“Lxs agricultorxs familiares en el corazón de los sistemas agroalimentarios sostenibles: retos y oportunidades”, discurso ante el Foro Mundial de la Agricultura Familiar
Compartimos el Discurso de Morgan Ody, Coordinadora General de La Vía Campesina en la ceremonia de apertura de alto nivel e inauguración del Farm Venue, realizado el día 15 de octubre de 2024 en Roma.
Lxs agricultorxs familiares en el corazón de los sistemas agroalimentarios sostenibles: retos y oportunidades
Para La Vía Campesina, la Década de la Agricultura Familiar tiene dos objetivos principales:
1- el reconocimiento del papel indispensable de lxs pequeñxs productorxs de alimentos, lxs campesinxs, lxs pescadores artesanales, los pueblos indígenas, lxs pastores y, en particular, las mujeres y la juventud
2- poner fin a todos los ataques contra lxs pequeñxs productorxs de alimentos, para que todxs podamos disfrutar de una vida digna, vivir en paz y tener unas condiciones laborales y salariales decentes.
Ahora que hemos llegado a la mitad del Decenio, es el momento de hacer un primer balance.
En cuanto al primer objetivo, observamos que el Decenio es un instrumento útil para poner de relieve el hecho de que lxs pequeñxs productorxs son esenciales no sólo para producir suficientes alimentos sanos para alimentar a la población mundial, sino también para enfriar el planeta y proteger la biodiversidad. Este reconocimiento quedó especialmente claro durante la epidemia de COVID-19.
Sin embargo, en lo que respecta al segundo objetivo, hay que decir que en los últimos cinco años no han cesado los ataques contra lxs agricultorxs y otrxs pequeñxs productorxs. En todo el mundo asistimos a un aumento de los acaparamientos de tierras y de los desalojos forzosos de nuestros territorios. Se patentan las semillas. El agua se privatiza. Nuestros productos se pagan a un precio inferior al coste de producción. Nuestras organizaciones son criminalizadas y reprimidas. Peor aún, vemos que, en las guerras y a pesar del derecho internacional, el hambre se utiliza como arma de guerra.
En la mayoría de los países, ser agricultorxs significa ser pobre, explotado y oprimido. Por eso no es de extrañar que la juventud se vea obligada a abandonar el campo y emigrar a las ciudades o a otros países donde esperan un futuro mejor.
Nos quedan cinco años. Nos negamos a que ésta sea la década de la extinción para lxs agricultorxs, lxs pescadorxs artesanales, los pueblos indígenas y lxs pastorxs.
Debemos reaccionar.
La Vía Campesina propone cuatro grandes proyectos para responder a este desafío.
1 – Situar en el centro de las políticas públicas nacionales y del trabajo de la FAO, la defensa de los derechos humanos, especialmente el Derecho a la Alimentación, los derechos de los Pueblos Indígenas reconocidos en la DNUDPI y los Derechos de los Campesinos reconocidos en el UNDROP, el respeto de las obligaciones de los Estados en virtud de los convenios y tratados internacionales, como el TIRFAA y el CDB,
2 – Lanzar un nuevo proceso global de reforma agraria, con políticas ambiciosas de redistribución de la tierra, del agua y de los derechos de uso del territorio, situando a la juventud y a las mujeres en el centro de la reforma agraria, y protegiendo los territorios de los Pueblos Indígenas como hábitat total donde puedan desarrollar su cultura e identidad. Al mismo tiempo, los instrumentos de que dispone la FAO, como las Directrices sobre la gobernanza de la tierra y las relativas a la pesca artesanal, deben aplicarse de forma participativa. Pedimos a los gobiernos y a la FAO que organicen una nueva Conferencia Internacional sobre Reforma Agraria y Desarrollo Rural.
3 – Sustituir la Organización Mundial del Comercio y los Tratados de Libre Comercio por un nuevo marco comercial internacional basado en la Soberanía Alimentaria, que garantice precios justos tanto a lxs pequeñxs productorxs como a lxs consumidorxs, liberando a los alimentos de la especulación, la competencia del mejor postor y el poder monopolístico de las multinacionales.
4 – Crear decenas y centenares de escuelas de agroecología en todos los países, para difundir masivamente los conocimientos y saberes de los pueblos indígenas, campesinxs y pescadorxs artesanales sobre cómo cuidar la Tierra produciendo alimentos sanos y abundantes.
Estos cuatro grandes proyectos implican políticas públicas. Por desgracia, en demasiados países, el dinero público se destina a las grandes explotaciones industriales y no a lxs pequeñxs agricultorxs. Observamos que, con demasiada frecuencia, las políticas se diseñan para satisfacer las demandas de las grandes empresas multinacionales y no el interés general.
¿Pero no ven que nuestro mundo se derrumba? Los científicos advierten que de los 9 límites planetarios, 6 ya se han superado. Las guerras se multiplican. Los valores humanistas expresados en la Carta de las Naciones Unidas son pisoteados impunemente.
¡Les pedimos que reaccionen! Los pueblos del mundo nos observan y les haremos responsables de lo mejor y de lo peor. Nuestras propuestas son una forma razonable de preservar lo que es esencial para la humanidad. No hemos perdido la esperanza de que nos escuchen y les tendemos la mano para trabajar con ustedes. Pero esta transformación sistémica debe producirse ¡ahora, o nunca!