Conferencia Internacional de Reforma Agraria – Jornada Luchas Campesinas

(Marabá, 15 de abril de 2016) Durante debate, militantes apuntaron los principales desafíos enfrentados en la lucha de los trabajadores y trabajadoras por el mundo. Rosana Fernandes, de la Escola Nacional Florestan Fernandes, del MST, apuntó la importancia de recuperar la construcción teórica producida por La Vía Campesina Internacional, principalmente sobre la soberanía alimentaria. “Tenemos que desarrollar una producción que esté en equilibrio con la naturaleza. Tenemos experiencias de producción agroecológica en América Latina, necesitamos mantener y ampliar esas experiencias”.

Además, la educación en el campo, de la misma manera, tiene gran importancia dentro de un proyecto campesino popular. “Esa educación en el campo necesita atingir muchos niveles de educación. Y eses espacios deben ser también territorios ideológicos de la clase trabajadora y de los campesinos. Hay una carencia mundial en la formación de carácter ideológico en muchos niveles, desde la base hasta otros cuadros e, incluso, entre los y las dirigentes… Para eso, cada organización en cada región del mundo tiene el desafío de poner a disposición personas, dirigentes y cuadros que puedan ayudar en eso”, analizó Rosana.

De la misma manera, es necesario avanzar en la participación de las mujeres, de la juventud y de la diversidad sexual dentro de las organizaciones. “Necesitamos mostrar a la sociedad nuestros proyectos, sobretodo dentro de dos dimensiones: una en el dialogo con nuestra propia base y otra dimensión que es el dialogo con la sociedad. Necesitamos ganar corazones y mentes”, enfatizó ella.

En el mismo sentido, para Rosana es necesario construir alianzas entre la clase trabajadora. “Necesitamos unificar esa fuerza campesina, esa fuerza social en torno de los objetivos comunes. Necesitamos identificar nuestros aliados más directos, pensar pautas y luchas unificadas junto a las clases trabajadoras urbanas. Necesitamos construir una unidad en eso. Otro desafío es la articulación de las luchas a nivel mundial, una vez que nuestros enemigos son los mismos”, concluyó ella.

Abdullah Aysu, de la Confederación de Sindicatos Campesinos de Turquía – Çiftçi Sendikaları Konfederasyonu – destacó que en la medida en que el capitalismo se globalizó, aumentaron los problemas y la situación resultó cada vez más complicada. “Aumento de los precios de los alimentos, cambios climáticos, crisis energética, todo está interrelacionado”.

El líder turco retomó los conflictos en el Oriente. La primera cosa que los E.E.U.U. hicieron cuando invadieron Irak ha sido prohibir la utilización de semillas nativas. Empezaron a impedir el derecho de los campesinos de producir. “Primero ha sido en Irak, después en Egipto y ahora en Siria. Siria es uno de los países donde hay la mayor cantidad de sectas religiosas y son muchos los conflictos. Los países capitalistas se involucraron en esa crisis y en el proceso bélico. Vimos bombardeos en muchas regiones. Y trabajar en la tierra se tornó imposible, pues destruyeron la tierra y la envenenaron, dijo Aysu. Otro desafío indicado por él es el constante proceso migratorio en la región, una vez que millones de personas salen de sus ciudades en razón de la guerra y una de las entradas para la Unión Europea es a través de Turquía. Entre tanto, el país estableció un acuerdo con la Unión Europea para impedir la entrada de eses refugiados en la región.

Abdullah concluyó diciendo que mismo ante los desafíos y dificultades, las organizaciones siguen luchando en contra del capitalismo y en contra de su exploración hacia los pueblos.

Sofia Monsalve, de Fian Internacional, retomó la importancia de la unión de las luchas a nivel internacional y destacó que es necesario luchar en contra de la privatización de los derechos y por la soberanía de los pueblos en todo el mundo.

*Autora: Cristiane Passos – Asesora de Comunicación de la Comissão Pastoral da Terra (CPT) – colectivo de comunicación de la Conferencia Internacional de la Reforma Agraria.

**Investigadora de Derecho Agroambiental y Derechos Humanos de la Universidade Estadual Paulista – UNESP.

Traducción: Amanda Verrone