Juventud y derechos campesinxs
Por Lieser Inabel Ramírez Pujols y Katherinne Cabrera*. Publicado en Nodal, Noticias de America Latina y el Caribe, el 26 de Octubre de 2018
Si dirigimos una mirada a lo que conocemos como los derechos humanos en sentido general, adoptada a partir del 1948, sabemos que desde entonces todos los seres humanos sobre las faz de la tierra contamos con una carta que nos ampara ante cualquier tipo de atropellos, violaciones y maltratado.
Los campesinos y campesinas nos sentimos desprotegidos/as ya que no hay ninguna carta de los organismos, que procuran las libertades, derechos y disfrute de la humanidad, como la ONU, la FAO, u otro órgano multilateral que nos conceda el derecho al acceso a las tierras, a semillas nativas, a producir sano para el autoconsumo o para garantizar la sostenibilidad económica de nosotros/as familiares.
Los/las jóvenes campesinos/as hemos sido los más afectados por la ausencia de estos derechos fundamentales, ya que en primer lugar no hay ninguna ley, ninguna iniciativa que nos garantice el acceso a las tierras como dueños o dueñas. Siempre tenemos acceso a las tierras en calidad de hijos e hijas de los padres que tienen acceso a las tierras, las trabajamos igual, las ponemos a producir pero desde la óptica de ayudantes de la familia, no como propietarios ni propietarias.
Los/las jóvenes no contamos con leyes que obliguen a los gobiernos a construir universidades en las proximidades de nuestros pueblos, para así poder estudiar las carreras de nuestras preferencias, sin la necesidad de tener que abandonar nuestras tierras, o mejor dicho las tierras de nuestros padres.
Los jóvenes nos vemos obligados a emigrar a las ciudades para poder estudiar, y en la mayoría de los casos tenemos que buscarnos un trabajo, en muchos casos empleo informal, ya que el Estado no nos garantiza las facilidades (logística y económica) para que nos dediquemos únicamente a estudiar para terminar nuestras carreras.
Es importante que se continúe la lucha por los derechos campesinos y de manera íntegra la lucha por los derechos de las juventudes en el acceso de manera independiente a los procesos de producción de nuestras tierras para también producir acorde a nuestros propios criterios y tener libertad para tomar las decisiones al momento cuando las tierras son descosechadas
Si citamos ejemplos en los países del Caribe, vemos:
En el caso de República Dominicana hace más de 70 años que se hizo una reforma agraria. Los gobierno que han pasado durante más de siete décadas han favorecido la concentración de tierras, los monocultivos y a los terratenientes. Al día de hoy en RD hay una familia que tiene el control legal (títulos) de más del 20% de las tierras. También una gran cantidad de tierras, que fuera propiedad del Estado y que los gobiernos regalaron al sector privado, es utilizada para ingenios azucareros. Bajo estas condiciones las juventudes tenemos muy pocas probabilidades para acceder a las tierras, y con gobiernos neoliberales en RD es mucho menos probable lograr la sanción de leyes que garanticen los derechos de los/las jóvenes para acceder a tierras, con reformas rural integrales.
Si vemos a Haití, la concentración de las tierras es más caótica que en los demás países de la región. Primero, no hay control medioambiental y los bosques son depredados. Los haitianos tienen poca posibilidad de acceder a las tierras, y los jóvenes campesinos emigran a otros países, principalmente a la República Dominicana.
Si hablamos de Puerto Rico, teniendo en cuenta que es una colonia de Estados Unidos, sustenta su alimentación en base a las importaciones. Y ahora, tras el paso de los ciclones Irma y Maria quedó devastado. Los campesinos y campesinas entraron en un estado de desesperación y más del 20% de su población ha emigrado. Los pocos campesinos que han tomado la iniciativa de regresar a producir las tierras para su autoconsumo, son jóvenes que decidieron retornar de la ciudad al campo. El campesinado en Puerto Rico sigue en lucha constante para lograr su independencia de EEUU, y que esta independencia traiga consigo reformas agrarias que garanticen y prioricen derechos de las campesinas y campesinos, sobre todo la poblacion joven
En cambio, Cuba es la esperanza del Caribe, un país que a partir del año 1959 tras el triunfo de la Revolución armada, tomó la decisión de iniciar la construcción del socialismo. Al pueblo cubano le ha costado enormemente esta construcción, ya que vive y sobrevive bajo un bloqueo económico y comercial desde hace más de 50 años. impuesto por EEUU, que le ha impedido disfrutar de más de 950 mil millones de dólares. Pero ésto no ha limitado a Cuba en su afán de tener leyes que garanticen los derechos de los campesinas y campesinos a una porción de tierra para producirla, desde un enfoque social , solidario y comercial (siendo este último no el menos importante pero el que se emplea luego de garantizar los dos anteriores).
En Cuba, esta la ley que impulsa el Estado para que quien quiera cosechar las tierras le entregan 20 hectáreas y se le facilitan las herramientas, maquinarias y tecnologia para que inicie la siembra, además de un crédito para su primera cosecha. Cuba desarrolla la agroecología como bandera de lucha para garantizar seguridad soberanía alimentaria. En Cuba los campesinos y campesinas desarrollan las actividades agrícolas integrando toda la familia (madre, padre e hijos), y tienen claro que el cooperativismo es una herramienta importante para la organización, producción y formación.
Además, el Estado juega un papel importante en el proceso agrícola del país, al garantizar la compra del 100% de las producciones. Asimismo, el campesino tiene la libertad de que si la producción contratada con el gobierno tiene un excedente, pueda venderla en otros lugares a precio del mercado. En Cuba, el productor/a campesino y campesina es quien recibe los mejores ingresos dentro del quintil económico.
* Articulación de Jóvenes Cloc-VC Región Caribe