La solución al hambre en el mundo somos los campesinos y campesinas
Distribuido por La Vía Campesina en la plenaria de la CBD el 22 de Mayo de 2008
Históricamente los/as pequeños/as agricultores/as hemos desarrollado y conservado la agro- biodiversidad, reproduciendo semillas, intercambiándolas y adaptándolas a los cambios del clima, garantizando la continuidad de la agricultura y el abastecimiento a nivel local, así como la seguridad y soberanía alimentaria.
Frente a la dramática crisis alimentaria global, los intereses corporativos están abogando por una nueva revolución verde en África como estrategia para incrementar la productividad. Sin embargo, aunque utilicen conceptos como “sustentabilidad”, “metodologías participativas” y “manejo de la biodiversidad”, las bases son las mismas que hoy generan esta crisis y la creciente perdida de la biodiversidad.
La revolución verde fue implementada en los últimos 50 años en America Latina y Asia generando una extrema dependencia de insumos químicos derivados del petróleo, la degradación progresiva de la biodiversidad, los suelos y el agua; la concentración de la tierra y la expulsión de los campesinos, indígenas y pequeños agricultores. El proceso de industrialización de la agricultura a su vez intensificó del uso de combustibles fósiles tanto en la producción como en el transporte de mercancías.
Este fracaso demuestra que en ese camino no encontramos respuesta al hambre y al cambio climático, ni a corto ni a largo plazo.
Por el contrario, son los/as pequeños/as agricultores/as quienes tienen la capacidad de alimentar al mundo, en tanto la agricultura campesina promueve la diversificación de alimentos, sustenta las culturas tradicionales y no daña el medio ambiente. Es más, las producción a pequeña escala, ecológica y local es una acción inmediata y efectiva para reducir las emisiones de carbono y enfriar el planeta.
Por lo tanto la alternativa para África, así como para una respuesta efectiva a la crisis global de alimentos, no es una nueva revolución verde, sino la construcción de la soberanía alimentaria.
La soberanía alimentaria significa el derecho de los pueblos a definir sus propias políticas de producción y distribución de alimentos, con tecnologías locales y de una forma cultural y ambientalmente adecuada, poniendo a los/as pequeños/as agricultores/as, los/as pescadores/as artesanales, los/as pastores/as y comunidades indígenas en el centro de los sistemas alimentarios.
Por ello, entendemos que es la tarea de la COP9 desarrollar una estrategia de conservación de agro-biodiversidad que reconozca el protagonismo de los agricultores y conciba su centralidad en la lucha contra el hambre y el cambio climático. A pocas semans de la Cumbre sobre la Crisis Alimentaria de la FAO en Roma es tiempo de reconocer la importancia de las comunidades campesinas y de asegurar su plena participación en las discusiones sobre la crisis alimentaria y ambiental.