Ginebra: Aprendizajes y desafíos en acceso a reparación
Intervención de Julia Fernandes, MAB/La Vía Campesina/International Association of Democratic Lawyers en la ONU sobre la importancia de un Tratado Vinculante que acabe con la impunidad.
(28 de Octubre de 2016) Hablamos en nombre del IADL y del MAB, una organización de base, nacional que lucha en defensa de los derechos de las comunidades afectadas por represas y por un proyecto energético popular. El Movimiento de Afectados por Represas, MAB, forma parte de La Vía Campesina Internacional.
En nombre del lucro las empresas transnacionales se apropian indebidamente de los recursos naturales, contaminan los suelos, las aguas, los alimentos y el aire. Los derechos de las populaciones afectadas no son reconocidos, y además violan las ETNs los DDHH y criminalizan personas y organizaciones legítimas, que se atreven a oponerse. Utilizan incluso en muchos casos la eliminación física de defensores de DDHH. La impunidad de las empresas y gobiernos, está llevando a una naturalización de todo este proceso de violación de DDHH. El Tratado vinculante será una herramienta para las luchas de las populaciones que defienden sus derechos en diferentes territorios.
Los afectados tienen muchas dificultades para acceder a justicia y reparaciones. Por ejemplo, en Brasil, tenemos 2 leyes como el mandato de seguridad que garantiza que los proyectos considerados de interés nacional no son interrumpidos ni en caso de investigación y pruebas de violaciones de Derechos humanos, lo que niega la primacía de los derechos humanos. Otra dificultad para el afectado es que tiene que probar su estatus de afectado y sus pérdidas, lo que es una inversión de la obligación de prueba, que demuestra la necesidad de una definición amplia e inclusive del concepto de afectado. Con el actual gobierno golpista en Brasil, hay aún mayor dificultad de implementar políticas a favor de los afectados y garantizar su acceso a la justicia porque hay una estrecha relación ente los intereses privados y el gobierno ilegítimo.
En este largo proceso de construcción de nuestras organizaciones, de nuestras resistencias, acumulamos varios aprendizajes y desafíos entre ellos destacamos:
– Hay una clara política y un patrón de violación de Derechos humanos cometidas por las empresas transnacionales, en complicidad con muchos gobiernos y países que utilizan los mismos mecanismos para consolidar su política de acumulación. Por ejemplo, la empresa minera Vale, viola derechos laborales, medioambientales y políticos en varias partes del mundo, y hace falta juzgarla al nivel internacional para re-equilibrar el balance de poder a favor de los afectados.
– Que los pueblos afectados necesitan de forma unida participar en todo el proceso de construcción y de monitoreo de la aplicación del Tratado vinculante, que deben decidir sobre sus vidas y futuro.
– Monitorear también donde el derecho fue reconocido pero no cumplido por las empresas como el caso de las condiciones en Belo Monte, Brasil, y de los pueblos indígenas de Ecuador, afectados por Chevron/Texaco.
– Que todo el proceso de reparación tiene que ser visto y concebido globalmente, las conquistas en ciertas regiones, tienen que transformarse en políticas para las demás regiones. Y así evitar que las empresas transnacionales se aprovechan de vacíos jurídicos en legislaciones nacionales e internacionales.
Queremos afirmar aquí, que continuaremos en lucha por la defensa de nuestros derechos en contra del poder y la impunidad de las empresas transnacionales, y por la construcción de una sociedad más justa y soberana.