tierra desde hace unos 10 años. Nuestro gran desafío siempre fue estar muy presentes dentro del Movimiento para que así podamos encauzar los temas relacionados con la causa LGBT. En São Paulo, yo fui el primer homosexual declarado que fue miembro de la dirección en este estado, lo que fue un gran avance. La receptividad fue increíble, no recuerdo haber tenido problemas con ningún tipo de discriminación dentro del organismo estatal. Creo que la condición sexual no debe pautar mi condición como miembro de la lucha. Es importante que nos alzemos con banderas y acciones que nos unan. Aquí el desafío consiste en pensar más allá de la lucha por los derechos. Debemos hablar de la aceptación, la disposición a respetar a los demás. “Al reunirnos afirmamos nuestra existencia”
Soy Cristiane, lesbiana y militante del Movimiento Sin Tierra por la Reforma Agraria Popular desde hace 15 anos. La legalización del matrimonio civil igualitario tuvo lugar el 10 de mayo de 2010, el día 13 de mayo, Daniela y yo nos casamos. Así es como se traduce la búsqueda de espacio dentro de la organización. El Movimiento trabaja mucho el tema de la familia rural. Llegó la hora de que la familia tradicional se prepare para la existencia y llegada de otros tipos de núcleos familiares. Sabemos que aún hay mucho trabajo por hacer dentro y fuera del Movimento. Pero la legislación todavía no está clara por lo que se refiere a la diversidad en el campo. Órganos como el Itesp (Instituto de Tierras del Estado de São Paulo) no están preparados para afrontar ciertas condiciones. Un ejemplo, en la denominación de titularidad sobre una propiedad, quien tiene prioridad es la mujer. En el caso de un matrimonio de lesbianas, los criterios que se tendrán en cuenta aún son subjetivos. Falta predisposición. Aquí nuestro objetivo es pensar en maneras de abordar los prejuicios dentro del MST y de la sociedad en su conjunto, esta es la intención de este primer encuentro. La idea no es discutir sobre un espacio con pancartas, sino acabar con las barreras y la apropiación de la diversidad.
“El colectivo LGBT tiene la misma capacidad para luchar, ocupar y formarse”
Mi nombre es Eduardo (izquierda), soy miembro de la coordinación nacional del MST en Ceará, me dedico al sector de la formación, en especial a la Reforma Agraria, soy gay y militante de la diversidad sexual. Fui inscrito junto con mi compañero, somos el primer matrimonio LGBT de Ceará que fue reconocido legalmente en el Incra. Anteriormente, las personas LGBT solo podían inscribirse como solteros. Desde 2014, basándonos en la enmienda de la ordenanza n.° 35 del Ministerio de Desarrollo Agrario (MDA), tuvimos la oportunidad de registrarnos y, posteriormente, ser inscritos como un matrimonio. Dentro del MST, el debate de la diversidad sexual se enlaza con el enfrentamiento contra el capital y la lucha de clases. Con este seminario estamos llevando el debate al seno de las opresiones, entendiendo que la persona campesina trabajadora tiene particularidades. Tanto en el Movimiento Sin Tierra como en otros movimientos sociales rurales, existe una cierta estrañeza respecto a este debate. El MST no es homófobo por naturaleza, ya que sería una contradicción dentro de una organización que tiene, como uno de sus principales pilares, la construcción de una sociedad justa e igualitaria basada en el socialismo. No obstante, esa premisa no excluye a la organización de hacer frente a algunas prácticas homófobas. Existe un gran mito que dice que la base campesina no está preparada para debatir los temas relacionados con LGBT. Es una verdadera falacia usada por ciertas personas para impedir el debate. Son unas opiniones pautadas por una postura ortodoxa de la izquierda, un marxismo enquistado que promovió, hasta mediados de los años 80, la idea de que la diversidad sexual era la expresión de una desviación burguesa, es decir, un gran malentendido. El MST no puede y no se va a excluir más de ese debate, de lo contrario, nos quedaremos aislados en la historia. Es un Movimiento construido por hombres, mujeres y LGBT. Al mismo tiempo que ondeamos el estandarte negro, emprendiendo la lucha por la Reforma Agraria Popular y contra el agronegocio, tenemos que comenzar a ondear la bandera de colores, pensando en el campo como un territorio de diversidad y, al ser un territorio de diversidad, es asimismo un campo que también tiene que lidiar con la homofobia, lesbofobia y la transfobia, unos males que, al igual que el machismo, se deben combatir y abatir.