“La lucha internacional sólo será posible si se lleva a cabo un intenso proceso de organización de los pueblos”, afirma una coordinadora nacional del MAB
Un análisis sobre la energía en el escenario de la crisis internacional, la retomada de las tasas de lucro por el capital, los impactos de la crisis sobre los trabajadores y la manera en que la clase trabajadora puede sumar fuerzas con las luchas sociales. Estas y otras cuestiones son abordadas por Soniamara Maranho, de la coordinación nacional del MAB, en entrevista al Sector de Comunicación del Movimiento. A través de esta dirigente conocemos la lectura que el MAB hace sobre el actual momento coyuntural, y que será llevado al Seminario Internacional “Alimentos, agua y energía no son mercancías. Dicho Seminario tendrá lugar a finales de este mes de octubre, del 29 al 31, en Bilbao, País Vasco, España.
Lea la entrevista completa realizada a Soniamara Maranho.
Sector de Comunicación del MAB: ¿De qué modo el capital continúa apropiándose de los recursos naturales y del trabajo de los trabajadores a través del sector eléctrico en la actual coyuntura de crisis?
Soniamara Maranho: A nuestro entender, el capital a nivel mundial está haciendo cuatro grandes movimientos para intentar salir de su crisis. Uno de ellos es apropiándose de la base de alta productividad natural, es decir, de los mejores recursos naturales: ríos, petróleo, tierras para agro combustibles, etc. Esto está sucediendo con la apropiación privada directa por parte de las transnacionales a través de adquisiciones, subastas, licitaciones, privatizaciones, concesiones… En Brasil, por ejemplo, la gran mayoría de las centrales hidroeléctricas hoy, son propiedad de transnacionales, el petróleo está siendo apropiado por transnacionales petroleras, las mejores tierras están siendo adquiridas por la Shell y otras empresas, y así sucesivamente.
El segundo movimiento del capital es aumentar la explotación sobre los trabajadores, esto puede suceder de dos formas: reducción de los salarios, aumento e intensificación de las jornadas de trabajo, precarización de las condiciones de trabajo y demisiones. También están atacando y negando los derechos a las poblaciones afectadas por las obras de energía. Asociado a esto, el capital retoma sus tasas de lucro a través de las tarifas de energía, elevando los precios a niveles cada vez más altos para las residencias. En el caso brasileño, si hay 120 mil trabajadores del sector eléctrico que han sido atacados en sus condiciones laborales, existen 60 millones de residencias que cada mes deben pagar tarifas excesivas. Por tanto, nuestra evaluación es que las tarifas residenciales de energía son hoy una estrategia para sustentar el lucro de toda la cadena de industria eléctrica.
Ya, el tercer movimiento, es el que utiliza el capital para apropiarse de las estructuras y de los recursos financieros del Estado, adueñándose del presupuesto general de la Unión a través de la deuda, la apropiación de los recursos del Banco Nacional de Desarrollo Económico y Social mediante financiamientos ventajosos, acaparamiento de los lucros de las estatales y la privatización. Por este motivo que existe una fuerte presión sobre los Estados nacionales para imponer la tal austeridad, que en realidad no es otra cosa si no cortar gastos sociales para que el Estado pueda pasar el excedente de dinero a los capitalistas, que buscan en el Estado su salvación de la crisis.
Por fin, el cuarto movimiento que el capital está haciendo es el de crear nuevas tecnologías y adueñarse de las más efectivas. Entendemos que la tecnología tiene el objetivo de producir más con el menor número de trabajadores. En el caso concreto de la energía, la grande disputa gira en torno a la apropiación y el control de las hidroeléctricas, ya que estas poseen un mayor rendimiento en la generación de electricidad que el resto de tecnologías.
¿Cuál es el papel que ocupa la energía a nivel mundial dada la coyuntura?
El MAB evalúa que la energía tiene un papel estratégico, ya que tiene una relación directa con la producción de valor de los trabajadores en la industria. Es decir, la energía aumenta la productividad del trabajo de los trabajadores, por tanto, permite también aumentar las tasas de lucro del capital. El caso de la energía hídrica es clave, ya que permite al capital extraer unas tasas de lucro extraordinarias. Así, las empresas que dominan las tecnologías de energía y que posibilitan esta generación de lucros tan extraordinarios, consiguen sobrevivir mejor en los periodos de crisis mundial, evitando la quiebra.
En relación a las contradicciones que se acumulan en las luchas sociales, ¿cuáles son los impactos de la crisis para los trabajadores del mundo?
Entendemos que, con el agravamiento de las condiciones de vida de los trabajadores y con la generación y concentración de riqueza cada vez mayor, está sobrepasándose el límite, este es el origen de la crisis. Por otro lado, las altas tarifas y la reducción en la calidad de los servicios públicos están afectando a toda la población y eso es una gran contradicción, ya que los grandes empresarios quieren que el pueblo pague la cuenta.
La otra cuestión es el agravamiento de la situación ambiental. Las grandes corporaciones son las responsables por la destrucción, cada vez mayor, de nuestro planeta, y ahora quieren que el clima se vuelva una mercancía más, para que puedan privatizar los bosques, los ríos y todas las fuentes de energía. Los mecanismos que el capitalismo verde está apuntando como alternativas no nos sirven, muy por el contrario están destruyendo cada vez más el planeta, prueba de ello son las hidroeléctricas, que son calificadas de fuente de energía limpia y sostenible, aunque lo cierto es que no lo son, hay mucha violación y destrucción por detrás de una presa. Nosotros, afectados por las presas, somos prueba real y concreta de ello.
La lucha contra la privatización y la retomada de aquello que ya fue privatizado es otra estrategia importante en la que debemos de avanzar. El capital quiere adueñarse de toda la cadena de energía, quiere tener el control total, es por este motivo por el que van a continuar presionando para seguir privatizando, y cuanta más privatización más trasferencia de riqueza para los grandes capitalistas. Por tanto, entendemos que nuestra unidad debe de ser tan fuerte como sea necesaria para impedir el avance de las apropiaciones privadas, tanto sobre el patrimonio público estatal como sobre los recursos y bienes naturales.
Para acabar, ¿cómo entienden los líderes del MAB qué se debe acumular fuerzas y avanzar en la lucha de clases en el ámbito internacional?
La respuesta a esta pregunta no está en la matriz de energía, esto es, la discusión no está en si se es a favor de una o de otra matriz. Lo más importante es la lucha por la construcción de otro modelo, lo que significa cambiar a quien controla la energía, ya que actualmente los dueños de la energía en Brasil y en el mundo son los mismos, y ellos no tienen interés en mejorar la situación de vida, ni la de los afectados por las obras ni la de los trabajadores de la energía. También es central cambiar el sistema de tarifas, o sea, los ricos deberían pagar más por la energía consumida y los pobres menos, justamente al contrario de lo que sucede hoy, por eso tenemos que luchar para transformar.
La otra cuestión es organizar una estrategia mundial de resistencia, que debería estar pautada por el fortalecimiento de las organizaciones sociales. Entendemos que para que la lucha intencional se dé, debe de haber un intenso proceso de organización de los pueblos, en caso contrario, las luchas se vuelven espontáneas y con poco acumulo para continuar avanzando. En este sentido, precisamos fortalecer procesos de luchas nacionales e internacionales, articuladas contra nuestros enemigos principales. Es decir, necesitamos hacer jornadas de luchas unificadas mundialmente y contra enemigos comunes. Por fin, consideramos necesario también, desenvolver un intenso proceso de formación de nuestra militancia, para prepararla con un alto nivel de conocimientos e ideología.