La Vía Campesina insta a la Conferencia de las Naciones Unidas para el Comercio y el Desarrollo (CNUCED) a apoyar un marco comercial global basado en la Soberanía Alimentaria
En una carta abierta dirigida a la Sra. Rebeca Grynspan Mayufis, Secretaria General de Comercio y Desarrollo de las Naciones Unidas (CNUCED), La Vía Campesina saluda el 60º aniversario de la CNUCED y recuerda sus ideales fundacionales para un comercio global justo. La carta señala los tiempos actuales, revela fallas en la gobernanza del comercio global e insta a la CNUCED a adoptar nuevas soluciones que promuevan la soberanía alimentaria y la justicia social en todo el mundo.
Aquí está el texto completo de la carta:
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Para:
Rebeca Grynspan Mayufis,
Secretaria General,
Conferencia de las Naciones Unidas sobre Comercio y Desarrollo
Estimadxs,
Desde La Vía Campesina, una de las redes más grandes del mundo de pequeñxs productorxs de alimentos, compuesta por 180 organizaciones de campesinxs e indígenas en 81 países, les enviamos nuestros mejores saludos y deseos por el 60º aniversario de la Conferencia de las Naciones Unidas sobre Comercio y Desarrollo, CNUCED.
Recordamos las nobles intenciones detrás de la creación de la CNUCED: el impulso hacia la independencia de muchos países del Sur y la aspiración de reformar el orden comercial mundial heredado de la colonización, con el objetivo de un comercio que beneficie a las personas, particularmente en el Sur Global. Sin embargo, nos encontramos en tiempos extraordinarios que traicionan estas intenciones, y esperamos que la CNUCED a los 60 años sea consciente de las realidades que enfrenta la humanidad hoy en día.
La geopolítica mundial está cambiando hacia la multipolaridad, como consecuencia de la prolongada política exterior hegemónica de las superpotencias occidentales y del creciente poder de las empresas transnacionales. Esta política dictó normas comerciales globales diseñadas para beneficiar y expandir los intereses económicos de una pequeña oligarquía, permitiéndoles controlar firmemente los recursos finitos de los países de todo el mundo. Este mundo multipolar emerge en medio de catástrofes climáticas recurrentes, derivadas de un modelo extractivista de industrialización inicialmente ideado en el Norte Global y exportado sistemáticamente al Sur. Los programas de ajuste estructural, los acuerdos de libre comercio y los marcos de asociación económica perpetúan este modelo, exacerbando la pérdida de vidas, medios de vida y agravando el hambre y la desnutrición global.
Sostenemos que la globalización ha fallado en cumplir su promesa de inclusión y prosperidad, tanto para las personas como para el planeta. La Vía Campesina surgió en 1993 como respuesta a la cobertura percibida de la globalización para la neocolonización de nuestros territorios. Advertimos contra la expansión del capital, la mercantilización de los recursos y la erosión de las economías rurales, abogando por la cooperación en lugar de la competencia en el comercio internacional. En repetidas ocasiones, hemos dado la voz de alarma contra instituciones como la Organización Mundial del Comercio, el Banco Mundial y el Fondo Monetario Internacional, que promovieron la privatización, la desregulación y la financiarización de los ecosistemas. Advertimos contra la mercantilización de semillas y cultivos, el desmantelamiento de programas públicos de alimentos y el surgimiento de granjas industriales y empresas transnacionales globales de alimentos previendo la concentración de la cadena alimentaria global y sus consecuencias catastróficas.
Desde 2023, han estallado protestas en casi 90 países, lideradas por grupos marginados desilusionados por las falsas promesas de la globalización. Los gobiernos del Sur Global, durante mucho tiempo engañados por estas promesas, están despertando a la realidad de su resentimiento. El deseo de integrarse en la OMC, antes visto como una solución, ha demostrado ser ilusorio, ya que el orden comercial ha favorecido consistentemente a las corporaciones transnacionales y a las oligarquías del Norte. Los gobiernos que han demostrado la voluntad política de aplicar políticas agrícolas públicas que promuevan una mejor regulación de los mercados, el apoyo a los precios y programas de reducción de la pobreza se ven insidiosamente atrapados por las instituciones financieras mundiales en enormes deudas financieras externas, lo que limita su capacidad de aplicar políticas públicas significativas.
Tiempos extraordinarios exigen soluciones extraordinarias, desde el pueblo
En 2016, advertimos a la CNUCED contra el “paradigma del libre comercio” del neoliberalismo y los esquemas de “desarrollo impulsado por el mercado”, que consolidan el control corporativo sobre los sistemas alimentarios. Desde principios de la década de 1990, la CNUCED ha desviado sus actividades de intentar construir un sistema de comercio internacional justo para tratar de apoyar a los países del Sur en las negociaciones de la OMC. Su premisa era que la OMC podría ser beneficiosa para los países del Sur si lograban organizarse y obtener lo mejor de ella.
La Vía Campesina cree que esta estrategia ha fracasado. La OMC ha seguido siendo la herramienta de las oligarquías del Norte para aumentar el acceso al mercado de las corporaciones transnacionales. Nunca ha sido beneficiosa para la gente, en particular en los países del Sur. Hacemos un llamado a la CNUCED y a todos los países miembros para que reconozcan este fracaso y se reconecten con su mandato original: crear un marco de comercio internacional justo hacia la soberanía de las personas y la justicia social. Hoy, cuando la CNUCED marca su 60º año, les recordamos que las verdaderas soluciones deben surgir de aquellos más afectados por décadas de políticas neoliberales: campesinxs, pequeñxs agricultorxs, trabajadorxs agrícolas, indígenas, trabajadorxs rurales y urbanxs, mujeres urbanas pobres, en particular aquellos en los países del Sur.
Instamos a la CNUCED a escuchar las voces desde el terreno que claman por la soberanía alimentaria. La Soberanía Alimentaria encarna el derecho de los pueblos a alimentos sanos, culturalmente apropiados y producidos de manera sostenible. Coloca las necesidades de lxs productorxs de alimentos a pequeña escala, lxs distribuidorxs y lxs consumidorxs en primer plano, en lugar de los intereses de los mercados y las corporaciones.
En 2022, La Vía Campesina se embarcó en la creación de un marco comercial global en colaboración con organizaciones de campesinxs e indígenas en 80 países. Este marco se basa en los principios de Soberanía Alimentaria, Internacionalismo y Solidaridad.
Su objetivo es abordar las crisis sociales y ecológicas que asolan nuestro mundo hoy en día. Este marco empodera a cada país para determinar sus políticas agrícolas y alimentarias, protegiendo y fomentando los sistemas alimentarios locales a través de diversas medidas regulatorias como precios de apoyo mínimos, existencias públicas y gestión de la oferta. El objetivo es estabilizar los precios agrícolas sobre los costos de producción y combatir la especulación.
Además, se compromete a evitar que ningún país sea excluido por la fuerza del comercio agrícola internacional. Aboga por un comercio internacional regulado de insumos agrícolas, con el objetivo de reducir la dependencia de estos insumos y transitar hacia la agroecología campesina. Este marco lucha por un comercio internacional libre de presiones geopolíticas y prohíbe prácticas como el dumping y los subsidios a la exportación de productos agrícolas y alimentarios.
Defiende los más altos estándares de derechos humanos, incluido el derecho a la alimentación, la Declaración Universal de los Derechos Humanos, la Declaración de las Naciones Unidas sobre los Derechos de los Pueblos Indígenas y las regulaciones de la OIT que protegen los derechos de lxs trabajadorxs. Defiende los derechos de lxs trabajadorxs agrícolas, mujeres, pescadorxs, pastores, pueblos indígenas, trabajadorxs migrantes y otrxs en el sistema alimentario. Además, condena el uso de los alimentos como arma en conflictos internacionales.
Invitamos a la CNUCED y a sus Estados miembros a colaborar con nosotrxs en la construcción de este marco. Proponemos un proceso participativo dentro de las Naciones Unidas, con una participación activa de la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura. Nuestro objetivo es crear una sociedad donde se erradique el hambre y prevalezca la justicia social.
Una delegación de La Vía Campesina espera con interés la oportunidad de discutir nuestras propuestas más a fondo. Juntxs, podemos allanar el camino hacia un futuro donde nadie pase hambre y donde la equidad y la justicia prevalezcan.
Esperamos su respuesta.
La Vía Campesina
4 de Julio de 2024