La acción como única garantía de conquistas
Escuche Entrevista. Balance del VI Congreso del MST. Un proceso que insumió más de dos años y medio de trabajo, y que tuvo como punto álgido un encuentro con varios miles de campesinas y campesinos de todo Brasil. “Un proceso que no empezó ahora, y que tampoco termina aquí”. Así definió el recientemente finalizado VI Congreso del Movimiento de los Sin Tierra (MST), Itelvina Massioli, dirigenta nacional de este referente a nivel internacional de la lucha popular por la tierra, la reforma agraria y la Soberanía Alimentaria.
Itelvina evaluó que este congreso “logró marcar una nueva etapa en nuestra lucha por la tierra y nuestra lucha de clases en general”. “El balance es muy, pero muy positivo”, afirmó, al empezar la charla.
Un creciente protagonismo de las mujeres
En los últimos años, la agenda feminista, bajo la bandera del feminismo campesino y popular, se ha instalado con fuerza en los movimientos campesinos de América Latina. Esto ha venido de la mano de una creciente asunción de roles políticos de las campesinas: “Podemos hablar de un avance de un protagonismo político de las mujeres sin tierra en la construcción del movimiento en estos 30 años, pero sobre todo en la lucha política, en la lucha por la tierra y por la reforma agraria”, expresó la dirigenta.
En lo referente al congreso, la participación según ella, no se remitió a una cuestión de presencias y/o números: “Garantizamos desde todas los estados, una fuerte participación de las mujeres, pero no solamente en términos de porcentajes. Nosotras estuvimos conduciendo el proceso y el propio desarrollo del congreso, donde muchas de nuestras compañeras estuvieron interviniendo en las distintas mesas y momentos de nuestro congreso”.
Otro punto que destacó fue el referente a que el debate sobre el rol político de la mujer, no se dio en un espacio aislado, sino en la plenaria del congreso con los más de 15 mil participantes: “garantizar y fortalecer la participación de las mujeres no es una tarea exclusiva de las mujeres, tiene que ser una decisión política del conjunto del MST. Este compromiso en nuestro congreso va a potencializar el protagonismo de las mujeres en todo el país”.
La unidad en la práctica
A Brasilia llegaron unos 200 militantes, intelectuales, “luchadores y luchadoras de todo el mundo”, provenientes de 27 países. Además, participaron los demás movimientos que conforman la Vía Campesina Brasil, representantes de movimientos indígenas, quilombolas (descendientes de esclavos libres), centrales sindicales y movimientos de mujeres.
“Hablar de unidad es muy sencillo en el discurso, pero es el ejercicio de esta construcción lo que constituye un desafío. No vamos a avanzar, sino llevamos a cabo un proceso de construcción de una fuerte alianza que involucre a todos los actores políticos del campo y la ciudad. Debemos encontrar en nuestras luchas los puntos que nos unen”, afirmó la dirigente campesina en referencia a los aliados que fueron parte del VI Congreso del MST.
Al igual que lo señalado con respecto al proceso general del encuentro, Itelvina reiteró: “El congreso demostró la capacidad de juntar las fuerzas de izquierda, los movimientos sociales populares, sindicales, de distintas iglesias, consolidando y fortaleciendo un proceso de construcción de alianzas que no ocurre recién en el congreso. El Congreso va sedimentando este proceso, pero se trata de una construcción de muchos años, de las acciones de formación, con las mujeres, con los jóvenes. Hay que cultivar cada día en las acciones concretas esta nuestra capacidad de ir agregando los distintos sectores y actores políticos para que se fortalezca la lucha de clases, la lucha por la tierra, por la soberanía alimentaria, en contra de este modelo del capital y del imperio”.
“El abril más rojo de la historia de Brasil”
A la mañana del día siguiente al que el movimiento realizó una gran marcha por las calles de Brasilia, varios dirigentes se encontraban reunidos con la presidenta de Brasil, Dilma Rousseff. Habían pasado ya tres años desde que el MST solicitó una instancia como esta con la sucesora de Luiz Inácio Lula da Silva, presidente brasileño por dos períodos, desde 2003 a 2010.
Pero la dirigenta aclara: “En el marco de este congreso ninguna solicitud de encuentro con la presidenta fue cursada. Esta reunión es resultado de que hayamos dejado Brasília roja”, refiriéndose a la marcha y acto en el que participaron más de 16 mil integrantes del movimiento.
Sobre finales del año pasado, el Instituto Nacional de Colonización y Reforma Agraria (INCRA) y el Ministerio de Desarrollo Agrario, promovieron la implementación de la Medida Provisoria de la Reforma Agraria, una política que permite, entre otras cosas, la titulación de tierras para las familias asentadas.
En la reunión con la jefa de Estado, los dirigentes alertaron sobre el peligro que representa la aplicación de esta medida. Se trata, según Itelvina de “un mecanismo que denominamos privatización de las tierras de la reforma agraria”.
Este punto de la reunión fue uno de los que destacó la dirigenta : “Lo explicamos y la presidenta se mostró muy desinformada de esto; y asumió el compromiso público de revertir esta situación. Nosotros lo que reivindicamos no es el titulo de la tierra, sino el derecho a su uso”.
Sin embargo, más allá del encuentro con Rousseff, la militante expresó que la resolución del movimiento tanto a partir de la reunión, como luego de finalizado el Congreso, es de “salir con el compromiso de reforzar nuestra lucha, de hacer el abril más rojo de la historia de Brasil”, dijo en referencia al mes de movilizaciones que recuerda la masacre de campesinos en Eldorado dos Carajás en 1996.
“Potenciaremos las ocupaciones de tierras, las marchas, las acciones concretos. Esto es la garantía de que tengamos conquistas reales.”, concluyó Itelvina Massioli.