Los campesinos y campesinas Del Sur Este y Este de Asia
DECLARACIÓN
Nosotros, delegados del séctor campesino, hombres y mujeres pertenecientes al movimiento internacional de La Vía Campesina en la región del Sur Este y Este de Asia, asistimos al evento de Formación Regional sobre los Derechos de las Campesinas y Campesinos, que se llevó a cabo en la provincia de Chachoengsao, Tailandia, entre el 26 y el 29 de mayo del 2009. Durante esta formación hemos reiterado nuestro compromiso para la defensa y el sostenimiento de estos derechos; nuestra iniciativa por la Convención Internacional de los Derechos de las Campesinas y Campesinos ha logrado avances dentro de la legislación y los mecanismos de las Naciones Unidas. Asi mismo hemos estado trabajando en varios niveles como el espacio regional de la ASEAN así como en nuestros respectivos ámbitos nacionales.
Nosotros y nosotras, campesinos y campesinas, estamos siendo desalojados de nuestras tierras de manera violenta y estamos siendo expropiados de nuestras fuentes de sustento. La actual crisis alimentaria demuestra una vez más las violaciones masivas a los derechos de los campesinos, hombres y mujeres. Las violaciones a nuestros derechos han sido bastante específicas; el actual sistema agrícola nos impide llevar una vida digna y la preservación y cultivo de nuestras propias semillas, pero sobre todo, marginaliza a las mujeres. En nuestra formación concluimos que estas violaciones a los derechos de las campesinas y campesinos está sucediendo en cada pais: Tailandia, Corea del Sur, Timor Oriental, Japón e Indonesia.
En Tailandia, no se ha alcanzado el cumplimiento de los derechos básicos de los campesinos, trabajadores y pobres que habitan en las urbes, hombres y mujeres. Las personas pobres no tienen ningún derecho en el acceso a la vivienda y a una tierra cultivable. Los derechos comunitarios de acceso a la tierra, al agua y a la gestión de los recursos forestales están siendo minados. No podemos mantener nuestros medios de vida.
La legislación que beneficia a los negociantes y a sus aliados tienen como resultado la competencia por la tierra para las comunidades locales. Además, tanto el campesinado como las personas sin recursos, quienes constituyen la gran mayoría, se ven obligadas a convertirse en gente sin techo y a perder sus tierras. Al contrario, las personas de negocios y la élite, que son minoría, ocupan grandes extensiones de tierra con fines especulativos, y no para la producción.
El gobierno de Tailandia ha promovido una revolución verde y ha establecido áreas protegidas, que se superponen a las tierras de los habitantes. Estas políticas presionan a los agricultores, hombres y mujeres y fomentan el abandono de los métodos tradicionales de producción, conduciendo a la pérdida de las semillas nativas. En consecuencia, no siguen teniendo la posibilidad de ser independientes y llevar una vida digna.
En aras del desarrollo energético y de esquemas de agricultura moderna, el gobierno ha construido embalses y ha desalojado a los campesinos de sus tierras cultivables. Los proyectos hídricos y las políticas de privatización de estos recursos – como la mercantilización del agua – permite a las corporaciones, intimas aliadas de burócratas y políticos, extraer los beneficios, excluyendo al campesinado de sus derechos a la utilización y el manejo de los recursos naturales.
La población campesina que se ve conducida a la bancarrota dentro de las zonas rurales tiene que desplazarse hacia las ciudades, viviendo en zonas marginales. Esta gente se convierte en mano de obra oprimida por sus empleadores. No poseen seguridad laboral y se ven obligados a trabajar en labores que no son seguras. Las mujeres campesinas deben desempeñar trabajos que nos son dignos bajo el riesgo de discriminación de género. El desarrollo concebido por el gobierno consigna una nueva calidad de vida para los hombres y mujeres campesinos y para las personas pobres que habitan en las ciudades: “pobreza y deudas”.
Es por esto que la opresión y la explotación en las zonas urbanas no puede ser separada de la misma que sufren los campesinos y campesinas en las zonas rurales.
En Tailandia, nosotros y nosotras, campesinos y campesinas en nombre de La Vía Campesina, junto con las personas miembros de la Asamblea de los Pobres (AOP) y la Federación de Campesinos del Norte (NPF), hemos estado apoyando el reconocimiento y respeto de los derechos de mujeres y hombres campesinos desde el 2001.
La Vía Campesina hace un llamamiento a la Comisión de Derechos Humanos de Tailandia para que apoye la concientización hacia los derechos de los campesinos y campesinas dentro de la opinión pública y para presionar al gobierno de Tailandia para que apoye la Declaración de los Derechos de las Campesinas y Campesinos.
La Via Campesina
Mayo 29, 2009
Bangkok, Tailandia