Austria: “No nos dejemos desplazar del espacio rural, como campesinas y campesinos, y como voces críticas”

Entrevista a Franziska Schrolmberger y Maria Vogt, agricultoras e integrantes de la directiva de La Vía Campesina Austria y del comité de mujeres, realizada por Tamara Artacker (Ocaru)

OCARU: Frente al día internacional de luchas campesinas: ¿En qué momento se encuentra la lucha campesina en Europa y más específico en Austria? ¿Cuáles son los mayores desafíos con los que se confrontan los y las campesinas aquí?

Maria Vogt: Uno de los mayores problemas para nosotros es la orientación de la política agraria de la Unión Europea, porque todo va hacia el lema “crecer o ceder”. Todo está dirigido hacia las ganancias, el mercado global para generar crecimiento y como consecuencia muchas pequeñas unidades de producción que no logran competir tienen que cerrar. Con el imperativo de crecer va de la mano la creciente industrialización y tecnificación de la agricultura y con eso una tendencia hacia los grandes monocultivos y unidades de producción muy especificadas. Ecológicamente tenemos problemas graves por contaminación de las aguas subterráneas, por la extinción de especies, la reducción de las colonias de abejas, etc. Los campesinos y las campesinas, además, llegan a tener problemas de identidad porque generan dependencias tanto de las multinacionales que venden las semillas como de las empresas compradores de sus productos. Estas cadenas multinacionales son dominantes no solamente en el mercado, sino que influyen también en la política. Entonces este es un gran problema para nosotros. Y para hacer frente a estas tendencias necesitamos a La Vía Campesina. La lucha se trata de crear alternativas, para hacer posible un mundo distinto, dentro del marco de la soberanía alimentaria.

Franziska Schrolmberger: El lema “crecer o ceder” también implica que el crecimiento es presentado como la única vía para el futuro, que además necesita un nivel cada vez más alto de tecnificación, tecnologías nuevas, etc. Pero eso nos lleva a la pregunta, ¿qué es innovación? Me parece que no es solamente la tecnología, sino que una agricultura solidaria también puede ser innovación. Habría que mirar más de cerca qué realmente mejora la realidad de vida, por ejemplo, de las mujeres rurales. Otro tema es el del reconocimiento y de la identidad: hoy existe cierta opinión de que las prácticas campesinas sólo tienen lugar en el museo porque son anticuadas. Por eso el reconocimiento de la “vía campesina” es parte de la lucha.

OCARU: ¿Cuáles son los desafíos específicos para las campesinas y las mujeres rurales?

Maria Vogt: Yo creo que las mujeres rurales en general están todavía muy apegadas a su rol de cuidadoras, de hacer todos los trabajos de cuidados, ocupándose tanto de los bebés como los ancianos del hogar, encargadas del abastecimiento de alimentos, de la alimentación, la administración de los recursos, etc. En muchas pequeñas agriculturas los hombres trabajan fuera como asalariados, entonces durante la semana las mujeres se encargan de todo el trabajo en la finca, desde el cuidado de los animales hasta el cuidado de la familia. Y lastimosamente todavía hay algunas mujeres que trabajan en el establo, en la chacra, en el huerto, en el viñedo, se encargan de la comercialización y sin embargo dicen que “no trabajan”, que son únicamente “amas de casa”. Por eso se trata también de cambiar la imagen propia que tenemos de nosotras mismas. Y es este trabajo no pagado e invisibilizado que limita las posibilidades de desarrollarnos y de decidir activamente sobre el rol que queremos tener dentro de la agricultura. En Austria, actualmente muchas mujeres rurales jóvenes prefieren migrar hacia las ciudades en vez de quedarse en el mundo rural que es más patriarcal porque en los centros urbanos encuentran más facilidad para llevar una vida auto-determinada. Pero el potencial de estas mujeres después hace falta en las zonas rurales.

Franziska Schrolmberger: El trabajo importante que hace La Vía Campesina en este tema es hacer más visible las realidades de vida de las mujeres rurales, las mujeres campesinas. Así intentamos romper por ejemplo con ciertos estereotipos como el de que “son los hombres los que manejan los tractores” mientras que las mujeres se deberían encargar de los trabajos invisibilizados como seleccionar las papas en la bodega, trabajos que son menos valorizados. Entonces yo creo que es importante visibilizar estos trabajos que son “típicamente de mujeres” y tomarlos en serio.

Maria Vogt: Sí, es cierto. Los roles cambian poco a poco, pero en muchos aspectos siguen siendo muy tradicionales. Aquí por ejemplo sigue habiendo muy pocas mujeres que manejan el tractor, en mi pueblo creo que soy la única mujer que lo hace.

OCARU: ¿Qué paralelas existen entre la situación de los campesinos y las campesinas en Europa y en el mundo?

Maria Vogt: Creo que la presión de la orientación hacia el mercado global es parecida, exige a los campesinos cada vez más especialización y más inversión para poder seguir siendo “competitivos”. Dedicarse al abastecimiento regional o local resulta más complicado que vender a un comprador grande, porque para la venta regional necesitas más iniciativa propia, juntarte con otros productores de manera activa.

Franziska Schrolmberger: Otra paralela seguramente es el acceso a la tierra. Es un tema que trabajamos mucho desde La Vía Campesina aquí, porque si no has heredado tierra productiva de tus padres, es muy difícil conseguirla.

Maria Vogt: Y con respecto a la situación de las mujeres, quiero resaltar la múltiple carga de trabajo que tenemos, -por hacer los trabajos de la finca y de cuidadoras- y que es algo que se puede observar en todos los países, tanto en Europa como en países del Sur Global.

OCARU: Ustedes que son parte de La Vía Campesina: ¿qué conexiones tienen con otras organizaciones campesinas en el mundo, sobre todo en el Sur Global?

Franziska Schrolmberger: En primer lugar, somos parte de la red europea de La Vía Campesina, allí participamos activamente en el comité europeo donde también se organizan conferencias internacionales.

Maria Vogt: Somos una organización pequeña dentro de las organizaciones europeas pero desde la fundación hemos intentado de mirar más allá de nuestro propio horizonte. Por eso también organizamos intercambios con campesinos y campesinas de otros países, por ejemplo, con Ecuador, Burkina Faso y Nicaragua. Implica que un grupo de campesinos y campesinas de allá nos visite, conozca nuestras fincas, apoye en nuestro trabajo, cocinando juntos etc. Y después nosotros los visitamos en sus países, en sus fincas. Se aprende muchísimo, y para los que nos han visitado ha sido muy importante ver que aquí en Europa todavía hay campesinos que trabajan su propia tierra, que no emplean peones, que no son grandes productores y comparten muchas preocupaciones con ellos.

OCARU: La Asamblea General de la ONU adaptó la declaración de los derechos campesinos a finales del año 2018. ¿Qué importancia tiene según ustedes para la lucha campesina?

Maria Vogt: De un lado es muy positivo que se hayan incluido los derechos específicos de los campesinos en las declaraciones de la ONU porque durante mucho tiempo no nos imaginábamos que iban a ser derechos que se puedan reclamar como tales. Pero del otro lado falta que nuestro gobierno austríaco reconozca la declaración. Además, surge la pregunta: ¿Cómo generas un cambio? Por supuesto necesitas resistencia, vivir prácticas distintas, salir a la calle. Pero también necesitas un fundamento legal, y evolucionar los derechos humanos en base a situaciones que siguen siendo problemáticas en el mundo, me parece muy importante.

Franziska Schrolmberger: Yo creo que la declaración nos facilita un poco el trabajo porque para reclamar nuestros derechos como campesinos y en las relaciones públicas podemos hacer referencia a la declaración de la ONU, además ayudó a hacer más presente el tema en general.

OCARU: Ustedes ya lo mencionaron, Austria no ratificó la declaración de los derechos campesinos, ¿por qué creen que no lo hizo?

Maria Vogt: Primero, tiene que ver con el tipo de gobierno que tenemos ahora, de centro-derecha. Se enfocan sobre todo en la competitividad, entonces les preocupa que ceder derechos a los campesinos, podría hacer al país menos competitivo. Además, no están abiertos a conversar con nosotros, no hemos podido tener cita ni con la Ministra de Agricultura actual, ni con el Ministro anterior. Tenemos que ser muy activos, movilizar gente y crear alianzas para hacernos escuchar y ganar visibilidad.

OCARU: De último, ¿qué mensaje quieren enviar en el día internacional de las luchas campesinas, a las compañeras y los compañeros en Latinoamérica?

Franziska Schrolmberger: Para mí es muy importante que no nos dejemos desplazar del espacio rural, como campesinos y campesinas, y como voces críticas.

Maria Vogt: Es muy alentador saber que en muchos otros países existen también grupos practicando la resistencia y luchando por una soberanía alimentaria porque así siento que estamos trabajando para el mismo fin desde lados diferentes, eso da esperanza. Especialmente el encuentro con compañeras y compañeros de Latinoamérica siempre ha sido inspirador para mí por sus métodos de lucha tan creativas, su humor, el accionismo y la valentía de seguir el camino a pesar de las amenazas que pueda haber. De eso se puede aprender mucho.

Entrevista tomada del Observatorio del Cambio Rural (OCARU)