Río+20, ONU y Via Campesina debaten economia verde en Cumbre de Los Pueblos

Domingo 17 de Junio de 2012

Cristiane Passos

Ayer por la tarde (16 de junio) se realizó un debate entre representantes de la Vía Campesina y de organizaciones de la sociedad civil con el presidente de PNUMA, Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente, Achim Steiner, sobre economía verde, la propuesta de la ONU y su influencia real en la vida de la población mundial.

Larissa Parker, abogada de la organización Terra de Direitos y miembro del colectivo Carta de Belém, inició el debate preguntando al presidente del PNUMA sobre ejemplos palpables de varias partes del mundo en las que la implantación de la economía verde se muestra perjudicial. La financierización y mercantilización del medio ambiente lo convierten en un activo, un título en el mercado, quedando sujeto a la acción acumulativa. Por lo tanto, ¿cómo garantizar, dentro de la economía verde, la conservación ambiental, ya que su escasez elevará su valor de mercado?

Parker cuestionó también la ingeniería de las nuevas tecnologías propuestas por la ONU, como una forma de dar continuidad al colonialismo y al discurso de la erradicación de la pobreza, sin hablar de la distribución de la riqueza y de la tierra. Además, este modelo propuesto por la ONU es una nueva fachada de la tan mentada revolución verde, que prometía el fin del hambre con la tecnología desarrollada de semillas resistentes y nuevos pesticidas. Sin embargo, lo que se vio fue la continuidad del hambre, el endeudamiento de las familias campesinas que comenzaron a comprar esos productos, el envenenamiento de la comida e, incluso, la muerte de campesinos y campesinas, especialmente en la India, desilusionados con esa forma de producción. “Las alternativas están apareciendo, son visibles. Es necesario que la ONU las mire, que mire a los pueblos que están aquí reunidos y a las experiencias en varios territorios que están representados aquí”, concluyó.

Por su parte, Edwin Vásquez, representante de COICA, organización indígena de la cuenca amazónica ecuatoriana, interpeló al representante de la ONU preguntándole qué significaría economía verde para ellos. Una economía verde con características limpias, como las Naciones Unidas quieren referirse a ella, serían sus territorios y lo que producen en ellos y no las empresas petrolíferas, la producción de carbón o la minería. “Para nosotros, pueblos indígenas y sin tierra, la economía verde no es el color del dinero, es el color de nuestra Amazonía”, completó.

Juan Herrera, de la Vía Campesina, resaltó la importancia de la lucha de los pueblos campesinos contra ese modelo propuesto, principalmente, para beneficiar a los países ricos y al capitalismo. Según él, la Vía Campesina viene luchando contra los cambios climáticos, provocadas por el modelo de desarrollo del capital, y contra el hambre, que también es resultado de la ganancia del mercado y de la no distribución de tierras y riquezas. Todo este trabajo de la Vía Campesina es contrario a las soluciones propuestas por el capitalismo, que son siempre elaboradas con la finalidad de que el capital pueda siempre crecer más. Herrera aprovecho[o a ocasión para reforzar el proceso de lucha de la Vía Campesina, “los de la Vía Campesina vamos a continuar en las calles, luchando por todos os pueblos del mundo. La ONU propone la masificación del uso de transgénicos y agrotóxicos, y nosotros luchamos por una alimentación saludable para nuestro pueblo, y que todos tengan acceso a ella”.

Las interpretaciones de la economía verde según la ONU

Según Steiner, existen muchas interpretaciones diferentes para la economía verde y firmas diferentes de lidiar con ella. Afirmó no discordar con las críticas y análisis hechos hasta el momento sobre el asunto y reconoció que la ONU también está frustrada por el escaso avance después de la Eco92. Dijo también, que el pensamiento económico domina todas las naciones, puede que no domine algunas, pero la óptica de las naciones es la económica. Afirmó que el informe de PNUMA sería una crítica a los mercados que no consiguieron aplicar el desarrollo sustentable, definido como prioridad en la Eco92.

Sobre las nuevas tecnologías, Steiner destacó que su “visión es permitir que las personas puedan ver el desarrollo sustentable como algo diferente a lo que se mostró hasta ahora. La tecnología de energía renovable y de transgénicos son buenas herramientas, pero fueron apropiadas por grandes multinacionales. El camino se hizo de arriba para abajo. Las economías no pueden ser totalmente controladas. Por uno lado u otro, deben convivir y no ser dominadas sólo por el mercado o por los gobiernos. Al hablar de economía, no hablamos del modelo del pasado, sino del futuro”.

Pat Mooney, de la organización ETC Group, destacó que los gobiernos están en el lugar equivocado. Dijo que es aquí, en el espacio de la Cúpula, donde la economía se vuelve realidad, es aquí donde están las discusiones importantes.

La crisis financiera que ha golpeado buena parte del mundo fue causada por los sistemas financieros. La crisis de los cambios climáticos fue causada por los desarrollos tecnológicos que destruyeron el medio ambiente. Pero, de acuerdo con Mooney, quieren juntar esas dos crisis y buscar una solución. Crisis estas que el propio mercado creó. “¿Cómo va a hacer la economía verde para crear una nueva tecnología que resuelva lo que la otra destruyó?. Esas tecnologías no son verdes y no funcionan para nosotros. Y, cuando digo esto, no quiero decir que no son operativas, sino que nos sirven”, cuestionó. Además enfatizó que “no podemos permitir que los que destruyeron el sistema financiero destruyan el medio ambiente”.

El representante de la CUT, Arthur Hernrique, destacó que no se puede aceptar un modelo que mercantiliza los bienes comunes. “Necesitamos cambiar el modelo mundial de producción y consumo. La propia ONU ya admitió que el modelo no funcionó. Los pilares ambiental y social quedaron relegados al último plano de los debates mundiales”. El trabajo verde, según el dirigente, es el trabajo decente; so es sólo combatir el trabajo esclavo y el trabajo infantil. Finalmente aseguró que “no sólo queremos ser escuchados, queremos discutir juntos las salidas para el desarrollo sustentable”.

Pablo Solón, de Global South, interpeló a Steiner preguntando porqué no estaba siendo sincero al no asumir realmente los intereses del capital sobre la economía verde. Según él, la economía verde es para que los países ricos continúen su modelo de desarrollo, por medio de políticas compensatorias como las REEDs y el crédito de carbono. Concluyó realizando una crítica al modelo económico preferido por los países ricos, “el modelo económico no puede estar fundado en la explotación indiscriminada de la naturaleza. No necesitamos seguir creciendo eternamente, necesitamos redistribuir las riquezas y los recursos. Eso es algo que la economía verde no dice”.