La OMC fracasa de nuevo: La primera vez fue una farsa, la segunda una tragedia

Declaración final de la Coalición de organizaciones de la sociedad civil en Doha

La coalición de grupos de la sociedad civil en Doha aplaude el coraje y la determinación demostrados por los países en desarrollo en la defensa del sistema de comercio contra la imposición de la agenda conglomerada de los EEUU y la UE sobre el mundo en desarrollo. La troika EEUU, UE y Director General de la OMC ejerció enorme presión para extender masivamente los tentáculos de la OMC, a nuevas áreas de la economía global tales como la inversión. Y ha fracasado.

Las lecciones de la debacle de Seattle en 1999 no fueron tenidas en cuenta. El proceso de negociaciones en Ginebra careció de transparencia y fue altamente injusto para la mayoría de los afiliados a la OMC. Las inequidades continuaron en Doha. Los muy criticados "Salones Verdes" de Seattle fueron utilizados de nuevo y el poderoso papel de facilitadores no electos entre los grupos informales dió como resultado que dichos personajes fueran caracterizados como los "hombres verdes". Los representantes de la sociedad civil en Doha denunciaron las prácticas poco éticas de ciertos gobiernos del mundo rico, tales como condicionar el presupuesto de ayuda y las preferencias comerciales a las posiciones políticas de los países en desarrollo en materia comercial, y ejercer presión individual sobre negociadores particulares de los países en desarrollo. El enfoque de los principales países y bloques comerciales en el mundo rico fue arrogante, como si ellos pudieran concertar una agenda y luego imponerla sobre el resto del mundo.

En Doha, los tratados comerciales continuaron negociándose en base a acuerdos orientados exclusivamente por intereses comerciales y por el sometimiento ideológico a la liberalización del comercio, en lugar de emprenderse una valoración completa del impacto de políticas anteriores sobre los pobres, el medio ambiente y los derechos humanos. En consecuencia, el actual sistema de comercio ha perdido la confianza de muchos de sus miembros y de la opinión pública en general. Hace falta una revisión independiente y exhaustiva que permita a la OMC encarnar la democracia interna frente a sus afiliados, su compromiso genuino con la sociedad civil y una rendición de cuentas, a través de sus gobiernos afiliados, ante sus propias sociedades. Tenemos expectativas de que el liderazgo del Designado del Director General logre establecer la independencia, transparencia y legitimidad del Secretariado de la OMC.

La tragedia de Doha fue que las propuestas que los países en desarrollo han hecho reiteradamente a partir de 1999, en el sentido de establecer reglas del juego más justas, todavía no han sido consideradas en conjunto, mucho menos aceptadas e implementadas. Como afirmara esta semana el Ministro de Comercio e Industria de Tanzania, el señor Iddi Simba, los problemas causados por el comercio injusto están costando vidas. Quiénes más riesgos corren son los millones de personas, en especial mujeres y niños, que no tienen acceso a los derechos humanos básicos ni a un mínimo de oportunidades. Esta conferencia ministerial de Doha debió servir para comenzar a eliminar las grandes desigualdades existentes en las reglas de comercio actuales. Pero la muy publicitada ’Ronda del Desarrollo’ no encierra tal desarrollo. La reunión ministerial de Doha le ha fallado a los pobres del mundo..

Nuevamente los gobiernos afiliados a la OMC han dejado de abordar las graves preocupaciones existentes en torno al impacto de los tratados de comercio sobre la población más pobre y el medio ambiente. La mayoría de las propuestas positivas provenientes de la sociedad civil no fueron consideradas. Estas incluyen la protección de los derechos al desarrollo, la promoción de las economías locales, la seguridad alimentaria, los derechos sociales, culturales y laborales, y la protección ambiental. Dichas propuestas reconocen que el área de competencia de la OMC deberá limitarse al comercio propiamente dicho, y que los conflictos entre el comercio y los tratados internacionales deberán dirimirse por fuera del sistema de la OMC. La reforma del sistema global también deberá incluir la regulación de los actuales actores principales de la economía global, las corporaciones multinacionales.

La sociedad civil está convocando a avanzar un proceso que conduzca a la regulación de la economía global, basada en los estándares fijados por la ONU, a ser adelantada en foros que se celebrarán el año entrante, tales como la conferencia de la ONU sobre Financiamiento para el Desarrollo, la Cumbre Mundial sobre Alimentación, y la Cumbre de la Tierra + 10. Sin embargo, la atención de los grupos de la sociedad civil que se hicieron presentes en Doha, y la de cientos de miles de personas que participaron en movilizaciones en más de 35 países, seguirá siendo puesta sobre la OMC. Nosotros/as y los miles de contrapartes de la sociedad civil que no pudieron asistir a esta reunión, renovaremos nuestra labor tendiente a aumentar la toma de conciencia y la capacidad de movilización durante las negociaciones actuales y por venir. Continuaremos haciéndolo hasta que las reglas del comercio sirvan para promover el desarrollo sustentable, la reducción de la pobreza y los derechos humanos.