Mozambique: Manifestación de repudio e indignación contra las acciones violentas de VALE contra la Comunidad de Cateme.
El día 10 de enero de 2012 la población de la Provincia de Tete, distrito de Moatize, barrio de Cateme, constituida por diferentes grupos étarios de campesinos y campesinas desplazados de sus tierras originarias, impidió el paso del tren con carbón de Moatize, para manifestar su indignación por el incumplimiento de las promesas de la compañía en la consulta comunitaria y después de que se viera frustrado el diálogo con la compañía minera brasilera VALE (que explota yacimientos de carbón mineral en Tete) y con la representación local del Gobierno y del Partido Frelimo. Durante la manifestación los agentes de policía utilizaron la fuerza de manera brutal e indiscriminada contra la población indefensa e inocente, resultando de ello varias personas heridas y detenidas.
La Unión Nacional de Campesinos (UNAC), movimiento nacional de campesinos y campesinas del sector familiar viene por este medio, a manifestar su sentimiento de repudio e indignación por la acción violenta de la empresa VALE – como usurpadora de las tierras comunitarias – y de la Policía, contra la comunidad de Cateme. Y convoca a un movimiento de solidaridad nacional e internacional en favor de las víctimas de Cateme.
A nuestro entender, esta situación resulta del creciente avance hacia a un modelo de desarrollo económico que incide directamente en la manifiesta y constante violación de derechos de las comunidades locales, entre los que se encuentran el derecho a la vida, a través del uso y usufructo de sus recursos naturales como la tierra, el agua, los ríos, los lagos, las semillas y demás medios y condiciones determinantes para su bienestar socioeconómico.
Los habitantes de Cateme son víctimas del fenómeno de usurpación de tierras que, de manera creciente, expulsa a comunidades enteras a todo lo largo en nuestro país – principalmente en las regiones de Tete, Niassa, Nampula y Manica, donde abundan los recursos minerales y forestales – para dar paso a grandes explotaciones, mediante la expropiación de áreas enteras de cultivo destinadas al auto-sustento de la población local e impidiendo así que las campesinas y campesinos alcancen su soberanía alimentaria.
En esta situación, apelamos a que se restablezcan los derechos exigidos por la comunidad de Cateme, a que se reparen los daños causados a las víctimas de la acción violenta de la policía, a que se responsabilice a los autores de la violencia y a que se libere a los manifestantes detenidos por ejercer su derecho a la indignación y a la manifestación.
Entendemos que las soluciones para la problemática de la pobreza en nuestro país también deben pasar por la gestión idónea y transparente de los recursos del subsuelo para posibilitar su aprovechamiento, especialmente por parte de la comunidades locales de manera equilibrada, para que los mismos sirvan de soporte para la creación y desarrollo de auto-emprendimientos y, consecuentemente, mejoren las condiciones de vida y bienestar de los mozambiqueños. También deben pasar por ser una verdadera apuesta a la agricultura campesina que ponga en una misma línea la planificación y la ejecución y que introduzca incentivos para que los campesinos del sector familiar se dediquen a la práctica de la agricultura. De este modo de la actividad puede ser una verdadera fuente de obtención de ingresos para las familias de Mozambique y un orgullo de la soberanía nacional e incidir en la reducción de la pobreza y del éxodo rural, sobre todo de los jóvenes.
Apelamos especialmente al gobierno de Brasil, para que sus empresas multinacionales, como VALE, asuman una mayor responsabilidad para que en el marco de la llamada cooperación Sur-Sur se respeten, por sobre todo, los derechos humanos de las comunidades locales de los países donde actúan, con el fin de que tal cooperación resulte en verdaderas acciones orientadas al desarrollo de los pueblos.
¡No a la violencia! ¡No a la represión!
¡Todos por la Soberanía Alimentaria!
¡Los campesinos siempre unidos venceremos!
Maputo, 27 de enero de 2012