Europa: los campesinos y campesinas necesitan también derechos reconocidos y específicos
Contribución de la Coordinación Europea de La Vía Campesina al Grupo de Trabajo Intergubernamental sobre los derechos de campesinas y campesinos y otras personas trabajadoras de las áreas rurales
La PAC, una particularidad europea
La Unión Europea presenta la particularidad de contar desde hace un poco más de 50 años con una política agrícola fuerte. Implementada en los años 60’s, esta política agrícola tenía como objetivos primarios asegurar la autosuficiencia alimentaria de las poblaciones, garantizando a las personas agricultoras precios remuneradores para los principales productos y protegiendo los mercados internos. Esta política de precios fue acompañada de una modernización de la agricultura, contando con la reestructuración de las explotaciones y presentando facilidades para que campesinas y campesinos con cierta edad puedan dejar las tierras en manos de generaciones más jóvenes.
Los principios de estas políticas han cambiado fuertemente en los años 90’s, con la creación de la OMC, la mondialización y la implementación de políticas neoliberales. Los precios han debido alinearse con los estándares mundiales y de esta manera proporcionar materias primas a bajo coste a las industrias agroalimentarias.
A fin de compensar estos precios deficitarios, se proporcionaron subvenciones a las/os agricultoras/es de acuerdo al número de hectáreas explotadas. De esta manera, la mitad de los productores y productoras en Europa reciben menos de 500€ por año, mientras que quienes reciben más de 100,000€ son solamente algunos millares (1). Hemos asistido a la instalación del término dominante en la política europea actual: COMPETITIVIDAD.
Es de subrayar la influencia de las corporaciones agroalimentarias multinacionales dentro de ésta evolución.
Consecuencias
– Europa ha llegado efectivamente a niveles de autosuficiencia alimentaria en los años 70’s, pero esta autosuficiencia ha disminuido actualmente bajo los efectos de las políticas liberales.
– Una de las consecuencias principales es la desaparición continua del campesinado y de fincas en los últimos decenios.
En Francia por ejemplo, hemos pasado de 2,6 millones de fincas a menos de 500,000 hoy en día, mientras que el número de activos ha pasado de más de 6 millones (es decir el 30% de la población activa) a menos de un millón. Vemos el mismo mecanismo dentro de la UE de los 27, donde 20% de las fincas han desaparecido entre 2003 y 2010, pasando a 11 millones para una media de 500 millones de ciudadanos y ciudadanas europeas (1)
Esto constituye un fuerte atentado al empleo, puesto que existe más de 10%, ver en algunos casos 20 o 25% de desempleo en muchos países en crisis.
– Conlleva un proceso que es fuente de sufrimiento – y que toca también a los agricultores modernizados, hombres y mujeres, que han « seguido el modelo » y que se encuentran endeudados y sin poder hacer gran mayor cosa frente a la baja de los precios en un contexto de un aumento en la volatilidad de los precios.
En Francia, se estima que alrededor de 400 agricultores y agricultoras se suicidan cada año.
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Productores y productoras tendrán la tendencia a traducir la presión sobre las personas trabajadoras asalariadas mal pagadas, de las cuales muchas son personas migrantes, expulsadas de sus fincas o de sus aldeas en otros países europeos (Rumanía, Polonia,…) debido a la miseria.
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La ampliación de las fincas, objetivo permanente de la competitividad hacen que sea difícil de trabajar de la mejor forma – se presentan menos diversidad en los cultivos, menos rotaciones, desaparición de la ganadería extensiva, ausencia de restitución de materias orgánicas, destrucción de setos,…son algunos de los aspectos de la degradación de las prácticas agrícolas.
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la calidad y la diversidad de los productos disminuyen con la creciente estandarización de los productos ligada a la dominación de las grandes superficies sobre la distribución de los productos. Encontramos de manera generalizada mayor calidad (AOC, etc.) en zonas desfavorizadas y zonas de montaña. Esta situación se ve agravada por todos los reglamentos y restricciones que impiden la reproducción o comercialización de las semillas campesinas.
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En general, todas estas condiciones hacen que sea muy difícil la instalación de jóvenes, mujeres y hombres. Debido a la escasez de agricultores y agricultoras, sus descendientes (que muchas veces no quieren permanecer en las fincas) no son suficientes para renovar la población agrícola. Existe una alta porción de personas jóvenes que quieren instalarse como campesinos y campesinas, pero les es muy difícil encontrar y adquirir tierras, frecuentemente debido a la competencia existente ejercida por las personas agricultoras sobre el lugar que explotan grandes superficies y que acceden a importantes subvenciones. Existe también un problema de artificialización de tierras (procesos de urbanización,….) que acentúan la cuestión relacionada con las tierras.
Un modelo que se exporta, a expensas de los agricultores y agricultoras
La integración de nuevos países dentro del proceso de ampliación implica la adopción de reglas de funcionamiento de la UE.
El ejemplo de Croacia, que se ha unido a la UE el primero de julio de este año es particularmente sorprendente. Se le prometió a los agricultores/as un mejor acceso a los mercados de Europa Occidental y mejores rentas. Sin embargo, actualmente son los productos procedentes de Alemania y de Francia que inundan los supermercados, mientras que los productos locales cada vez tienen mayores obstáculos para acceder. La cuestión sobre el porvenir de quienes se dedican a la agricultura a pequeña escala no está siendo tomada en cuenta. Al igual que en los últimos decenios de política agrícola, deberán « adaptarse » o desaparecer, y para muchas personas dedicadas al campo, « adaptarse » significa desaparecer. Dentro de la producción lechera, la necesidad de la puesta en norma implicó a su vez la venta de la industria lechera a la francesa Lactalis, que condujo a la baja en los precios de la leche mientras que la pequeña producción ni siquiera era recogida. En consecuencia, millares de productores y productoras croatas han cesado su producción lechera y la dependencia ha crecido en relación con las importaciones alimentarias.
Para ECVC, los problemas del campo en el norte y en el sur global posen las mismas causas fundamentales.
Estas consideraciones nos conducen a tener en cuenta el hecho de que los campesinos y campesinas en Europa necesitan también derechos reconocidos y específicos, así como para las personas trabajadoras rurales para poder hacer frente al cese y la desaparición continua.
Esto implicaría un respaldo y un apoyo importante a la protección de una categoría hasta ahora desconsiderada.
Algunos comentarios positivos en conclusión
Hemos podido observar algunos elementos interesantes dentro de la Unión Europea últimamente:
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Dentro del proyecto para una nueva política agrícola, actualmente en negociación, hemos visto aparecer el término de « pequeñas fincas », abriendo la posibilidad a que puedan beneficiarse de medidas específicas. Aunque dichas medidas sean discutibles, el hecho sólo de que estas fincas sean nombradas constituye en si un signo alentador.
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La Unión Europea participará en el Año Internacional de la Agricultura Familiar lanzado para el 2014 bajo los auspicios de la ONU con el desarrollo de eventos específicos.
Finalmente la Confederation Paysanne considera como una gran victoria, el haber rehabilitado el término de CAMPESINO, CAMPESINA en Francia. El término estaba bastante desvalorizado hace algunos decenios, y hoy en día es utilizado con orgullo por todos los agricultores y agricultoras, incluyendo quienes efectúan prácticas agrícolas intensivas.
(1) Este sistema de subvenciones permite también a la Unión Europea poder exportar productos a precio de camping y va en deterioro de las producciones locales y de campesinos y campesinas de otros países.
Geneviève Savigny, Confédération paysanne en Francia, y Comité de coordinación europea de La Vía Campesina.