La Vía Campesina reitera que el cumplimiento de Acuerdo de paz en Colombia es decisivo

El pasado 24 de noviembre, La Vía Campesina organizó foro en el marco del 4° Aniversario de la firma del Acuerdo de Paz en Colombia con el objetivo de compartir reflexiones en torno al estado de la implementación del Acuerdo, así como de los retos que enfrenta el proceso de construcción de paz en el país.

El evento contó con la participación del Partido Fuerza Alternativa Revolucionaria del Común – FARC y entidades que hacen seguimiento a la implementación del Acuerdo, como la Organización de Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO), el Instituto Kroc de la Universidad de Notre Dame y el Centro de Investigación y Educación Popular (CINEP), el cual hace parte de la Secretaría Técnica del componente Internacional de Verificación. De igual forma, en el espacio intervinieron organizaciones colombianas miembro de la Coordinadora Latinoamericana de Organizaciones del Campo (CLOC/Colombia) y comisionados de La Vía Campesina de Asia, África, Europa y América.

Una de las principales preocupaciones expuestas en el evento fue el precario estado de avance de la implementación del Acuerdo, sólo el 25% de las disposiciones se ha implementado completamente. El punto que presenta más retraso en la implementación es la Reforma Rural Integral (Punto 1), el cual agrupa el 80% del total de compromisos, pero sólo se ha implementado completamente en un 4%.

Si bien es cierto que la implementación del Punto 1 está proyectada para un plazo de 15 años, se resalta que hay compromisos que no se han completado en el tiempo establecido y que ya deberían tener un impacto en los territorios. Por ejemplo, los 16 Planes Nacionales para la RRI[1] debían estar listos para el año 2019; sin embargo, a la fecha sólo se han aprobado 6 de ellos. Dada la integralidad del Acuerdo, el retraso en la implementación de algunos puntos del Acuerdo genera cascadas negativas en el proceso; lo cual se hizo particularmente evidente con ocasión del Covid-19, pues la pandemia se hubiera podido afrontar de mejor manera si los Planes Nacionales de la RRI se estuvieran implementando, como el de salud rural.

Se hizo hincapié en la necesidad de comprender el acuerdo de manera integral. Pese a que los Programas de Desarrollo con Enfoque Territorial (PDET) se estén implementando, el objetivo de la transformación estructural del campo sólo puede lograrse si se avanza en los otros subpuntos, como el acceso a tierra, la constitución o formalización de Zonas de Reserva Campesina, la aprobación de los Planes Nacionales de la RRI o el cumplimiento del Programa de sustitución de cultivos de uso ilícito, por dar unos ejemplos.

El delegado del Partido FARC, Rodrigo Granda, resaltó que se tienen avances en materia de reincorporación, el gobierno ha cumplido en parte con la provisión de sostenimiento económico, educación y salud de los excombatientes; sin embargo, los proyectos productivos que se adelantan en algunos territorios dependen de la inversión extranjera, pues el Estado no ha logrado cumplir. Pero la mayor dificultad que afrontan las personas en proceso de reincorporación es en materia de seguridad: a la fecha han sido asesinados 243 excombatientes y se ha producido desplazamientos forzados en 6 áreas de reincorporación diferentes.

Granda denunció que el Gobierno de Duque simula el cumplimiento del Acuerdo. En instancias nacionales e internacionales el Gobierno publicita el cumplimiento del Acuerdo, mientras adelanta un desmonte gradual del mismo. Señala, asimismo, en relación con los asesinatos, amenazas y desplazamientos forzados que sufren los excombatientes, que el gobierno va camino a la perfidia (…) no se puede desarmar al contrincante, al enemigo, para luego asesinarlo, eso se llama perfidia.

Los problemas que afrontan los excombatientes en materia de seguridad se producen en un contexto de violencia generalizada en el país: 292 personas líderes sociales y defensoras de derechos humanos han sido asesinadas en el 2020. Las organizaciones sociales denuncian la zozobra que se vive en todo el país por la persecución y hostigamiento, las personas en las regiones están perdiendo confianza para seguir con el trabajo de implementación del Acuerdo, lo que indica que los grupos armados están cumpliendo su objetivo: silenciar la construcción de paz.

Lxs comisionadxs de La Vía Campesina resaltan que la paz estable y duradera sólo se puede construir si hay una reforma rural integral, lo que implica la distribución de la propiedad y el fomento a la economía campesina, familiar y comunitaria. Sin embargo, en medio del contexto de incumplimiento del Acuerdo, la mayor preocupación de La Vía Campesina es la arremetida de la violencia y el incremento de los crímenes y masacres que se vienen presentando desde la firma del Acuerdo, sin que haya una reacción o respuesta por parte del Estado. Se hizo un llamado al Estado colombiano para que responda y brinde garantías efectivas de seguridad a las personas líderes sociales, excombatientes y, en general, a las poblaciones rurales que sufren la violencia. Igualmente, se hace un llamado al estado colombiano para que cumpla con los compromisos que asumió en La Habana.

En medio del difícil escenario para la paz de Colombia, lxs comisionadxs de La Vía Campesina reiteraron que lo que está en juego con el cumplimiento de los acuerdos de paz en Colombia es decisivo, no sólo para el pueblo colombiano, sino también para Latinoamérica y el campesinado mundial.   


[1] Los Planes Nacionales para la reforma rural integral tienen por objetivo la superación de la pobreza y la desigualdad para alcanzar el bienestar de la población rural; además, se orientan a cerrar la brecha entre el campo y la ciudad. El Acuerdo establece que se deben elaborar 16 Planes nacionales, que giren alrededor de los siguientes ejes: i. Infraestructura (vías terciarias, riego, eléctrica, conectividad); ii. Desarrollo Social (salud y educación rural, vivienda, agua potable, formalización laboral, protección social, y derecho a la Alimentación); iii. Estímulos y asistencia técnica a la agricultura campesina, familiar y comunitaria, la economía solidaria y cooperativa, y comercialización.

Foto: León Darío Peláez