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17 de Abril: “Contra el acaparamiento y por la recuperación de nuestra tierra y nuestros territorios”

17 abril 2011 @ 0 h 00 min

Hoy en Gijón, la primavera se convertía en aliada. Lo que estaba programado para dos horas, se convirtió en cuatro. Zancudos representando a multinacionales venenosas   acaparadoras de la alimentación , puestos con semillas asturianas, entrega de plantas de huerta y de plántulas de árboles asturianos, lectura de poemas y pronunciamientos, texto solidario con Manu Brabo, con la presencia de sus padres, música espontánea, performances rurales, tejido colectivo.. y reivindicación del mundo rural vivo, comida popular, entrega de pasquines y libros  , y un “enlace” final, con los pañuelos verdes que ya habian servido para “la mística” del fin de semana anterior, en el Tribunal de Justicia Climática en Siero, para “enlazar-las-Luchas”, y para simbolizar alianzas entre territorio asturiano y ámbito internacional…, ..  en el acompañamiento del día..

 

Día Internacional de la Lucha Campesina.
Siete empresas en el estado español controlan el 75% de la
distribución de los alimentos. Y esta tendencia va a más. De tal manera  que el consumidor cada vez tiene menos puertas de acceso a la comida y  lo mismo le pasa al productor a la hora de acceder al consumidor. Este  monopolio otorga un control total a los supermercados a la hora de
decidir sobre nuestra alimentación, el precio que pagamos por lo que  comemos y cómo ha sido elaborado.
La agricultura industrial, kilométrica, intensiva y petrodependiente  se ha demostrado incapaz de alimentar a la población, a la vez que ha  tenido un fuerte impacto medioambiental reduciendo la agrodiversidad,  generando cambio climático y destruyendo tierras fértiles. Para acabar
con el hambre en el mundo no se trata de producir más, como afirman los  gobiernos y las instituciones internacionales. Por el contrario, hace  falta democratizar los procesos productivos y propiciar que los  alimentos estén disponibles para el conjunto de la población..
Hace falta recuperar el control social de la agricultura y la  alimentación. No puede ser que unas pocas multinacionales, que  monopolizan cada uno de los tramos de la cadena agroalimentaria, acaben  decidiendo lo que comemos. La tierra, el agua y las semillas han de  estar en manos de los campesinos, de aquéllos que trabajan la tierra.  Estos bienes naturales no han de servir para hacer negocio, para  especular. Los consumidores hemos de poder decidir qué comemos, si
queremos consumir productos libres de transgénicos. En definitiva, hay  que apostar por la soberanía alimentaria..

que consiste en tener la capacidad de decidir sobre todo aquéllo que haga referencia a la producción, distribución y consumo de alimentos. Apostar por el cultivo de variedades autóctonas, de temporada, saludables. Promover los circuitos cortos de comercialización, los mercados locales.

Combatir la competencia desleal, los mecanismos de dumping, las ayudas a  la exportación. Conseguir este objetivo implica una estrategia de  ruptura con las políticas de la Organización Mundial del Comercio (OMC).

Pero reivindicar la soberanía alimentaria no implica un retorno  romántico al pasado, sino que, por el contrario, se trata de recuperar  el conocimiento de las prácticas tradicionales y combinarlas con las  nuevas tecnologías y saberes. Asimismo, no consiste en un planteamiento  localista sino de promover la producción y el comercio local, en la que  el comercio internacional funcione como un complemento del anterior.

 

Comer se convierte en   un acto político:
Lo que comemos es resultado de la mercantilización del sistema alimentario y de los intereses del agrobusiness. La  mercantilización que se está llevando a cabo en la producción agroalimentaria es la misma que afecta a otros muchos ámbitos de nuestra vida: privatización de los servicios públicos, precarización de los derechos laborales, especulación con la vivienda y el territorio. Es
necesario anteponer otra lógica y organizarse contra el modelo agroalimentario actual en el marco del combate más general contra el capitalismo global.

 

Un Día de Lucha y Resistencia:

En el Estado de Pará (Brasil), el 17 de Abril de 1996,   alrededor de 1500 campesinos y campesinas sin tierra, que habían venido  luchando cerca de dos años por su derecho se  asentaron en un espacio de tierra no-productiva después de haber sido expulsados de sus propias tierras, se movilizaron hacia la capital de Pará, con el fin de presentar sus demandas y exigir solución para su situación. Cuando llegaron a la ciudad de Eldorado de Carajás la marcha se detuvo para que las mujeres embarazadas y los niños descansen, pero fueron atacados por más de 100 policías militares, quienes dispararon con armas  a los manifestantes, 19 compañeros y compañeras murieron cayeron muertos y 69 resultaron heridos en esta masacre. Hasta la fecha, no ha habido ninguna condena para los responsables de este crimen contra los campesinos del Movimiento Sin Tierra de Brasil.

El mismo día, dirigentes campesinos, hombres y mujeres de todo el mundo que son parte de la Vía Campesina se encontraban reunidos en Tlaxcala, México en su Segunda Conferencia Internacional, quienes al saber de estos hechos, declararon al 17 de Abril como el “Día Internacional de la Lucha Campesina”, en reconocimiento y homenaje a compañeros y compañeras quienes luchan por la tierra y los derechos de los campesinos en todo el mundo.

Un año más tarde, el 17 de Abril de 1997, en Cochabamba, Bolivia, 5 compañeros cocaleros entre ellos un niño y una mujer, fueron masacrados, por llevar 3 meses ya de vigilia en busca de los derechos de la Madre Tierra, y el cultivo soberano de la hoja de coca.  Estas historias se repiten en todo el mundo, pero muchas de ellas son invisibilizadas por los intereses del capital.   En este sentido, el 17 de Abril,   no es un día de fiesta, todo lo contrario es un día de movilización,  de lucha y resistencia campesina en todo el mundo.

AL PRESENTE…

Hoy en Latinoamérica   con mucha más fuerza, el imperialismo adopta    nuevas y diversas formas para seguir reproduciéndose cínicamente,  fortaleciendo así,  su modo de dominación y explotación, mediante un nuevo modelo de acumulación  que favorece la expansión del capital trasnacional, asociado al agronegocio y a la minería cielo abierto.

El capital, en su afán por acaparar el poder y los recursos, ha ido creando mecanismos perversos para desaparecer a los campesinos y campesinas obligándolos a entrar a un modelo de producción industrial que   prioriza la exportación por encima de la propia vida,  dejándolos sin alimentos sanos y tierras para su cultivo,   sumiéndolos en la pobreza   y el hambre.

En  Latinoamérica cada día crecen con más fuerza mecanismos  como el monocultivo para la producción de agrocombustibles y transgénicos que influyen directamente al pueblo campesino, originario y afrodescendiente, pues es extensivo en tierra lo que genera un desgaste de la tierra a corto plazo, agudiza la crisis climática y conlleva el desplazamiento forzado de las campesinas  y campesinos a las grandes ciudades, engrosando   así los cordones de pobreza Actualmente, nuestro continente y su gente se enfrenta a un fuerte  acaparamiento de tierra  por parte de las principales   empresas multinacionales, las cuales invaden nuestras tierras y  saquean  nuestros recursos naturales; en muchos de nuestros países sufrimos con la concentración de tierras para la producción de caña de azúcar, palma africana, soya, banano, maíz, etc. en detrimento de una producción de alimentos al pueblo.

El acaparamiento de tierras niega el acceso a la tierra a nosotros campesinos y campesinas, desgastan nuestros suelos y sus nutrientes con el monocultivo, maltratan y discriminan a nuestras mujeres campesinas cargándolas de trabajo con el patriarcado, eliminan nuestras semillas y enferman a nuestros pueblos con la utilización de los agrotóxicos y transgénicos, dejándonos  sin medios para producir nuestros alimentos.

Actualmente un nuevo fenómeno   que se conecta al acaparamiento de tierra –   y que solo refuerza la concentración de las tierras en pocas manos –  es la modernización de  capital en el campo,  que sirve  para una producción más grande de alimentos para la exportación a otros continentes, en los mercados especulativos y a la producción de los agrocombustibles, resultando en el fortalecimiento de las transnacionales y del capital financiero, en la súper exploración de la mano de obra, en el no cumplimiento de los derechos de los y las trabajadoras asalariadas y la violación de los derechos humanos.  Este nuevo fenómeno es fortalecido también por muchos de los gobiernos de Latinoamérica, los cuales se someten a los acuerdos económicos y financieros que propone la lógica capitalista mundial nos dejando sin protección del aparato estatal de nuestros países.

LA RESISTENCIA CRECE

Nuestro continente viene defendiéndose de la invasión hace siglos; por mucho tiempo vemos nuestros recursos naturales siendo robados. La lucha campesina, originaria y afrodescendiente es necesaria.

Somos nosotros y nosotras los que defendemos y luchamos por nuestros derechos visto que la política mundial capitalista resulta en el avance del hambre, de la guerra, y la violación de los derechos humanos, etc.

Nuestra lucha es por la soberanía de nuestro pueblo, por la solidaridad con todos los pueblos; luchamos por un sistema en lo cual la vida sea lo principal, luchamos por la soberanía alimentaria, por continuar alimentando al mundo con alimentos saludables.

Luchamos por nuestro acceso a la tierra, al agua, a mantener las semillas como patrimonio de nuestros pueblos, a la conservación de la Madre Tierra para que nuestro mundo sea vida y no muerte. Por mucho tiempo hemos sido discriminados, oprimidos, detenidas, perseguidos, asesinadas y masacrados por luchar por nuestros derechos y de todo el pueblo del mundo pero a cada momento nuestra lucha se refuerza, a cada día y a cada clamor del pueblo nosotros enseñamos revuelta, indignación, solidaridad, cambio y ¡LUCHA!

Seguiremos luchando y avanzando  en nuestras conquistas. En este sentido, rechazamos todo intento de represión y   la criminalización de la lucha     y la protesta en el continente y en el mundo,   a lo largo de la historia los pueblos se levantan y resisten para transformar todo aquello que los oprime, domina y somete  en esa lucha incesante  contra el sistema dominante.

La Coordinadora Latinoamericana de Organizaciones del Campo – CLOC/Vía Campesina, hacemos un llamado a todas las organizaciones a realizar variadas actividades en cada uno de sus países, reforzando la lucha internacional campesina y en búsqueda de nuestros derechos; estas pueden ser movilizaciones, foros, eventos culturales, ferias de soberanía alimentaria, solicitamos    nos envíen  información   sobre  la actividad que  realicen en cada uno de sus   países,   para de esta manera junto con la Vía Campesina visibilizar esta gran  movilización alrededor del mundo

Por más que implementen todos los mecanismos para debilitar y desarticular al conjunto de las clases oprimidas del campo y la ciudad:

¡LA RESISTENCIA CRECE!

POR LA TIERRA Y LA SOBERANÍA DE NUESTROS PUEBLOS

¡AMÉRICA LUCHA¡

transgénicos: No, no y No.

Detalles

Fecha:
17 abril 2011
Hora:
0 h 00 min
Categoría del Evento:
Etiquetas del Evento:
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