La Vía Campesina: Acuerdo de Pacto Internacional de Solidaridad y la Unidad de acción por los Derechos Plenos de todxs lxs migrantes y refugiadxs
- INTRODUCCIÓN
La Cumbre de los Pueblos para un Pacto Mundial de Solidaridad con Migrantes y Refugiados celebrada en Marrakech los días 8 y 9 de diciembre del 2018, bajo los auspicios de La Vía Campesina y sus organizaciones miembros del Proceso del Medio Oriente y Norte de África (MENA) y particularmente de la Federación Nacional del Sector Agrícola (FNSA) de Marruecos, así como la Asociación Marroquí de Derechos Humanos y la Plataforma de las Asociaciones y Comunidades Subsahariana en Marruecos, junto a muchos otros movimientos y comunidades, damos a conocer esta propuesta de un Acuerdo de un Pacto Internacional de la Solidaridad y la Unidad de Acción por los Derechos Plenos de Todas y Todos las y los Migrantes y Refugiados, bajo las siguientes considerandos:
Estado actual de la migración
La crisis de la migración del presente representa una debacle humanitaria como nunca se había presentado en la historia contemporánea de la civilización. Nunca la humanidad había sido arrastrada a niveles tales de deshumanización y de barbaridad que nos remiten a los períodos más sombríos como la época de colonización del Sur.
Un vistazo al estado que guarda la llamada crisis de la migración lo confirma.
Una faceta terrible de este estado actual es la esclavitud moderna de millares de seres humanos tal y como se dio en los momentos más álgidos de la brutal colonización del Sur para el saqueo de riquezas y la acumulación de capital para un puñado de países del Norte.
De Marruecos a la frontera con México, desde el norte de África hasta las explotaciones en el sur de España, desde Centroamérica hasta Bangladesh, a todo lo largo y ancho del planeta, encontramos el sufrimiento del desplazamiento humano por la devastación en las familias, comunidades, pueblos y regiones que provoca un incesante éxodo de desposeídos y despojados. En unas partes, como ocurre en Asia, se trata de los desastres provocados por el trastorno climático creado por el insaciable empuje de más y más ganancias que es el principal atributo del presente sistema económico y social salvaje y depredador. En otros es la violencia de los poderosos y las guerras y conflictos inducidos para el acaparamiento de tierra, la ocupación de territorios y el despojo de los recursos naturales como el petróleo, los minerales y los recursos naturales tal y como ocurre en el Medio Oriente, África, América y en todas partes. En otros más es el racismo, la intolerancia, el autoritarismo, la impunidad, el narcotráfico y las mafias del crimen organizado. Sin embargo, en la mayoría, las causas siguen siendo la desigualdad y la marginación con sus secuelas de pobreza y miseria. Pero también encontramos una explotación bárbara de la mano de obra barata de las y los migrantes, tanto en el Norte como en la periferia, con sus desenfrenados modos de producción para producir los bienes y mercancías para satisfacer el voraz apetito del consumismo moderno de los sectores más privilegiados.
Esta debacle civilizatoria hoy se refleja en una enorme tragedia con más muertes de migrantes en el Mediterráneo y en los desiertos del suroeste de la frontera de México y Estados Unidos y del Sahara por mencionar solamente los focos rojos de este estado de la migración.
Respuesta de los Estados
Por otra parte, los estados más poderosos económicamente, utilizando a muchos países del Sur a través del chantaje económico y de la presión política, han cerrado filas para reprimir la migración a través de la militarización de las fronteras, la proliferación de más muros y de centros de detención que más parecen campos de concentración, la criminalización de las y los migrantes por el simple hecho de ser migrantes seguido de su encarcelamiento y deportaciones masivas. Esta ofensiva antiinmigrante se representa en una estrategia militar de combate, en la criminalización de las organizaciones y de las y los activistas de derechos humanos y en la provocación de la división dentro de la clase trabajadora y de los pueblos oprimidos.
Naturalmente que parte fundamental de esta ofensiva contra las y los migrantes y refugiados es el hecho de que los estados siguen implementado políticas neoliberales y están principalmente al servicio de las transnacionales y el capital financiero que con toda libertad saquean pueblos, explotan a millones de seres humanos, se apropian de los bienes comunes naturales como la tierra, el agua, los bosques, las semillas, el conocimiento y las culturas causando desolación y muerte.
Para agravarlo todo, por todos lados crece un poder político cuasi fascista que se apodera de los gobiernos, de instituciones y de la vida pública.
Pero también lo agrava una desilusión generalizada ante la falta de una democracia genuina donde los pueblos puedan ejercer libremente su soberanía y fortalecer su esperanza de la construcción de mejores condiciones de vida con justicia social, paz y dignidad.
- EL PACTO GLOBAL PARA LA MIGRACION
Como una aparente respuesta a la crisis de la migración, los estados se han volcado a la firma del Pacto Global para la Migración (Global Compact for Migration) el 11 de diciembre en Marrakech. Así que las mujeres y los hombres que hemos participado en la Cumbre de los Pueblos para un Pacto Mundial de Solidaridad con Migrantes y Refugiados, en estos días hemos estudiado colectivamente y debatido cuidadosamente sus implicaciones para nuestros pueblos y para las y los migrantes y refugiados y hemos hecho nuestras propias conclusiones.
En esta cumbre, hemos llegado a la conclusión que el Pacto Global para la Migración no representa un cambio en las políticas y las acciones anti migrantes de la ofensiva actual contra las y los migrantes y refugiados, emprendida por muchos estados, principalmente del Norte. Se trata de más de lo mismo; las y los migrantes como mano de obra barata y criminalizados por el solo hecho de ser migrantes.
Aun más, consideramos que el Pacto Global para la Migración es un retroceso en materia de derechos humanos y en la protección de las y los migrantes y sus familias tal y como se establece en las pasadas Convenciones Internacionales aprobadas en el seno de las Naciones Unidas y en otras instituciones como la Organización Mundial del Trabajo.
Es cierto que algunos países han decidido no firmar el Pacto Global para la Migración, pero no lo hacen porque no estén de acuerdo con él, sino que lo hacen porque no va más allá de sus estrategias de discriminación y represión contra las y los migrantes y refugiados y, además, porque consideran que sus intereses no son debidamente satisfechos por instituciones como Naciones Unidas y se niegan a asumir responsabilidades ante la comunidad internacional.
El Pacto Global para la Migración propone la disciplina y la organización de la migración en función de los intereses de los estados y sus verdaderos jefes de las trasnacionales y del capital financiero. Salvo algunas aparentes menciones a las y los migrantes con eufemismos como el de “las necesidades de los migrantes en situaciones de vulnerabilidad”, los derechos humanos están supeditados a las políticas de seguridad y a la economía de las naciones.
Es así como manifestamos públicamente nuestro rechazo al Pacto Global para la Migración y depositamos en las manos de los movimientos sociales, de los colectivos para la protección de los derechos humanos de los migrantes, de los estados progresistas y de la sociedad civil, nuestra propia alternativa que recoge el espíritu, las conclusiones y las recomendaciones de nuestra cumbre.
III. NUESTRA ALTERNATIVA
Para nosotras y nosotros, la migración es un acto individual y colectivo de resistencia y rebeldía contra un sistema, por lo que nuestra alternativa es también un acto profundo de unidad en la resistencia y la lucha. Venimos luchado desde hace mucho por la defensa de los derechos humanos y contra la esclavitud, el colonialismo y las políticas anti-migrantes. Hemos alcanzado importantes victorias y hemos aprendido que no podemos avanzar ni defendernos si lo hacemos aislados y desarticulados. La reciente aprobación de la Declaración de Derechos Campesinos en la ONU, así como la Convención por los Derechos de los Pueblos Indígenas, la Convención Internacional para la Protección de los Migrantes y sus Familias o las Directrices por la Gobernanza de la Tierra en la FAO, son logros importantes que hemos alcanzado y que le damos su valor con unidad, tenacidad, convicción y sacrificios.
En base a ello proponemos un Acuerdo de un Pacto Mundial de Solidaridad y por los Derechos de los Migrantes que restablezca la primacía de los derechos humanos de las personas y de los pueblos, por sobre los beneficios e intereses de los Estados, las oligarquías y las transnacionales, garantizando la multilateralidad y la democracia en las Naciones Unidas.
Un Acuerdo que promueva la autodeterminación, la democracia y la soberanía alimentaria de los pueblos, posibilitando la construcción de economías locales sostenibles, solidarias y justas que garanticen a las poblaciones su derecho a vivir dignamente en sus territorios sin verse obligada a ningún tipo de desplazamiento forzado.
Un pacto que garantice asimismo el derecho inalienable a la libre circulación de todas las personas, promoviendo la cooperación regional e internacional para establecer políticas públicas que lo garanticen y protejan a quienes hayan optado por la migración, de toda vulneración de sus derechos, en especial contra las mujeres, los niños y las personas refugiadas por causas políticas, económicas, climáticas y sociales.
El respeto a los derechos humanos y asumir su responsabilidad por parte de los Estados puede impedir la criminalización, la represión o el encarcelamiento de las personas migrantes por el hecho de serlo, tanto en su trayecto migratorio como en sus países de destino y estancia, garantizando también la documentación y regularización de todas las personas, así como la ratificación y cumplimiento estricto de toda la normativa internacional que protege a las personas refugiadas, a las trabajadoras y a las migrantes y sus familias. La cooperación y solidaridad entre los Estados pudiera permitir políticas económicas que garanticen la cobertura de las necesidades básicas de toda la población, el combate al racismo, la xenofobia y a tipo de discriminación.
Este nuevo pacto requiere para su implementación del esfuerzo unitario e internacional de movimientos, organizaciones, colectivos y fuerzas sociales, y será construido desde abajo, desde nuestras familias, territorios y comunidades. Por ello hacemos un llamamiento a todas las personas y organizaciones que están de acuerdo en enfrentar el Pacto Global para el control de las migraciones de los estados, a apoyar y unirse a esta alternativa de pacto de solidaridad y unidad cuyo eje central es la defensa de los derechos plenos de las y los migrantes y refugiados de todo el planeta.
Marrakech, domingo 9 de diciembre, 2018
Fotos: Edu León
La Vía Campesina
Asociación Marroquí de Derechos Humanos y
Asociaciones de Derechos Humanos del Maghreb
Plataforma de las Asociaciones y Comunidades Subsahariana en Marruecos
Alarm Phone Marroquí
Alarm Phone Sahara
Consejo de Migrantes Subsaharianos en Marruecos
Colectivo de Mujeres Migrantes de Marruecos
Africa Europe Interact
Comunidad Congolesa en Marruecos
Transnational Migrant Platform Europa
Transnational Institute
Asociación de Refugiados de Africa Central en Mali
Asociación por la Defensa de los Inmigrantes de Mali
Asociación Lumière Sur Emigración en Marruecos